Capítulo 1.

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Una, dos, tres líneas de droga. A Dave parecía no afectarle mucho.

Del otro lado de la habitación estaba David, mirando como se hacía daño a si mismo, tras una y otra aspirada.

El pelirrojo alzó su vista hacia el castaño.

-Ven Junior, tienes que probar ésta mierda- dijo pasando la manga de su remera por los orificios de su nariz.

Solo se limitó a arrugar el rostro y beber de su cerveza. La última vez que había tomado u aspirado algo que Dave le daba terminaban... Muy mal, sin embargo lo probó.

Su madre tenía razón, aunque era muy sobreprotectora. Drogarse era malo y valla que lo era; como otras cosas...
Si a su madre no le gustaban sus amigos no lo dejaba salir.
Beber alcohol, fumar y drogarse estaba prohibido.
Llegar temprano era un deber y hablar mal era un castigo por semanas.

David conoció a Dave en el mismo edificio que se mudó; a causa de poder librarse y respirar de su molesta madre, tener una vida.

Recordó aquél día en el cual ya se cumpliría un mes.

David practicaba por las mañanas con su bajo y luego se iba a jugar a la pelota junto a sus compañeros de ex-barrio.

Todo iba de maravilla y nadie en el edificio parecía molestarle el profundo sonido de su instrumento, hasta que llegó él.

Una mañana David practicó sus partituras creadas por él mismo, un intento de Metal parecido a las bandas que solía escuchar. Alguien golpeó la puerta fuertísimo, tanto que pensó que se vendría abajo.

Se levantó algo alarmado y abrió. Era aquél chico nuevo: alto, de pelo largo y anaranjado, ojos claros. Antes de poder desearle un buen día éste se avecinó furioso sobre él gritándole innecesariamente.

-¿PODRÍAS DEJAR DE TOCAR A ESTAS JODIDAS HORAS DE LA MAÑANA?- algo asustado retrocedió. Observó su cara de no haber dormido nada. Las ojeras le delataban el sueño.

-L-lo siento y-yo- el más alto observó mejor su remera estampada con un logo.

-Oh... Veo que te gusta la misma música que a mí- se relajó un poco -Por cierto, tocas bien por lo que he escuchado. Soy David Mustaine, dime Dave- extendió su mano.

El bajista no supo como reaccionar, además de que era extremadamente tímido, solía ser muy educado a diferencia del chico que estaba frente a él.

Le devolvió el gesto algo miedoso.

-David Ellefson- murmuró temblando.

-Qué coincidencia David, justo estoy buscando un bajista para mi banda- dijo sonriendo.

-¿Ah sí?- preguntó torpemente.

-Sí, toco la guitarra y canto- acomodó su enredada melena -Podríamos ensayar, si no tienes una banda obvio- propuso caminando dentro del lugar, como si fuera su propia casa.

Dudó un poco, quizás la primera impresión que Dave le dejó a David lo había asustado, pero al fin y al cabo era un "empleo" y gracias a Dios alguien que le agradaba su género musical.

-Me encantaría- susurró tímidamente.

-Genial, mañana vendré por ti- giró y salió por la puerta azotándola.

David todavía se quedó allí parado, temblando por el escandaloso ruido.

Dejó el bajo acomodado en su lugar, comió algo y se dirigió a su antiguo barrio para jugar un partido con sus 'amigos', nada fuera de lo normal.

...

La tarde y la noche pasaron volando para el pequeño David, se duchó y se acostó en su cama. Pensó en Dave y cómo sería estar en una banda con él.

A Secret Place (Megadeth, Dunior/Ellefstaine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora