Incógnita | Jarry | {Adaptación}

Chapter 6: Los dinosaurios

15 de mayo del 2001.

Josefina llevaba dos semanas organizando su cumpleaños número veintidós. En una hoja anotaba todo lo que necesitaba para aquel viernes por la noche, donde sus amigos vendrían a cantarle el feliz cumpleaños, antes de que sople las velitas. Sabías que usaría el vestido floreado que le regaló su única hermana, como regalo adelantado. Jade tenía el dinero y, con tu compañía, fueron a comprárselo. Tú te encargaste de gastar dinero en un collar de plata, el cual tenía un dije con el símbolo de la paz y, en el contorno, se dibujaba su nombre, en cursiva. Apenas se lo entregaste en mano, gritó con euforia y te abrazó tan fuerte que casi te deja sin aire. La quieres mucho, a tu cuñada.

Y cuando llega este viernes, Cecilia camina de una punta a la otra, llevando y dejando platos y cubiertos descartables (porque a Josefina se le ocurrió que sus amigos vengan a cenar). Javier la ayuda, mientras no deja de recriminarle a su hija que ese vestido es muy corto. Y regaña a Jade (quién está sentada en el sillón, junto a ti, rodeando la tripa de cinco meses) por haber elegido ese vestido y no otro. Tiene miedo a que los muchachos que atraviesen la puerta, halaguen las piernas de su hija menor. Pero tú le recordas que Nahuel, tu concuñado, también va a tomar presencia. Que él se encargará de poner en su lugar a cualquiera que se pase. Y Javier te aclara que Nahuel es uno de aquellos muchachos que también la halagan. Y a él, no le gusta. Son sus hijas, no un par de trofeos.

Si no contaste mal, son trece personas. Doce amigos de Josefina quienes rodean la mesa larga de la cocina. Soledad, Pilar, Alejo, Nahuel (su novio), María, Gimena y Gastón, conforman el centro de estudiantes en el que ella participa y jamás dejará de hacerlo. Víctor, Pablo, Tatiana, Paula y Alejandro conforman su grupo de amigos desde hace añares. Se quieren mucho como para soltarse. Entonces, tu suegra, se convierte en la sirvienta de toda esa muchedumbre. Tú, desde un rincón de la cocina, apoyado contra la pared, charlando con Javier, observas como todos no dejan de hablar. Como Josefina se ríe a carcajadas, Gastón vuelca el vaso de gaseosa y mancha el mantel blanco. Soledad riéndose de la torpeza de su amigo y Pablo tratándolo de idiota total. Jade diciéndole a su madre que ella le había aclarado que el mantel blanco, no iba. Por eso va a buscar un trapo y limpia. Víctor se quiere hacer el gracioso y le susurra algo. Jade solo sonríe pero no responde. Cuando se vuelve a acercar para devolverle el vaso, ya limpio, vuelve a hablarle.

-Me encanta que la gente me halague, pero te advierto que mi novio está allá -te señala y sonreís muy irónicamente, saludándolo con una mano. Víctor se quedó en el molde y Pablo lo burlará de por vida.

-¡Deja de tirarle los perros a mi hermana, nene! -Josefina le tira con un pan- ni a las embarazadas dejas en paz -bufa. Aparentemente, Víctor era el mujeriego del grupo.

-¿Quién le tiró los perros a mi hija? -Javier llega tarde a la conversación, pero escuchó el último comentario. Para ese entonces, Jade ya está a tu lado, y le rodeas el cuerpo con tus dos brazos.

-Víctor -Gimena es la bocazas. Éste la patea por debajo de la mesa.

-Te retiras ya de mi casa -Javier le señala el recorrido que debe tomar para llegar a la puerta- va, vamos, vamos -Josefina y Jade se ríen. Conocen las bromas de su padre- ¿Te parece adecuado estar tirándole jaurías a mi hija embarazada, teniendo al novio presente? Gente grande, por dios -niega con la cabeza y su mujer se ríe porque tiene a un marido actor. Militante, politólogo, sociólogo... y actor.

-No sabía que estaba el novio -se excusa Víctor.

-¿¡Pero no le has visto la tripa redonda llegar primero que ella!? -tú y Jade, se ríen bien fuerte- a éste no lo invitas más -le habla a Josefina. Ella asiente porque siempre será del mismo bando que su papá.