Parte 1

28 0 0
                                    


Ahí estaba ella, tendida sobre la cama incitándome a hacer algo de lo que quizás podría arrepentirse mañana, se veía muy tierna y graciosa a la vez, aunque había un toque de sensualidad en el aire, hablaba extraño producto del alcohol, quién diría que la enana Levy Mcgarden tendría esta faceta oculta que sólo salía a relucir cuando se embriagaba aunque no creo que nadie haya podido presenciar una escena similar con ella en ese estado; y yo estaba ahí, en la misma habitación que ella, jamás creí que pasaría por esta extraña situación, ni que la fiesta de cumpleaños de uno de los compañeros pelmazos de la enana se saldría de control dejando a casi todo el gremio en un estado de coma etílico, en fin, sólo pensaba en controlarme y poder salir de ese lugar sin hacer algo de lo que podría arrepentirme después aunque la palabra "sexo" estaba escrita, literalmente (con su magia), sobre su cama y ella no me ayudaba en lo absoluto.

- Vamos Gajeel, que esperas? – me reclamaba mientras gateaba sensualmente hacia donde yo estaba, y yo ahí, pasmado por la impresión, aún no me había movido ni un centímetro de la puerta de la habitación.

- L-Levy – es extraño llamarla por su nombre pero es mejor no hacerla enojar, no tengo idea de por qué estoy tan nervioso con esa sonrisa que me dedica mientras escucha atentamente, sus mejillas estaban encendidas haciendo que se viera más tierna de lo que ya es, momento, en qué rayos estoy pensando? Debería preocuparme por salir de aquí – es mejor que descanses un rato.

- Nooo – hacía pucheros como niña pequeña, sí, se veía aún más pequeña de lo que ya era – divirtámonos un poco Ga-kun - ¿Ga-kun? Esto se está volviendo más extraño de lo que esperaba.

- Tengo que irme, tú descansa y no hagas tonterías.

- No te vayas – otra vez pone esa carita de gatito tierno – q-quédate a dormir... c-conmigo.

- Eh!? No es que no quiera Levy... – pero que diantres estoy diciendo? – me tengo que ir, adiós – me acerco a la ventana y me preparo para saltar pero su voz me detiene.

- E-Espera! – volteo a verla esperando a que termine de hablar – no me siento muy bien, me ayudarías a ponerme mi pijama? – QUEEÉ!? Q-quiere que la des... des... desvista?

  Involuntariamente mis pies se mueven hacia donde está ella, busco su pijama debajo de las almohadas, lo observé por unos segundos, no era muy revelador y por algún motivo eso me tranquilizó, aunque esa tranquilidad duró unos segundos puesto que esa mujer se estaba desvistiendo frente a mí sin ninguna pizca de vergüenza, vi cómo se desataba la cinta de su cuello y cómo su vestido comenzaba a deslizarse hacia abajo, tragué saliva sonoramente cuando mi vista se enfocó en el pequeño busto de la enana, sentí un calor subiendo por mi rostro y giré mi cara hacia otro lado, me sentí avergonzado de mí mismo por las cosas que estaba imaginando, aunque no se alejaban mucho de la realidad, mi rostro fue tomado suavemente por ambas manos de la enana haciendo que la mirara nuevamente y que me perdiera en esos ojos achocolatados, inconscientemente lamí mis labios humedeciéndolos un poco y sin que me diera cuenta, pasó...  

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 16, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Licor de Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora