La pedagogía de lo cotidiano
Sabemos que la actividad educativa es vital para el desarrollo de la convivencia social ¿Qué tipo de relaciones interpersonales consideramos como "justas"? ¿Qué Pedagogía es la necesaria? En los siguientes párrafos, el autor desarrolla una propuesta de lo que llama "Pedagogía de lo cotidiano"Consideramos que en un punto y aparte debemos plantear otra definición de la pedagogía de lo cotidiano: también es una propuesta, y esto significa que es un conjunto de tesis, argumentos, métodos y técnicas planteadas a la comunidad intelectual educativa, que avanza según los parámetros explicados por la teoría de los campos de producción simbólica, los logros de la antropología de la ciencia, y la sociología del conocimiento; disciplinas y conceptuaciones que permiten entender la emergencia de una teoría.
Su ubicación en el reconocimiento de los agentes de las comunidades intelectuales, y su expansión e incluso su decadencia, cuando es superada históricamente, o derrotada políticamente. En tanto los campos del trabajo intelectual son espacios activos de confrontación dinamizados por diversas situaciones y correlaciones de fuerzas, estrategias políticas, intereses y demás argucias del poder político, escenarios que nos llevan a perder la inocencia, si es que aún nos queda alguna a estas alturas de la historia.
En este sentido, la pedagogía de lo cotidiano es una conceptuación emergente, concreta en algunas publicaciones, producciones académicas y líneas de trabajo profesional en marcha, que avanza con una estrategia constructiva antes que de confrontación, orientada por una tesis simple: si construimos personas claras en sus sentimientos, conceptos, teorías y métodos, podemos generar tal cantidad de saberes y posiciones que puedan contribuir significativamente a construir una buena educación capaz de oponerse, entre otras cosas, a la ignorancia construida -el gran logro del triunfo educativo capitalista- que nos tiene sumergidos en una fetichización luminosa que nos incapacita para construir una impugnación al sistema social hegemónico, y más para edificar una realidad alternativa, a pesar que otro mundo es posible.
Estas tesis nos acercan a las últimas posiciones asumidas por Don Pablo Freire, quien llegó a concebir una pedagogía de la esperanza, y con ella convocó la fuerza de la utopía: la creencia que con su potencia simbólica nos lleva a comprometernos en la búsqueda de un mundo mejor, en tanto admitimos que el actual es perverso y modificable, si volviendo a la Ilustración no oficial6, con sus líneas materialistas y vitalistas que desembocaron en el pensamiento revolucionario de Marx, recuperamos la dignidad para oponernos al triunfo generalizado del judeo-cristianismo y del capitalismo, a pesar de su hegemonía mundial y sus múltiples fuerzas: ideológicas, financieras, económicas, políticas, policíacas y militares; éstas entendidas como el último recurso a utilizar por el Imperio para mantener el poder, si falla alguno de los previos.
Otro mundo es posible y en su construcción se requiere re- conceptuar la pedagogía y pensar nuevos rasgos de la pedagogía de lo cotidiano, particularmente su ser:
Una pedagogía lenta y materialista
La propuesta que acabamos de aludir sigue construyéndose en el diálogo y especialmente en el sostenido con filósofos españoles, entre los que destaca Joaquín Esteban Ortega. Leyendo a este pedagogo trágico y quizá desencantado en su reciente ensayo "La radicalización trágica de la pedagogía hermenéutico-analógica" y en un contexto donde reseña a A. I. Pérez Gómez en su "Introducción a John Elliot", encuentro la idea que me hace entender una estrategia educativa usada por mí desde hace años y conceptuada sólo hasta ahora.La Pedagogía Cotidiana es lenta en tanto busca prioritariamente fortalecer los procesos de apropiación de las personas sobre las que trabaja, y estas formaciones para la vida y el bien requieren tiempo para estructurarse u organizarse, en tanto la formación de la persona -como han demostrado las psicologías del desarrollo- es un proceso que en sus etapas, períodos, momentos y niveles produce resultados; y en cuanto se opone a las pedagogías fast track o pedagogías rápidas o del "rendimiento inmediato", como tan bien cita Esteban Ortega, e identifican las prácticas educativas neo-liberales, las cuales deliberadamente buscan formar consumidores, buenos operarios y cuando más ciudadanos ligth & soft -ligeros y suaves-, que dejen funcionar al Imperio sin cuestionarlo y que jamás logren intuir que otro mundo es posible. Intuir la posibilidad de otro mundo surge de un ejercicio cognitivo realista y por tanto desfetichizado.