Reseña:
Lucía es la protagonista de esta historia de amor tan apasionada; ya es mayor y junto a Martín su marido, recuerdan ilusionados cada segundo que pasaron en su juventud. Pero quizás no por mucho tiempo, ella tiene Alzheimer y Martín para animarla, vuelve al mismo sitio donde se conocieron hace 53 años, para revivir el amor que se procesan el uno al otro y le da la sorpresa más inesperada de su vida, una sorpresa que aunque por poco tiempo a Lucía le devuelve la sonrisa y le demuestra todo el amor que Martín siente hacía ella
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Este libro está dedicado a todas las personas que me quieren y me han apoyado siempre, gracias por enseñarme tantas cosas sobre la vida, pero sobretodo por enseñarme a creer en el amor.
~ Cuando el amor llamó a mi puerta ~
Una fría mañana de invierno en la que el sol apenas se dejaba ver tras las oscuras nubes que auguraban tormenta, Lucía se terminaba de arreglar para asistir a una cita médica que Martín le había concertado a las 12:30 con el Dr. Aguilar debido a que se estaban haciendo frecuentes en su rutina diaria la dificultad para recordar el nombre de objetos conocidos, la perdida de interés por las cosas que antes disfrutaban haciendo juntos e incluso en los tres últimos meses se había desorientado varias veces regresando del mercado y las vecinas la habían tenido que indicar el camino de vuelta a casa, pero ella siempre le decía a Martín que son cosas de la edad que tarde o temprano a él le pasaría lo mismo y no podría hacer nada por evitarlo.
Ya eran las 12:00 y Lucía estaba lista, se disponía a abrir la puerta de casa, mientras, Martín aguardaba fuera arrancando el coche que estaba frío tras haber pasado la noche en la calle.
Al verla, sale corriendo del coche y la coge del brazo.
- Que guapa te has puesto, ¿Ya estas lista? – dice él mientras la observa.
- Gracias cariño, si ya estoy lista nos podemos ir.
Lucía llevaba un jersey azul celeste, pantalones negros de vestir, botines haciendo juego y un bonito abrigo de piel, para protegerse del frío.
- ¿Sabes donde vamos verdad?
-Si, a la consulta del doctor Aguilar, ¿Por qué? – contesta ella intrigada.
- Es que como te has arreglado tanto pensé que lo habías olvidado.
- Ya sabes que me gusta arreglarme.
- Lo sé, vamos que no lleguemos tarde – sonríe Martín.
Cogidos del brazo caminan hacia el coche, un Mercedes negro muy elegante con la tapicería de cuero beige y salpicadero de madera que Martín cuidaba con esmero y al que le dedica mucho tiempo, abre la puerta del asiento del copiloto y con delicadeza ayuda a Lucía a meterse dentro del coche, una vez que ella ya esta acomodada Martín cierra la puerta y se sienta al volante, el matrimonio se dirige a la consulta del médico. Una vez allí en la sala de espera, charlan sin prisa. Como es normal van con retraso así que Martín aprovecha para hablar con Lucía sobre lo acontecido en los últimos meses, él le muestra su preocupación la ve mal, sabe que esta diferente que ella también esta preocupada pero piensa que no le dice nada para no preocuparle, mientras, ella no hace más que quitarle importancia.
- Lucía Gómez Almansa.
-Ya nos toca - dice Martín tras oír el nombre de su mujer.
-Hola, buenos días – saludan casi al unísono mientras entran por la puerta.
- Hola ¿Cómo se encuentran? – pregunta sonriente el doctor.
Hablé con usted el otro día ¿Verdad?
