Capítulo trece. Un ángel puede ser un diablo.

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-Genial, la que faltaba... -Farfulló Marcos.

-Otro problema que añadir a la lista. -Susurró Álex a mi oído.

No hacía falta verla ni que diese muchos más detalles, todos sabíamos de más y de sobra que se trataba de Annabel, la persona de la que menos debes rodearte. Al principio, cuando la conoces, te parece encantadora, simpática, dulce, amable y comprensiva. Digna de un comportamiento y un rostro angelical.

Hasta que ves que te es una mala influencia y te va arruinando la vida poco a poco. Ahí es cuando te das cuenta de que es el mismo demonio reencarnado en mujer.

-Seguís siendo igual de antipáticos. -Fingió con voz apenada.

-¿Qué haces aquí Annabel? -Preguntó cortante Álex.

-¿Jenna no has informado? Obviamente yo soy la, tan buscada, ''fuente''. -Sonrió. -Es una pena que no os alegréis de verme cuando realmente os voy a solucionar gran parte del problema que tengáis.

-Prefiero que me peguen un disparo a que seas tú la que nos saques de apuros. -Comentó Marcos.

-Si tiene recursos ¿por qué vais a hacer semejante estupidez de dejarla ir? -Curioseó desconcertada Anastasia.

-Porque nunca da nada de forma desinteresada y lo próximo que sabes es que tu mejor amiga ha muerto a manos de ella. -Contesté con rencor.

-¿Aún sigues recordando eso? Ya te dije que yo no fui. -Añadió Annabel cansada.

-¿Por qué esa historia no me suena? -Me preguntó Álex sorprendido después de que la habitación se inundara en un gran silencio incómodo.

-Porque prefiere quedar su pasado atrás. Como si eso fuera posible. -Le contestó la rubia.

-No estaba hablando contigo. -Dijo, sin mirarla, mi amigo.

-No es algo que me guste recordar. -Contesté yo algo apático.

-Gracias por traer a esta gran fuente Anastasia, es un placer que nos ayudes. -Ironizó Marcos.

-No ha sido culpa suya. -La defendió Annabel. -Fue Jenna quien me llamó diciéndome que estabais aquí y que os encontrabais un poco desconcertados. Que necesitabais mi ayuda ya que soy la que más tiempo he pasado con vosotros.

-Jenna como siempre igual de amable. -Satirizó de nuevo Marcos.

-Jenna, como siempre, intenta hacer lo mejor para todos y yo soy la más adecuada para que no os metáis en caminos rocosos. -Dijo ella acomodándose. -Y para que no le pase nada a ella. -Añadió señalando a Anastasia.

-¿Por qué debería pasarle algo? -Me preocupé yo.

-No sé por qué estáis aquí, eso es algo que me contaréis después, pero por ahora, ya tenéis bastantes enemigos aquí. Os surgirán más problemas de los que tenéis previstos. -Contestó con tranquilidad.

-Genial, pues tú vuelves a Barcelona. -Le ordenó Álex a Anastasia.

-Yo no me voy a ningún lado. -Se negó la chica de las pizzas.

-Vamos cariño, si lo que esta víbora dice es cierto, lo que menos queremos es que alguien salga herido. -Dijo Marcos agarrándola por el brazo. -Y tú no vas a ser un peso para nosotros.

-¡Déjala! -Exclamé. -Yo me ocuparé de ella.

-Esto sí que era difícil de imaginar. -Intervino Annabel soltando un silbido. -James enamorado... Quién lo iba a decir. -Añadió mirándome fijamente. -Puede que no te acuerdes, pero creo que aquí fue dónde te enamoraste de verdad de una mujer.

-Me acuerdo perfectamente. -Dije bruscamente.

-Mejor, una cosa menos que tengo que recordarte. -Contestó guiñándome el ojo.

-¿Por qué Jenna dice que les echaron un hechizo? -Preguntó con curiosidad Anastasia mientras que se acercaba a Annabel sujetando con fuerza ese viejo libro.

-Porque lo hicieron. -Confirmó. -Era mejor que no se conocieran de nada y que cada uno siguiera su camino. De lo único que se acordarían es que cuando vinieron a esta ciudad se emborrachaban seguidamente. Cosa que, obviamente, hacían, pero no era lo único en lo que estaban implicados.

-¿Y por qué no haces algo productivo y nos dices de qué nos conocemos? -Interrogó Marcos.

-Yo he sido enviada para deciros que hechizo os echaron y no quiero saber nada más aparte de eso. -Dijo mientras que le hacía señas a Anastasia para que le diese el libro. -Vuestros problemas os los solucionáis solos.

-¿Jenna no te había mandado para que nos ayudases? Pues vaya ayuda... -Dije yo mientras que me cruzaba de brazos.

-No me voy a meter en una disputa que no es la mía. Vosotros, por alguna extraña razón, habéis vuelto aquí y ese ha sido vuestro error, ahora debéis cargar con las consecuencias que eso conlleva. -Dijo distraída mientras que pasaba las páginas de aquel libro.

-No hemos vuelto por gusto, han secuestrado a mi mujer. -Participo Álex, haciendo que Annabel levantase la cabeza de forma abrupta.

-Me sorprende más esto que el enamoramiento de James. -Dijo estupefacta. -Pues entonces siento deciros que estáis peor de lo que pensáis. Más vale que alguien os deshaga este hechizo o acabaréis muertos.

-Mira, aunque no nos ayude en nada más al menos nos ha avisado de nuestra cercana muerte. Gracias querida. -Le dijo Marcos.

-Yo ni si quiera debería estar envuelta en este lío, lo hago por Jenna, no porque vosotros me importéis lo más mínimo. -Dijo irritada.

-Para anunciarnos la muerte hubiese sido mejor que ni si quiera hubieses aparecido por aquí. -Contraatacó el muchacho.

-Hubiese sido más fácil para mí dejaros morir. -Retó ella.

-Y hubiese sido más fácil para mí no tener que estar aquí. -Se interpuso Anastasia.

-Buscar a una buena bruja y que os solucione lo que os hicieron años atrás. -Dijo Annabel mientras que marcaba la página del libro correcta.

-¿Estás diciéndonos en serio que las brujas existen? ¿Pretendes que nos creamos ese cuento? -Pregunté yo enfadado.

-Yo os podría contar toda la historia pero paso de meterme en problemas. Además, Jenna quiere que aprendáis a apañárosla por vuestra cuenta y que afrontéis el pasado, que ya es hora. -Me contestó la rubia.

-Jenna todo lo ve muy fácil... -Añadió Álex.

-Sea lo que sea que os pasase, no hay tiempo para hablar de Jenna, Annabel o lo que existe y no. Está claro que pensábamos que esto era totalmente ilógico, pero ahora vemos que sí. O sea, debemos coger esta solución y aprovecharla. -Dijo ansiosa Anastasia.

-¿A cambio de qué? -Preguntó Marcos mientras que todos lo mirábamos interrogantes. -Tú nunca haces nada gratis.

-Cuando necesite un favor no dudéis en que os lo pediré. -Dicho esto, después de guiñarnos un ojo, salió de aquel sitio sonriente.

-¿Y ahora qué hacemos? -Pregunté algo perdido por culpa de que la rabia aún estaba en mi organismo.

-Buscar a una bruja, claramente. -Dijo Anastasia con obviedad.

-¿En serio crees en esas cosas? Es un truco de Annabel, como siempre. -Contestó Marcos cansado.

-Vosotros podéis hacer lo que queráis, yo me voy a buscarla.

Antes de que pudiésemos reaccionar, Anastasia ya había salido también de aquellas cuatro paredes.

Genial, ¿cuántos problemas hay ya en la lista?


SIENTO QUE SEA TAN CORTO EL CAPÍTULO Y DE TAN POCA TRAMA. SON LAS DOS DE LA MAÑANA CUANDO LO ESTOY ESCRIBIENDO Y MI MENTE YA NO DA MÁS DE MÍ, PERO SI OS SIRVE DE ALGO, EL PRÓXIMO SERÁ NARRADO POR ANASTASIA, ATE: LA CHICA DE LAS PIZZAS.

ESPERO QUE OS GUSTE. BESOS <33

PD: SIENTO NO HABER SUBIDO AYER, PERO ES QUE ME FUE IMPOSIBLE. :(

Creo que me he enamorado... (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora