— Hemos llegado – Dijo freddie al llegar a su casa
Seguía adormilado recordando aquel beso que me regresó a esos instantes en su casa, la cocina y esa confesión.
Freddie se había bajado del auto y mi cabeza seguía apoyada en las piernas de Jessica, podía sentir como ella tiritaba del frío y al mismo tiempo acariciaba mi cabello suavemente mientras ambos nos mirabamos y sonreíamos como tontos
- Hora de levantarse dormilón, estamos en casa - Dijo con ternura mientras se acercaba lentamente a mis labios, sonreí y en un solo segundo ya le tenía encima de mi con sus cálidos labios besando los míos con fuerza y pasión
- Josh.. Ya encendí la calefa... - Se detuvo riendo entre dientes mientras Jessica se levantaba asustada y apenada para confrontar la situación, yo solo me reí con el mientras veía a mi pequeña sonrojarse sin control - ..Cción.. - Se terminó de reir y se dió la vuelta
Terminé de reir y miré a Jessica, ella me miraba tierna pero molesta, se veía realmente extraña pero me gustaba verla así de vez en cuando.
Decidí retomar el beso, yo encima de ella besando sus labios tiernamente mientras ella me pegaba mas a su cuerpo helado, sentí como sus manos iban debajo de mi camisa e inmediatamente me sonrojé, cosa que ella notó y aprovechó para hacerme sentir un poco mas.. excitado? Si, eso.
- Londres es solo el comienzo, pequeño. - Se río mientras halaba mis labios con fuerza. ¿Qué quería decir con eso? Y si es lo que estáis pensando, ¿no creeís que sería demasiado pronto?. Yo simplemente me sentía perdido en el momento, en sus labios, sus manos y sus ojos.
- Eso crees tú. - Le mordí con fuerza en el cuello, ella se arqueó un poco y yo me reí, si ella iba a hacerme estas cosas yo iba a responder el doble.
Luego de unos minutos de jugar, decidimos salir del coche y para nuestra sorpresa todo el equipaje ya estaba dentro de la casa, obra del quieto y sigiloso Freddie. Siempre tan agradable, pero fastidioso y aun asi le quería.
Una vez que entramos a la casa vimos los hermosos muebles de color marrón que se hacían como en un circulo alrededor de una caliente chimenea, perfecto para pasar una hermosa noche de invierno a su lado leyendo romance o viendo comedias.
- Bueno chicos, os dejo por hoy. Espero que disfruteís de vuestra nueva vida, para lo quenecesiteís contad conmigo. Sonrió, yo estaba ahí de pie discimulando mientras Jessica apenada se despedía del carismático chico bromista que se habia convertido en nuestro amigo, y digo nuestro porque a Jess le encantó su forma de ser y me lo dijo.
- Gracias Freddie, No es por abusar de ti... pero, ¿Nos darías un pequeño tour por la ciudad?. - Pregunté curioso mientras Jessica estaba tras de mi apoyandose en mis hombros, sentía su respiración y mirando por el rabillo del ojo pude descubrir de nuevo esa mirada pícara que ella hizo al pasar conmigo por los largos y repletos pasillos del aeropuerto.
- Tío, Por supuesto que sí, ¿Que clase de amigo sería yo si no te llevo a conocer Londres? - Se río y nos abrazó para despedirse amablemente, ambos reímos y nos despedimos de el.
Eso era algo que tanto me encantaba de Freddie, siempre tan servicial sin importar cuanto tardara o a quien ayudara, lo hacía sin pensar, tenía el vicio del ser y eso lo hacía una mejor persona. Suponía que por haber pasado una época muy oscura de su vida, sintió el deber de ayudar a los demás a evitar que fueran al mismo abismo, sabía lo que el sentía porque así me pasó, luego llegó Jess y cambió parte de mi vida.
Cuando Freds se fué, volteé a mirar a Jessica, que de una manera muy lenta como si fuera una de esas peliculas de vaqueros en duelo, sacó mi cámara y me tomó una foto desprevenido, a lo que respondí vengandome con la misma estrategia, parecíamos chicos jugando, una foto aquí, una foto allá, para finalmente terminar exhaustos en la cama sonriendo y mirando las fotos de nuestro divertidisimo duelo de fotografía.
Tomé su pelo acariciandolo, mientras ella apuntaba a nosotros con su enorme y pesada cámara, sonreí y ella me besó tiernamente.
- Creo que esta foto es la mejor. - Dijo mirando a la pantalla de la cámara, dejando ver la bonita escena. Ella abrazandome, casi encima mío, su pelo suelto sobre mí y yo con media sonrisa, la otra parte la tapaba ese tierno beso, la cama deshecha y ella sonrojada a más no poder.
- Si que si! - Dije riendo para volver a abrazarle mientras me sentaba, ella sonrió y me tiró de nuevo a la cama, para empezar a besarme lentamente mientras yo sentía su cálido cuerpo encima de mi pecho.
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Cometas Por El Cielo
Ficção AdolescenteDespués de dejar un doloroso pasado, este decide perseguirla hasta Madrid, su nuevo hogar. Joshua, un chico internado en un psiquiatrico la conoce por casualidad. Y como si fuera poco, La Oreja de Van Gogh visita una de sus ciudades. Dos almas destr...