Cuando el cielo brilla en la oscuridad de la noche con sus volátiles y frágiles estrellas, que cualquiera podría coger con la mano como si de una mota de polvo se tratase, Hullemberg no duerme. Hullemberg está despierto y nadie puede conciliar su sueño. Le pasa muy a menudo, pero hace tiempo que dejó de preocuparse por esto, porque por las noches, es cuando más activo está. Nadie podría decir que Hullemberg es aburrido durante su insomnio, es más, por la noche se convierte en todo una fiesta y no para de armar alboroto hasta que llega el alba, y entonces es cuando consigue, no dormir, sino descansar un poco hasta que el anochecer vuelva a caer sobre él. A veces resulta un poco recalcitrante e insolente y muchas veces ha llegado a ser violento. A pesar de esto, a mucha gente le encanta Hullemberg por el gran ambiente que genera. Todo el mundo habla de él, algunos dicen maravillas, otros lo critican y lo comparan con la escoria. Pero quizás, al fin y al cabo, Hullemberg no es más que escoria, pues ésta vive de él.
Y qué decir de esta escoria. Esta escoria está formada por sus gentes, por sus matones, por sus chivatos, por sus asesinos a sueldo, por sus malas intenciones. Jamás se había visto tantas malas influencias en torno a un ente como Hullemberg. Todos aquellos que vivían bajo sus leyes y su mandato, no se libraban de cometer malos actos, o de sufrirlos. Cuando se ponía el sol, en las calles había peleas, drogas, prostitución y asesinatos a pie de calle. Los ladrones se robaban entre sí para recaudar el botín que otros habían conseguido, y las mujeres se entregaban totalmente a las noches locas de Hullemberg. Todo era caos y ruina, desesperación y sufrimiento, pero también éxtasis y pasión, excesos y lujuria. Todas estas gentes parecían vivir en un infierno del que era imposible de salir por culpa de Hullemberg. Curiosamente, por el día todos se encontraban en un aletargamiento incomprensible, que cualquiera que lo viera diría que son gente corriente y honrada, pero eso es porque nadie de fuera de la ciudad se queda a dormir. Todo aquel que queda allí una noche, ya no puede salir. Queda atrapado por el poder de atracción y convicción de Hullemberg, y poco a poco acaban sucumbiendo ante él. Pero curiosamente, no es éste el caso de Yonai.
Yonai Granjor Itkor. Así se llama. Vive en la ciudad desde que tiene consciencia. ¿Valiente? No. Para nada. Más bien lo contrario. Yonai es una cobarde de pies a cabeza. Así había nacido y así moriría. Cobarde. Pero... ¿de verdad es una cobarde? No, es una persona que camina en este mundo, entre nosotros. Puede que no sea una persona muy destacada, pero algo hay que la diferencia de los demás. ¿Será su ropa? Puede ser. Viste unos pantalones color caqui, una camisola verde y un abrigo negro. Va descalza, no porque sea pobre, sino porque le gusta sentir que tiene los pies en la tierra. Y cuando hace frío se pone una bufanda blanca y negra. ¿O será su aspecto? Su pelo color rojizo destaca sobre su tez pálida y blancuzca. Sus ojos verdes sisean a los lados de su nariz. Su boca forma una media sonrisa que no puedes evitar mirar. Pero lo que la hace especial y diferente del resto, es que es honrada, trabajadora y lucha por lo que cree justo cueste lo que cueste, a pesar del miedo que pase. Yonai sabe lo que es sufrir, pero una cosa es hacerlo por los lances de la vida y otra muy diferente es dejarse arrastrar por las consignas de una sociedad que la empujarían a la arrogancia, a la maldad y a la insolaridad. A Yonai la llamarán cobarde y todo lo que quieran pero jamás lograran cambiar su visión de ella misma. Y no es valiente el que más fuerza tiene, sino el que realmente lucha por defender sus valores. No lograrán que cambie sus ideales, que cambie sus ansias de libertad. Sus pasos cada vez son más firmes. Ella nunca se dejará llevar por Hullemberg. Algo está naciendo en su mente. Una idea. Algo grandioso. Algo que logrará ejecutar sus deseos. Sus deseos no, su justicia, la justicia del pueblo. Nunca se dejará llevar por Hullemberg. Ya se van abriendo los ojos de las gentes. El final se acerca. Es un secreto a voces. La ciudad de Hullemberg caerá. Su yugo ha llegado a su fin. Hullemberg sólo será una ciudad más. Nunca más se dejarán llevar por ella. Nunca.
Se acercan aires de revolución.
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Aire Fresco
Short StoryNo querrás vivir con él. No querrás vivir bajo su yugo. No querrás caer bajo su influencia. Pero no te quedará más remedio que hacerlo. ¿O acaso hay otra opción? Portada de: @EditorialAlasDePapel