#26 "Día D"

112 16 8
                                    

¡Paul ya lo supo!

Les contaré todo lo que sucedió:

Los espías consiguieron las fotografías, fueron muy rápidos, eso fue genial. Cuando las tuve en mis manos, inmediatamente llamé a George para avisarle.

—¡Tengo las fotos!— Dije con un tono malvado, era emocionante pero a la vez muy doloroso.

—Wow, pero que rápido, ¿entonces, quieres que llamé a Paul para que venga?— Sonaba algo preocupado.

—¡Sí, hazlo!, yo enseguida voy para allá, nos vemos, adiós.— Colgué y corrí a alistarme para ir la casa de George.

Al llegar, Paul ya estaba allí, realmente el pobre no entendía nada. Me senté a su lado y le pedí a George que nos dejara a solas.

—Está bien, si me necesitan estaré en la cocina— Dijo yéndose.

—Bueno, George— Me volví hacia Paul. —Paul, tengo algo que mostrarte...— Tomé aire y saqué de mi cartera un sobre con las fotografías; se las entregué en silencio.

—¿Qué es esto, Brenda?— Preguntó mientras tomaba el sobre.

—Abrelo y velo con tus propios ojos.—

Paul abrió el sobre y sacó las fotos. Su rostro palideció al verlas; tragó fuerte y me miró.

—Alinne y Ringo, ¿verdad?— Dijo tensando la mandíbula.

—Sí...— Agaché la mirada y rápidamente las lágrimas comenzaron a inundar mis ojos.

—¿Desde cuándo que nos están engañando?— Preguntó seriamente.

—La verdad es que no lo sé— Respondí sollozando mientras me secaba las lágrimas.

Paul se quedó observando un rato más las fotos. De repente exclamó, haciendo que me sobresaltara.

—¡Conozco este hotel!, Brenda, tengo una idea...— Me miró maliciosamente entusiasmado.

—¿Qué idea?, ¿qué pretendes, Paul?— Dije mientras entrecerraba los ojos.

—Pedirle al recepcionista que cuando ellos hagan una reservación en el hotel, que nos deje entrar a ti y a mí, antes a la misma habitación que ellos reservaron, para así atraparlos justo en el momento que vayan entrando.—

—¿Qué?, no suena nada mal, pero, ¿estás seguro de que te dará ese permiso?— Pensaba que la idea era algo descabellada ¡Y si que lo era!.

—¡Por supuesto! Con algo de dinero, todo se puede, y no creo que se niegue ante mi oferta.— Me guiñó un ojo y yo reí.

—¿Pero cómo sabrás cuándo vayan de nuevo a ese hotel?— Le pregunté desanimada.

Quedó pensativo después de mi pregunta.

—Tienes razón... ¡Ah, pero podríamos ir ahora mismo a ese hotel y le pido al recepcionista que me avise cuando reserven otra vez!— Otra magnífica idea apreció en su cabeza. Paul me sorprendía con tanta idea loca.

—¿Ir... los dos? Para que después nos fotografíen juntos y todo el mundo piense que nosotros somos los infieles...— No pensaba salir con él, menos los dos solos.

—¿Y cómo piensas ir ese día conmigo al hotel?— Me miró con el ceño fruncido. —Está bien, iré yo solo— Se puso de pié.

—¿Irás ahora mismo?—

—¿Y qué piensas que haré?, ¿quedarme de brazos cruzados como estúpido y esperar a que el problema se solucione solo mientras Ringo se sigue cogiendo a Ali?. ¡Obvio que voy ahora mismo!— Se guardó las fotos en el abrigo y se dirigió a la puerta de salida. —Te agradezco, Brenda, por decirmelo. Nos estamos viendo, adiós.— Abrió la puerta y se fue.


Continuará...

El Libro de Confesiones de la Señora Starr (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora