Juegos de Ladrón

Capitulo 26

Nicholas

Me desplomé sobre el asiento apenas vi como Jules salía por la puerta, mis dos manos cubriendo mi rostro mientras hacía todo lo posible por no gritar, maldición, ¿por qué?¿por qué no dejaban que hablara con ella cuando al fin había conseguido el valor suficiente como para ver su cara de odio?

-Hum, ¿Nick?-La voz de Matt sonaba suave y cuidadosa.

Retiré mis manos de la cara para poder mirarlo, casi había olvidado que estaba aquí, lo que resultaba gracioso si considerábamos que por él no había terminado mi temible conversación con Julieta.

-¿Ibas a decirle?-Preguntó.

Suspiré, a veces en serio quería golpear a mi mejor amigo.

-Ese era el plan, pero al parecer alguien en algún lugar del universo rechaza la idea.

Él hizo una mueca antes de disculparse.

-Descuida, de todos modos ella tenía una expresión de querer salir corriendo-Dije.

-Y lamento decirte esto, pero ella no era la única, deberías ver tu cara en este momento.

Cerré los ojos mientras dejaba caer mi cabeza hacia atrás, me sentía pésimo, esta situación de verdad me estaba enfermando de los nervios.

-¿Puedes culparme?¿Cómo te sentirías si supieras que con una simple frase Lottie te odiaría?

Ahora su mueca fue aún peor que la anterior, pero aún así no se comparaba a como me sentía yo, de hecho, dudaba que algo pudiera compararse a lo que estaba sintiendo en este momento. Esto era un desastre que no tenía ni idea de como había llegado a suceder.

-De todos modos, ¿a qué viniste?-Pregunté mientras recuperaba la compostura lo más que podía.

Él parpadeó, ¡no podía ser cierto!¿desde cuando Matthew Hawthorne tenía mala memoria?, me levanté para servir un trago de whisky en un vaso, definitivamente iba a necesitar un par de estos para sobrevivir al día de hoy. 

-No creo que la noticia te guste mucho-Dijo-, menos hoy.

-Habla de una vez, Matt-Dije mientras volvía a tomar asiento y dejaba otro vaso con líquido ambarino frente a él.

-Anoche estuve en una taberna.

Fruncí mi ceño, ¿él en una taberna?, no podía ser cierto, hasta el día de hoy lo más que lo había visto beber era una copa de vino en una que otra cena o almuerzo.

-Sólo para confirmar, ¿te refieres a una taberna donde sólo sirven alcohol?

Él me dirigió una mala mirada, ¡hey!, no podía culparme, sus antecedentes de chico correcto y educado hacían casi imposible creer que fuera a un lugar donde las personas así no habían en demasía.

-Sí, Nicholas, una de esas tabernas.

-¿Y puedo saber el motivo por el cual mi mejor y querido amigo se tuviera que refugiar en el alcohol?-Pregunté.

-Charlotte, pero no estamos aquí para discutir mi vida romántica.

Alcé mis cejas.

-¿Es que ahora hay una "vida romántica"?-Pregunté.

-No molestes, Nicholas Thomas, no lo hagas, vengo hablarte de algo serio.

-Lo siento, estoy de mal humor, y sabes que cuando estoy de mal humor no soy exactamente un dulce pastelillo.

-Sí, normalmente eres un limón agrio y podrido.

Esta vez fue mi turno para mirarlo mal, ¿era un karma por ser un idiota el que mi mejor amigo también lo fuera?