❝Nuestra historia comenzó hace dos años. Fuimos la pareja perfecta ante los ojos de los demás y, aunque les cueste creerlo, yo sí la amé.❞
✏ Primer fanfic publicado de la pareja 'Mambar'.
✏ Nuevos capítulos cada dos días de la semana.
✏ Vers...
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ÁMBARSMITH
No podía creer todo lo que había hecho Matteo para mi. Hace años que no me hacía un detalle como ese de patinarme en público, sólo cuando empezamos a salir él tenía este tipo de detalles conmigo. Claramente para enamorarme; lo cual logró indiscutiblemente. Pero al tenerme las cosas cambiaron. Él cambió. Como si fuera un juguete de feria que al ganar pierde tu interés; así sucedió. Al principio dolió, luego empecé a lidiar con ello sabiendo que no podía cambiarlo.
Ahora lo que no entendía —por más que lo intentara—, era porqué se había tomado el trabajo de hacerme todo esa sorpresa, ¿sólo para ser su pareja de patinaje?
Si no me equivocó creo que ni a Lunita le había hecho algo así.
Y sin preverlo sonreí ante la idea.
Me alegraba saber que yo era la única chica por la cual Matteo hacía ese tipo de cosas. De alguna manera me hacía sentir especial. Única ante sus ojos.
En el momento en que lo mire arrodillado frente a mí, sonriendo con ese brillo en sus labios, quise abrazarlo y decirle que no sólo aceptaba ser su pareja de baile, sino que quería ser de nuevo su pareja formal, su novia. Que a pesar de todo no se equivocaba en algo. Yo nunca iba a encontrar a alguien como él. Pero desistí a la idea de inmediato sintiéndome patética.
No podía aceptar después de todo lo que pasamos. Tenía que ponerme firme en mi decisión, o al menos hacérsela un poco más difícil.
Gastón ya me había advertido cuando nos dirigíamos para la pista que Matteo estaba haciendo todo esto porque lo veía como otro reto de mi parte.
Cabe recalcar que claramente me llevó engañada porque me había dicho que le dijo algo a Delfina que la puso mal y se encontraba llorando. Así que se tuvo que bancar durante medio camino mis reproches.
De ninguna manera iba permitir que le hiciera daño a Delfina. Si bien ella se equivocó con sus acciones mintiéndole, lo hizo porque lo amaba y tenía que entenderla, mas no juzgarla. Que no la quisiera no le daba ningún derecho a maltratarla de tal manera. Debería sentirse halagado de que alguien lo amara tanto como para cometer semejante locura mientras que otros mendigan por un poco de cariño.
FLASHBACK
—Pará ya. No pienso dar un paso más. Antes tenemos que hablar. —me detuve insistiéndole en conversar, pero él seguía negándose.
—No tenemos tiempo, vamos a llegar tarde. —rodó los ojos Gastón e intento proseguir.
—¿Tarde para qué? —pregunté ante su apuro.
—No, tarde para nada. Solamente vamos. —empujó suavemente mi brazo para seguir caminando.
—Ya te dije que no. Antes vamos hablar quieras o no. —me puse firme en mi lugar— ¿Por qué tratás así a Delfina?
