d e s t i n o

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-Soy la persona que sabe que sientes, soy...el testigo de tus sentimientos, soy aquel que sabe que pasara y porque.....soy...destino- abrió sus ojos un joven pelirrojo, el cual dejaba ver unos hermoso color verde, un fuerte aire soplaba a su alrededor, tras de el se encontraba una gran cantidad de hilos color rojo.

-Kaori despierta cariño el desayuno esta listo.- se escucho la voz de una anciana, al escuchar esto una joven de cabellos largos castaños abrió sus ojos, dejando ver el color azul de ellos, tras levantarse con aquellos cabellos despeinados, froto sus ojos vistiendo un short corto blanco, y un blusón del mismo color algo gastado, abrió poco a poco sus ojos, mirando a su alrededor viendo un reloj algo descuidado marcando las 7:00. -KYAAAAAAAAAAAA- se escucho un fuerte grito de aquel pequeño cuarto.

Una mujer abrió los ojos dejando caer un plato lleno de arroz aun grupo. -pero que- corrió asomándose por las escaleras de madera algo maltratadas. -e..estas bien?- parpadeo vistiendo un vestido blanco y un mandil rosa de girasoles.

-ABUELA SON LAS 7:00, PORQUE NO ME HAS DESPERTADO???- grito con los cabellos alborotados.

-pero claro que si te eh despertado, pero te volvías a dormir.-

-ahaha hoy es el primer dia, y llegare tarde.-

-eso te pasa por desvelarte tanto anoche.-

-si pero, me desvele haciendo el uniforme.-

-lo se, lo se, se que te prometi comprarlo pero estos días las ventas no fueron muy buenas.- expreso una mirada algo triste

Ella noto la voz que su abuela uso al usar, bajo las escaleras con una sonrisa, colocando una de sus manos en los hombros. -tranquila, entiendo, además me eh tomado el tiempo de hacerlo y me a quedado muy bien, gracias por comprar las telas, te lo agradezco abuela.- tras decir eso beso la mejilla de la anciana, dejando que sonriera.

-bueno bueno, ya es tarde querida vamos vamos , apresúrate o se te ara tarde. -

-SI- sonrió de oreja a oreja, subiendo los escalones.

Me llamo Kaori Lonely, tengo 14 años, vivo con mi abuela, ya mi mama murió cuando nací, a si que me quede con mi abuela, mi padre....el es otra historia, mi abuela trabaja en uno de los mercados de esta isla ya que cosecha verduras, nosotras económicamente...lo diré...somos pobres, en primaria se burlaban mucho de mi, me decían la vende verduras, claro que me molestaba porque era un insulto tan bien para mi abuela, a si que me volví algo solitaria, pero eso quedara atrás y esta a punto de cambiar, eh decidido que al entrar en secundaria me volveré popular.- tras pensar esto, se miro al espejo sosteniendo sus cabellos en dos coletas bajas, volteo, y sobre su cama se encontraba un uniforme estilo marinera. -ehehe me a quedado muy bien, lo tomo con delicadeza y una sonrisa en su rostro, comenzando a dar giros con este. -es tan hermosoo.- sin darse cuenta que se encontraba la pared frente a ella, choco contra está cayendo al suelo, teniendo en sus ojos unos espirales. -a...au-

-kaori, ya estas lista?- escucho la voz de su abuela.

-ya...ya voy.- se levanto tocando su frente con dolor.

Paso un momento .-ya estoy lista- hablo con una sonrisa en sus labios portando aquel lindo uniforme.

-oh vaya kaori, estas hermosa.- sonrió su abuela tomándola de las manos. -estas preciosa.-

-enserio? Gracias abuela.-

-sin duda seras la niña mas bonita de toda la escuela.-

-jejej lo dudo, de seguro hay mas bonitas, pero mientras sea la mas bonita para ti esta todo bien.-

-jaja de acuerdo, entonces lo eres para mi, toma.- extendió unas monedas en su mano.

-abuela no, puedo llevar algo de comer si quieres.-

-nada de eso, es tu primer dia y quiero que comas algo delicioso, si? Bueno ya conoces el camino-

-si.- sonrió tomando el dinero y con la otra mano sosteniendo un maletín oscuro. -nos vemos despues de clases.-

-si llegare hoy tarde, ya sabes que dejo recalentado, ten un buen día de clases cariño- tras besar su mejilla, aquella mujer tomo una pequeña carreta comenzando a cargarla.

Esta se quedo mirando, junto sus manos cerrando sus ojos. -kami sama, cuida de mi abuela por favor.- tras decir la pequeña oración, sonrió y se dio vuelta tomando un pequeño atajo. -kokoro, pipio, kokoro, piopio.- comenzó a cantar una pequeña cancioncita mientras caminaba por aquel gran camino lleno de flores y pasto. -estoy tan emocionada- sonrió con mucha alegría, asta que tropezó con una roca haciendo que se cayera y raspara su rodilla. -a...auuuu- trato de levantarse sintiendo un dolor en su rodilla. -no, por favor hoy no.- se agacho un poco notando que esta sangraba. -porque estas cosas me pasan a mi?- teniendo un poco los ojos llorosos miraba, su raspon. -este....iba a hacer un gran dia, porque me pasa esto a mi-

-estas bien?- levanto la mirada notando a un chico de cabellos castaños y ojos del mismo color, teniendo una mirada algo preocupada, su uniforme era oscuro y algo desarreglado.

Se sonrojo al ver aquella mirada angelical que la veía .-yo...yo- tartamudeo avergonzada de como se encontraba.

-dejame ver- se inclino a su lado viendo la herida. -tranquila no es nada grave. -.- volteo sacando de su mochila un pañuelo el cual limpiaba la erida.

-e...espera, no ensucies tu pa...pañuelo- junto sus manos mas avergonzada.

-descuida no es nada.- guardándolo de nuevo, saco una bandita azul colocándosela en la herida.

Kaori observo en silencio lo cuidadoso que era aquel joven, colocando la bendita. -(huele bien)-penso mientras lo veia.

-listo, ya está mejor.- tras decir eso, cerró los ojos con una sonrisa.

Abrió sus ojos al sorprenderse que aquel joven era apuesto, pero su sonrisa era aun mas. -yo.....yo....yo- parpadeo sin quitar aquel sonrojo.

-jaja de nada- sonrió levantándose extendió su mano.

La miro, asta que la tomo. -g.r...gracias...- susurro sin dejar de ver aquellos ojos color avellana.

-no hay de que.- soltó su mano volteándose, para caminar.

-e..espera, como te...llamas?-

Volteo a verle. -Hiro- sonrió, mientras esta sentía su corazón acelerar, asta que este se retiró dejándola sola.

-hiro..kun- se dibujo una sonrisa en ella, llevando las manos al corazón.

-Destino, el que ve y escucha el que sabe que pasara-

Al tocar una simple hoja esta se convirtió en un cerezo, al abrir sus ojos, dejando ver aquel verde vivo, sonreía un joven que se encontraba sobre una pequeña casa antigua muy lejos del pueblo

-yo me encargo, que las personas se presenten con aquello que están destinados, o con quienes, no siempre el destino es bueno.. pero del destino aprendemos.- sonrió un joven pelirrojo, llevando puesto una camisa blanca, un pantalón de mezclilla y una sudadera amarilla, este se encontraba descalzo mientras sonreía mirando al frente. -yo, soy aquel que ata aquellos hilos rojos, yo...soy destino-


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⏰ Última actualización: Jun 20, 2016 ⏰

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