30 de enero, 2016.
Estacioné el auto frente a la casa, tomé aire y bajé. Me acerqué a la puerta principal, toqué dos veces y esperé a que me abrieran. Mordí mi labio inferior realmente nerviosa. ¿Qué se supone que voy a decir?
Mientras mi mente estaba concentrada en ver qué decía, escuché la puerta abrirse, levanté mi mirada y me fue imposible evitar que mis ojos se humedecieran. La rubia frente a mí ladeó su sonrisa y sin decir nada me atrajo hacia ella y me rodeó con sus brazos.
– Mi niña, no te preocupes. – mordí más fuerte mi labio intentando evitar llorar. No quiero llorar más.
– Yo... lo siento. – me alejé un poco y limpié el par de lágrimas que se habían escapado.
– ¡Vamos, vamos! – se hizo un lado dejándome pasar a la casa. – Prepararé café, ya vuelvo.
Naomi desapareció en el pasadizo que daba a la cocina, escuché pasos en las escaleras, me volteé y ladeé mi sonrisa. Me agaché y abrí mis brazos, la pequeña corrió hacia mí y se colgó de mi cuello. Me levanté aún con Lucy en mis brazos, ella enredó sus piernas en mi cadera y besó ruidosamente mi mejilla.
– ¿Lista para la tarde de chicas? – pregunté mirándola. Sus ojitos se abrieron a más no poder y comenzó a agitar su cabeza haciendo que sus rulos se movieran.
– ¡Sí, tarde de chicas! – chilló emocionada.
La bajé y ella inmediatamente corrió en busca de su abuela, seguí sus pasos hasta que llegué al espacio donde se encontraban ambas. Me senté en uno de los bancos de la cocina y dejé mis codos sobre el mesón.
Naomi se volteó con dos tazas de café, me dio una y la otra la dejó frente a mí. Lucy le pidió su vaso de niña grande, una vez que su abuela se lo entregó corrió hacia la sala y encendió el televisor.
– ¿Has sabido algo de Alex? – pregunté después de un rato en silencio.
Ella levantó la mirada como si intentara asegurarse que estaré bien con su respuesta. Como si quisiera saber si no moriré o si no me deprimiré por lo que sea que vaya a decir. Al final, asiente con su cabeza y ladea su sonrisa.
– Me llamó hace como dos días. – asentí. – Explicó que se había ido con un amigo porque necesitaba tiempo y que había vuelto hacía unos días, pero que Bryan lo llamó así que tuvo que salir del país.
– ¿Cuándo salió? – volví a inquirir antes de soplar el café.
– Si mal no me falla la memoria, hace tres días. Dijo que les explicara a todos que lamentaba si no contestaba... – la interrumpí.
– Estoy segura de que a la última persona que quiere ver es a mí. – hice una mueca y le di un trago a mi café.
Naomi negó con su cabeza en ese momento. Uno de los rizos de su cabello se escapó de su lugar, por lo que ella lo tomó y lo volvió a colocar tras su oreja.
– Lauren... Dicen que mamá cuervo siempre ve a sus cuervitos como los más bellos, como si fueran perfectos. – ladeé mi sonrisa por su dicho. – No voy a decir que mis hijos son perfectos, porque sé muy bien que han cometido sus errores y también sé que tienen sus defectos. Sin embargo, sé que les enseñé a enfrentar sus problemas y solucionarlos de la mejor manera. No digo que seas un problema o que mi pequeña nieta lo sea. A lo que voy es que ninguno de los dos fue criado para ser grosero y sé, porque he visto a Evan muchas veces con humo en las orejas, que no está molesto contigo ni que te odia.
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Recuperando El Pasado.
Ficção GeralUn pasado intenso. Un presente comprometedor. Un futuro sorpresa. Un individuo inesperado. Una reacción confusa. Una explicación nueva. Conoce la mitad de la verdad escondida, vive el misterio y descubre el secreto completo. +++...