Capítulo 16:
Aunque al principio parecíamos llevar muy bien lo de la paternidad con las gemelas, con el tiempo el tener dos niñas, y siendo tan jóvenes nos iba pasando factura. Las niñas estaban a punto de cumplir un año, y las cosas entre Max y yo nos hacían más que empeorar. Hacía dos meses ya que no dormíamos juntos y apenas hablábamos. Y cuando lo hacíamos solo hablábamos de cosas de las gemelas. No había hablado con nadie sobre cómo iba nuestra relación, pero ya no podías más y necesitabas hablarlo con alguien. Aprovechando que hacía muy buen día decidiste quedar con Carlitos, que hacía meses que ya no vivía con nosotros. Ese era otro tema de los que enfadaba a Max. Se pensaba que Carlos y yo estábamos juntos y no era así. Así que al final Carlos optó por irse y hacía meses que no lo veía.
Le llamé por teléfono aprovechando que Max no estaba en casa y quedamos en un parque cercano a casa para que las niñas jugasen. Yo llegué antes que él y me senté en un banco a esperarle. Entonces sentí que alguien me tapaba los ojos. Enseguida supe que era él tan gracioso como siempre.
-Carlos: hola preciosa.
-Juliette: hola Carlitos ¿Qué tal estás?
-Carlos: no me puedo quejar ¿Y tú qué tal estás?
En ese momento no sé por qué, pero me dieron ganas de llorar. Me dolía tanto estar así con Max. Me dolía sobre todo por las niñas. Porque no quería que ellas viesen que sus padres estaban todo el día peleados. Era una realidad que me estaba superando y me esta haciendo perder las ganas de hacer cualquier cosa. Salía de casa porque las niñas lo necesitaban y porque no soportaba más discusiones ni gritos. Cuando Carlos vio que salía una lagrima de mis ojos, enseguida me abrazó e intentó consolarme.
-Carlos: pequeñaja tranquila. ¿Has pensado que vas a hacer? Si quieres mi casa siempre hay sitio para ti y para las niñas.
-Juliette: tengo claro que Max y yo no podemos vivir juntos así que tengo que hablar con él. Aunque no estamos casados tenemos que ir a ver a un abogado para crear un regimen de visitas para las niñas. Me duele que vayamos a acabar así pero no hay otra manera. El otro día intenté hablarle del tema y decirle que podíamos acabar de manera amistosa por las niñas, pero no parecía muy por la labor.
-Carlos: yo creo que a Max le pasa algo. Porque ya hace meses que parece otro. Me refiero a que le pasa algo aparte de lo vuestro.
-Juliette: yo he intentado hablar con él. Pero no quiere y ya ha llegado un punto en el que no puedo más. Lo único que quiero es salir de esa casa, llevarme a las niñas de allí, porque no soporto que sigan escuchando como nos gritamos. No tienen por que vivir eso.
-Carlos: ¿Quieres que te acompañe que te acompañe a casa?
-Juliette: no tranquilo. Prefiero pasear sola para despejar la mente. Muchas gracias por todo chiquitín, eres el mejor.
De camino a casa, hubo un momento en el que estuviste tentada a darte la vuelta e irte a casa de Carlos, pero tenías que irte a casa, las niñas necesitaban estar en su casa. Esa misma noche decidiste hablar con Max.
Pasaron unas horas cuando Max volvió a casa. Decidiste ir a buenas. No querías gritos ni discusiones.
-Juliette: hola... ¿Podemos hablar?
-Max: si claro.
Parecía mucho más tranquilo. No sabía si era tranquilo o triste. Se sentó en el sofá y empezó a hablar.
-Max: ya se lo que vas a decirme. Creo que los dos pensamos lo mismo. Esto ya no está funcionando. Y por el bien de Alaïa y de Chloe y por el nuestro propio lo mejor es que nos separemos de forma amistosa.
-Juliette: yo pienso lo mismo. Me alegro que estemos de acuerdo en esto. Me duele que acabemos así, porque nos hemos querido mucho, pero como tú mismo dices ya no funciona. Y seguir forzándolo no nos conviene a nadie y menos a las niñas.
-Max: me alegro que hayamos podido tener esta conversación cómo personas maduras. Aunque nos separemos ¿siempre seremos amigos no?
-Juliette: por supuesto que sí Max. Tenemos dos preciosas niñas en común y vamos a tener que pasar mucho tiempo juntas por ellas, así que es mejor que nos llevemos bien.
Después de eso nos dimos un abrazo y nos fuimos a cenar. Me alegraba que hubiésemos podido arreglar esto como personas adultas. Otra discusión y no hubiese podido más.
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The Driver and The Nurse
RomanceTodo cambió en la vida de Juliette O'Connor con una decisión que sin ella imaginarlo cambiaría todo lo que conocía hasta el momento y conocería así al único y gran amor de su corta pero intensa vida.