capítulo 40: el viaje

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Los dias pasaron lentos pero gracias a Dios nuestro pequeño Benjamín estaba bien, la pediatra nos autorizó a viajar tranquilos, llegó el día y salimos rumbo al aeropuerto, con benja y sara,  y seb hicimos el check in y entramos al avión. Una vez dentro del avión, que era privado nos sentamos colocamos nuestros cinturones de seguridad y salimos rumbo a  Marbella, teníamos varias horas de vuelo, así que teníamos tiempo de comer mirar tv conversar y dormir, transcurrieron varias horas y al fin llegamos, un auto ya nos esperaba en la pista así que subimos al auto guardamos los equipajes y empezó el recorrido a la casa que rentamos,

 Una vez dentro del avión, que era privado nos sentamos colocamos nuestros cinturones de seguridad y salimos rumbo a  Marbella, teníamos varias horas de vuelo, así que teníamos tiempo de comer mirar tv conversar y dormir, transcurrieron varias hor...

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el trayecto era una belleza jamás imaginé que Marbella sería tan bello, se veían una playas hermosas, llegamos a la casa y era una belleza, era más linda de lo que se veía en la fotos, y tenía hermosas vistas en todos sus ángulos

el trayecto era una belleza jamás imaginé que Marbella sería tan bello, se veían una playas hermosas, llegamos a la casa y era una belleza, era más linda de lo que se veía en la fotos, y tenía hermosas vistas en todos sus ángulos

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seb y yo en nuestra habitación y sara con benja en la de enfrente. Queríamos tener a benja cerca y a la vez tener intimidad con seb, cuando llegamos eran las 14:30 y seb moría por ir a la playa,yo no primero no tengo un cuerpo como ponerme bikini o mayas enterizas. Segundo si el sol me quema más quedaré negra ya que tengo un color de piel bronceado naturalmente. Pero bueno me puse ropa de playa y ligera salimos a la playa seb parecía un niño en juguetería

 Pero bueno me puse ropa de playa y ligera salimos a la playa seb parecía un niño en juguetería

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Yo lo miraba y veía como se divertía en el mar y más tomando sol. Yo me quede quede bajo la sombra de una palmera bebiendo un rico batido, y leyendo un libro que me había recomendado Tom Hidleston, hasta acá era bastante bueno. Cuando seb se cansó de nadar vino junto a mí

Una Argentina En New YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora