Sueños inocentes [HanHun] [Dos Capitulos + epilogo]

Parte 1

-Jessica, tranquila. Ya, para, no llores de esta forma -veía como el señor Wu trataba de tranquilizar a la madre de Sehun.

-¡N-no me pidas eso, no lo hagas, por favor! -pidió con voz desgarradoramente triste.

-Sehun estará bien. Él podrá salir de esto, ya lo veras. Nuestro niño será normal como todos los demás -decía el padre de mi mejor amigo.

-Sabes que eso no es cierto, Yifan. Lo sabes muy bien. Mi bebé será eso por toda su vida, un niño, un bebé. Me duele mucho. ¿Qué será de él cuando crezca y nosotros no estemos para él? ¡No quiero ni imaginarlo! -los sollozos de la señora Wu eran cada vez más fuertes y lamentables-. Mi pequeño niño jamás podrá tener una familia. Jamás podrá ser "Madre" u padre. Jamás podrá llevar vida en su vientre o poder encontrar una linda chica. ¡Jamás!

-Lu hyung, ¿Qué ves? -me pregunto un juguetón y risueño Sehun.

Su sonrisa era muy linda, siempre que yo estaba triste o molesto, con solo ver esa bonita y resplandeciente sonrisa, todo se iba por el desagüe.

-Nada, solo, yo, ¿Quieres salir a jugar? -le pregunte.

Sehun era un niño de 10 años, pero actuaba de una forma tan adorable y linda que podrían decirle que tenía 6 u 8 años.

-¡Siiii! ¡Vamos! -chillo.

Sonreí enternecido. Él jalo de mi mano con tanta energía que casi caía.

Aun no podía comprender el porqué del llanto de la señora Wu. Aun no podía comprender sus palaras, pero años después lo logre y me callo como un balde de agua fría.

Mi Sehun, mi niño, mi mejor amigo, ese pequeño que siempre lograba sacar una sonrisa en mí, nunca salió de su mentalidad de 6-7 años.

Odiaba cuando iba a la escuela media, era tratado como un tonto y él como el niño que era, siempre bajaba la cabeza y lloraba en silencio. Lo intimidaban, se aprovechaban de él, de su inocencia pura como el agua, de su ingenuidad, de su humildad, de su deseo por ser aceptado. Mi Sehun era fuerte, siempre caía hasta el fondo, pero de inmediato se levantaba hasta la cima. Algo que yo admiraba de él.

El día que descubrí que mi Sehun tenía Discapacidad intelectual y del desarrollo (retraso mental), no hui, me quede, con él, más que nunca.

Sehun ahora con sus 18 años, siempre cargando su peluche rilakkuma llamado Pinku Pinku, llora desconsolado sobre la caja de su madre. Pidiendo a gritos que regrese, que no se quede dormida, que debe contarle más cuentos por la noche para que él pueda soñar y viajar a su maravilloso mundo de fantasías, que debe despertar para que siempre le de besos consoladores, que debe quedarse para cuidar de él.

No saben el dolor que estoy sintiendo en mi pecho en este instante. Me desgarra hasta el alma verle de esta forma. Su padre, que está a su costado, llora en silencio tratando detener el llano incontrolable de Sehun. La gente mira con lastima a ese niño que está más perdido que nunca. Todos, e inclusive yo, miran a mi niño.

-¡Mami! ¡Despierta! ¡Me portare bien, juro que comeré todas las verduras que me pongas en mi plato, pero despierta! -solloza.

Yo no puedo soportarlo. Giro mi cabeza hacia un lado. No puedo verle.

-¡Mamita! -otro sollozo más y otro trozo de mi alma cayendo al vacío.

-Sehun, hijo, por favor, detente -pide el señor Wu.

-¡NO! ¡QUIERO A MI MAMI! -chilla.

No, no puedo soportarlo. Me doy la vuelta y camino hasta el exterior de la funeraria. No puedo ver a mi niño en ese estado. No puedo.