Usted, querido muchacho es la razón por la que no puedo dormir. Usted, Pablo Méndez es el por qué y la razón de este escrito y de mis pensamientos más puros y genuinos.
Usted, Pablo Méndez es un joven músico, un buen hermano, un buen hijo, un buen nieto y sobre todo un buen ser humano que lucha por salir adelante y cambiar a las personas a través de su arte.
Usted no se rinde, ni nunca lo hará, es esa persona que afronta sus problemas con una sonrisa gigante y encantadora que me vuelve loca y que altera los libretos de lo que pienso.
¿Qué quiere que escriba? Si yo ni sé hablar sin atropellarme con mis propias palabras. No soy Shakespeare ni Loreto Sesma, yo solo plasmo mis sentimientos en papel sin esperar la aprobación de nadie. Bueno, la suya sí.
Usted es el mejor fagotista que he conocido jamás. (Quizá sea porque no soy especialista como otros en tiempos y corcheas y notas y sentimientos expresados en melodías, o a lo mejor sea porque es verdad.)
Usted, Pablo Mendez es la persona que me hace confiar en mí misma, y de la cual me enamoré sin más. Así, sin previo aviso, sin luz roja o un cartel de "prohibido el amor a primera lágrima". Usted es quien saca lo mejor de mi, y el que me quita los miedos para convertirlos en intriga y curiosidad, el que me quita la pereza y la transforma en insomnio. Usted, es un mago...Y yo, la encantada.
Usted, Pablo Méndez es... Mí galaxia.
