Olvidalo Pequeña (HDP#2)

Capítulo 4.

PDV David.

Dios mio, cuanto me duele ver a mi pequeña así por mi culpa, pensé que todo se había arreglado con aquel beso que nos dimos en el centro comercial, pero me di cuenta que le duele más de lo que ella esperaba, lo noté cuando dije una de las palabras que más solía decirle era verdad ella es y seguirá siendo mi princesa nadie la reemplazará.

Terminamos de comer en silencio y subo con la comida de Liz a su habitación debe comer, lo necesita.

Liz - entró y la veo durmiendo.

No se que estoy haciendo pero me quedo observándola, es tan perfecta, de pronto comienza a temblar y a murmurar cosas supongo que una pesadilla.

No por favor, no Eduard dejame ir
No quiero
No Eduard no.

Son algunas de las cosas que logro entender, si definitivamente es una pesadilla.

Ese bastardo esta pudriéndose en la cárcel por todo lo que le hizo, lo detesto. Algo que me parece extraño es esta pesadilla, cuando estábamos juntos nunca las tenía.

Lizzy - susurro para despertarla, ella abre los ojos aterrada, cuando me ve se tranquiliza de alguna manera, esta sudando.

Él... Él - tartamudea.

Shhh... Aquí estoy yo - digo y la abrazo con cautela, porque pienso que me va a empujar o algo parecido, pero eso no sucede.

Luego de estar un rato abrazados, la suelto y la miro directamente a los ojos, estos lucen tristes y apagados.

Pequeña, come algo ¿si?- digo mirándola a los ojos.

No quiero - responde de la misma manera que ahora, con la voz llorosa.

Ven, prepararé panqueques y comerás - digo y la llevó de la mano a la cocina.

Preparo la comida y ella come bajo mi atenta mirada, está demasiado delgada, estoy sospechando que algo más le está pasando. Luego que termina de comer subimos en silencio a la habitación.

Quedate - susurra.

¿Quieres que lo haga?- pregunto.

Si - murmura.

Me quito la camisa y busco unos pantalones de chándal en mi maleta, me acuesto y pasó mi brazo por su cintura, y nos quedamos dormidos.

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La molesta luz del sol da frente a mi rostro y me hace despertar, me encuentro abrazando a Liz que está mirando hacia la ventana con su cabeza recostada sobre mi pecho.

Buenos días - susurro, no quiero que esto acabe jamás.

Hola - dice sonrojada.

Oye, sobre lo que pasó entre nosotros...- comienzo a decir pero me interrumpe.

Shhh... Hablaremos de eso más tarde, lo que importa es ahora, no quiero que esto acabe - dice y se aferra con fuerza a mi.

No tiene por qué acabar - digo y la beso tiernamente, Santísimo Dios como extrañaba sus dulces besos.

Princesita te extraño demasiado - acuno su rostro con mis manos, ella se sonroja.

Y yo a ti - dice y me abraza le correspondo.

¿Que hora es?- pregunto.

No lo sé - dice recostada en mi pecho.

Tomo mi teléfono y veo que son las 3pm, mierda, mis ojos se abren por la sorpresa, además me extraña que los demás no nos hayan despertado.