La noche caía fría y silenciosa en Ciudad Arón, y la luna iluminaba bella e intensamente aquella noche acompañada de la luz de las estrellas que brillaban parpadeantes en el cielo reflejando todo su glamour, mientras que en la residencia Bravo, un hermoso samurái de cabellos negros disfrutaba de una cálida y relajante ducha intentando controlar el acelerado golpeteo de su enamorado corazón y todos aquellos intensos sentimientos de atracción, que se arremolinaban en su pecho como un salvaje torbellino de pasión, después de todos y cada uno de los acontecimientos vividos desde que había arribado a ese singular y extraño mundo desconocido, y más aún, desde que él y Johnny habían confesado sus más profundos sentimientos de amor.
No obstante, para ese momento, el hermoso pelinegro conocido como samurái Jack, se encontraba nervioso y al mismo tiempo ansioso, su atractivo y escultural cuerpo temblaba levemente como lo haría una delicada hoja al viento, al mismo tiempo en que vanamente, intentaba calmar también todos y cada uno de los sentimientos que consumían cada célula de su cuerpo con un irrefrenable deseo, al recordar aquellas sensuales palabras que le había dicho Johnny aquella enigmática noche al llegar a casa...
- Dime lindo pimpollo ¿qué te parece si tú y yo hacemos la unión perfecta? – Le preguntó Johnny a Jack en un tono de voz deliciosamente sensual mientras el rubio sostenía firme y amorosamente la cintura del pelinegro con su mano derecha y le acercaba más contra su cuerpo, mientras que con su mano izquierda sostenía firmemente el mentón de Jack para mirarle directamente a los ojos antes de depositar un fogoso beso en la boca del samurái, y que como era costumbre, el tipo de beso que solía dejar a Jack sin aliento...
- ¿La unión perfecta? – Preguntó Jack cuando se separó de aquel fogoso beso de su musculoso rubio completamente sonrojado por la pasional intensidad con la que le había besado, con ese tipo de besos, al que de a poco se iba acostumbrando, y sintiendo la calidez y el exquisito aroma de Johnny emanar de su cuerpo, mientras en sus labios aún permanecía el cosquilleo causado por el fogoso e inolvidable apasionado beso de amor del rubio.
- Quiero que seas mío Jack... quiero que seas propiedad de Johnny... – Le había susurrado sensualmente Johnny al oído, hace unas horas, lamiendo traviesamente el lóbulo de su oreja derecha para posteriormente depositar un tierno beso en su mejilla. Aquella acción inesperada había hecho estremecer a Jack de pies a cabeza al sentir la húmeda y traviesa lengua de Johnny jugar con su oreja, y más aún al escucharle susurrar aquellas palabras que habían hecho a su corazón latir sin control y a sus mejillas enrojecer con un intenso y exquisito ardor.
- Yo... quiero ser tuyo Johnny. – Le había respondido Jack, sintiendo como sus blancas mejillas parecían aumentar su calor, luciendo así un delicioso rubor de color carmín, mientras su cuerpo se estremecía al sentir las hábiles mano de Johnny acariciarle y estrecharle más aún contra su cuerpo como temiendo que le dejara ir. Sin embargo, recordaba que el rubio le había dicho que tomara una ducha mientras él se encargaba de unos asuntos. Por eso el hermoso samurái se encontraba ahí ahora, disfrutando de la exquisita tibieza de aquella ducha, que parecía relajar todos y cada uno de sus músculos, en aquel día, en que por fin Johnny le había confesado sus sentimientos, dejándole en claro que aquella mujer a la que había visto besarle no era más que una completa desconocida.
Johnny... – Susurró Jack, sintiendo como su corazón seguía golpeando alocadamente en su pecho sin cesar, mientras el color de sus mejillas aumentaba más, el simple hecho de evocar el nombre de aquel hombre al que había llegado amar como nunca antes pensó que pudiera hacerlo, le hizo estremecer abrazando su propio cuerpo.
Hasta donde recordaba, el hermoso samurái, jamás se había sentido de aquella forma tan vulnerable por el simple pensamiento de saber que amaba a alguien, pero en este caso no podía evitarlo al pensar en su amado Johnny, el hombre más magnifico que había conocido, pues jamás pensó que aquel musculoso y atractivo hombre pudiera amarle o corresponder siquiera sus sentimientos como lo hacía, pero el saber que así era le causaba a Jack una inmensa e inconmensurable alegría.
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Destinos Encontrados
FanfictionTras derrotar al maligno demonio conocido como Aku, el destino del hermoso samurái de cabellos negros conocido como Jack es incierto en aquel nuevo universo. ¿Será posible que un despistado y musculoso rubio amante de las sexys mamacitas lindas lla...