Desperté en los brazos de Melchor en mi habitación, en mi defensa diré que el vodka me hace muy libertino sobre todo cuando tu pareja está lleno de cerveza......por favor no pregunten por qué tengo crema batida en la cara.
- Mi amor debemos beber más seguido.- me decía abrazándome mientras me besaba.- Me encantó escucharte decir "más duro por favor" "por favor no pares"
- No quiero recordar que dije eso.- susurré avergonzado.- Por cierto me sorprende que para lo que bebiste no te quejas del dolor de cabeza.
- Mi pequeño novato, la resaca no existe para nosotros.- se burló tocando mi semi erecto miembro.- Aún es muy temprano, juguemos un rato ¿si? Nuestros jefes deben estar haciendo lo mismo.
- ¿No te cansas de hacer esto?- susurré en un intento por mantener la cordura mientras sus manos masturbaban mi sensible cuerpo.- ¡Ah!
- No, para nada.- dijo apartando las sábanas y colocándose sobre mí.- Eres un manjar que nunca me cansa, tu voz, tus ojos, tu rostro sonrojado y tu cuerpo sensible me estremece, no tenerte es como estar en medio del desierto y cuando llegas eres como el vaso de agua helada que alivia mi sed.
- ¡No digas esas cosas tan vergonzosas!- grité tapando mi rostro, no puedo evitarlo, me ve como si fuera algo valioso pero no soy ni la mitad de lo que cree ¿Que ve en mí para decir esas cosas?- ¡Ah!
Algo frío cayó en mi pecho, mis pezones se endurecieron cuando la crema batida los cubrió para luego ser lamidos por esa pervertida lengua que me hace perder la razón.
- Si pudieras verte Keima.- me sonrió.- Tal vez deba tomarte una foto para recordar ese bello rostro toda la eternidad.
- ¡No!- le grité.- S-sólo........sólo tú puedes verme así......no quiero.......que nadie más......lo haga.
Sonríe con tanta sinceridad que me sentí feliz, realmente amo a este tipo aunque me haga cosas pervertidas, pero claro también disfruto de esas cosas pervertidas. Por eso estoy aquí, desnudo en mi cama con las piernas abiertas mientras dejo que entre en mi.
Tal vez después le eche la culpa a la falta de sueño, pero a medida que aumentamos la velocidad grité como loco pidiendo más. No puedo evitarlo, me gusta sentirlo dentro de mí, me gusta rodear su cintura con mis piernas, me gusta arañar su espalda a medida que llegamos juntos al clímax, me gusta cuando me besa antes de gritar nuestros nombres y manchar mi estómago con mi corrida, pero lo que más me gusta es cuando me abraza tiernamente mientras decimos:
- Te amo.
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Nos bañamos y fuimos a buscar a Uriel, luego buscaríamos a nuestros jefes.
- Uriel, vamos a la playa.- toqué la puerta esperando alguna respuesta.
- Olvídalo, hagamos esto como en los animes, entraremos sin tocar y tal vez la veamos desnuda o en ropa interior
- ¡¿Qué?!- grité sonrojado, no he visto a una mujer así y Uriel era mi amiga.
Pero claro Melchor no me escuchó y abrió la puerta. No sé cómo será el cuarto de una chica normal, pero no creo que haya póster de animes yaoi o personajes shippeados, una biblioteca de novelas, mangas y películas, un televisor pantalla plana con un sofá lleno de peluches, un móvil de ojamajo doremi con las brujitas en sus escobas, una cómoda con una lámpara de Going Merry y bajo una sábana de Totoro, Uriel dormía abrazando una de esas almohadas con personajes de anime con una imagen de Levi de Shingeki no Kyojin y otra de Yato de Noragami.
- No recuerdo que hubiera tantas almohadas la última vez que vine.- dije con sinceridad.
- Bueno a simple vista la computadora parece normal.- dijo señalando el escritorio de madera sin nada más que una simple máquina y un porta vasos redondo con la escala musical dibujados.- Así que seguramente al encenderla veremos una escena hard muy intensa.
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Mi Angelito Inmortal
HumorMi nombre es Keima, Un chico me dijo que había muerto y ahora era un aprendiz de ángel guardián. No sé qué sentir ahora, pero creo que no me molesta. Lo que me intriga es que en mi primer día de trabajo un hombre me besó reclamandome como su pareja...