—¡ay! Mami, bonita. Tenía mucho que no te veía—dije con un tono bien dulce que casi hace vomitaba pero no era el momento para hacerlo. Era esto o que me siguiera gritando.
Ella se acercó a mí y me miro bien enojada, casi casi hasta le salía fuego por los ojos.
—a mí no me salgas con tus chingaderas. ¿Mira nada más en donde andabas? Estaba bien preocupada por ti pero bien gracias tú por ahí feliz de la vida..
—¡mamá! Por favor, estoy desayunando con los chicos, ¿podemos hablar más tarde?—le rogué casi de rodillas. Ella me miró con recelo y luego se volteó, no sin antes hacerme una seña diciéndome que más tarde me esperaría en la casa.
Di un suspiro y me volteé para seguir comiendo, estaba algo nerviosa. Por qué con mi mama no se sabe lo que hará. A lo mejor y me regaña y me da con la chancla pero a lo mejor no, aún así todo se espera de ella.
Me termine mis tacos comiendo en silencio. Sentí como los 4 de mi lado me miraban pero no decían nada.
No hasta que habló Calum.
—¿Camila? ¿Está todo bien? ¿Por qué esa señora te ha gritado?
Uñ, qué bonito
—si, todo está bien, no te preocupes. Y esa señor era...mi mamá, pero no pasa nada—dije a lo que ellos solo hicieron una mueca. Le pague a Juanito unos 100 y cacho de varos y después me dirigí caminando hacia mi casa.
Ya que estuve frente a esta sentí como mi panza me dolía, y no, no eran los tacos de hace rato. Sino que sentía como un nudo.
—chicos, sin importar que, quédense por favor
Ellos asintieron y me siguieron. Abrí la puerta de la casa y cuando dirigí mi vista hacia el frente mi mama estaba de pie con los brazos cruzados.
Trague baba y les señale a los chicos el sillón para que se sentaran.
Ya que estaba todo en silencio mi mama habló
—Camila, como se te ocurre desaparecerte de esa forma, por dios, no eres tan grandecita para estar con estos, además tú me habías prometido que vendrías y nunca lo hiciste. ¿Que te crees? ¿Eres adulta o que? Por que qué yo sepa tienes 17 y todavía eras muy chiquita para andar en la calle como si nada—me dijo, poniéndose roja por lo enojada que estaba
—pero mamá, antier te llame y te dije que estaba bien...
—si pero dijiste que vendrías y nunca lo hiciste, pinche chamaca vaga
—¡oye! Almenos no estuve sola. Ellos me acompañaron por qué son mayores de edad así que no me andes replicando si no sabes—le respondí y esta vez estaba encabronada mientras señalaba a los que estaban en el sillón mirando todo en silencio y atentamente.
—¡¿mira, a mí no me responde hija de tu chingada madre. A mí me tratas con respeto eh?!
—¿¡ugh!? ¿¡Por qué siquiera no me escuchas, te digo que no estuve sola, ellos estuvieron conmigo los días en los que no estuve en casa!?
—¿mira, sabes que? ¡¿Mejor cállate y vete a tu pinche cuarto, estas castigada. No vas a salir a ningún lado que no sea la escuela, ¿entendiste? ¡¿O quieres que te explique con manzanitas?!
Resoplé y me acerqué a los 4, ellos me miraron confundidos pero trate de sonreír como pude, quería llorar. Esque mi mamá no entiende, es muy terca y siempre querie tener la razón.
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4 Idiotas Y Una Mexicana
HumorSolo humor que una mexicana podrá entender. Les advierto que contendrá muchas groserías y contenido vulgar. Faltas de ortografías apropósito Disfruten este libro. Créditos por la portada a: @SuicideClandestine