El final del viaje

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—¿Qué? ¿Porque?—preguntó Peter.

—Me gusta el mundo moderno, me gusta poder votar, me gusta la ropa, la libertad de expresión, la medicina... mi vida está aquí. No es que no aprecie Narnia, pero no la necesito.

—Nosotros te necesitamos, Su—dijo Lucy abrazándola.

—Aquí me necesitan más. Aunque los Fríos hayan muerto con Hier, hay cientos de criaturas mágicas perdidas que pasaron por el portal de Jadis. Algunas tendrán buenas intenciones, pero otras no. Este mundo necesita una guardiana y yo seré quien se preste a ello—confesó.

Edmund abrazó a Susan.

—Sabes que aunque encontremos la manera de volver, habrán pasado muchos años, ¿verdad? Nosotros ya habremos muerto—pronunció Peter.

Susan suspiró.

—Lo sé, y eso es lo que más me preocupa. Pero creo que es mi deber quedarme aquí—dijo con la voz rota.

Los cuatro Pevensie se abrazaron con todas sus fuerzas mientras sus corazones latían al unísono. No iban a permanecer juntos para siempre, pero se querrían como si lo fuesen a estar.

—Yo me quedo también—dijo Wyn, mientras se vendaba el pecho.

Le miraron extrañados.

—¿Qué?—preguntó Susan enfadada—¿Porque querrías hacer eso? Tú perteneces a Narnia, así que vete a Narnia.

Wyn frunció el ceño, molesto.

—Mis poderes pueden ser peligrosos siendo el hijo de la Bruja Blanca. Alguien podría querer utilizarme o que a mí me empiece a interesar el mal. Lo mejor es estar separado de un mundo mágico—razonó.

—Claro, si te vuelves loco mejor hacerlo aquí, ¿verdad?

—No es eso es...—fue cortado.

—Sí, claro claro.

Todos se rieron. Iban a echar de menos a Susan. Lucy se acercó a Wyn y le dio las gracias de corazón por haber cuidado de ella cuando estaba un poco loca y por haberla defendido siempre, también por haber sido tan valiente.

—No es molestia Gacela, lo he hecho de corazón—sonrió.

La reina la abrazó más fuerte.

—Por eso lo digo. Deseo que seas muy feliz.

Wyn miró a Edmund, que estaba cabizbajo.

—Nada de esto hubiera sucedido sin ti. Si no me hubieses comprado aquella noche...

—Lo sé—respondió sinceramente mientras le ponía una mano en el hombro.

Ambos se miraron a punto de llorar cuando Peter gritó de nuevo.

—¡El portal se está cerrando!—gritó—¡Vamos!

Aleeya abrazó a Wyn corriendo y le dio un amigable beso en los labios, luego cogió a su hermano de la mano y ambos saltaron al portal. Los cuatro Pevensie se miraron.

—¡Te escribiré!—gritó Lucy a su hermana.

Los tres Pevensie saltaron al portal y este se cerró detrás suya. De repente, toda la sala se quedó en silencio. Susan se quedó mirando el lugar donde estaba el portal antes hasta que Wyn le puso una mano en el hombro.

—Lo siento, yo también he perdido a toda mi familia hoy—dijo con la otra mano en la herida sangrante.

Susan recordó que cuando atacaron Sol Eclipsado, ella fue doctora junto a Lemec. Oh, Lemec. Ya se había olvidado casi de él. Lo cierto es que durante aquellos días lejanos, había empezado a sentir cosas por el calormeno, pero después de su encierro y su liberación no había pensado en el sastre así que sus sentimientos no debían haber sido reales. Aun así, era un buen amigo y le dolía no haberse podido despedir de él.

—Soy una estúpida, yo aquí preocupándome de mis cosas y tu huérfano y desangrándote—dijo dándose la vuelta y ayudándole a sentarse—¿Sabes? Durante algunos meses de batalla contra los Vástagos hice de doctora—le contó mientras se cortaba el vestido y le intentaba curar la herida—.Me gustó. Creo que quiero ser doctora—sonrió mientras le quitaba la camisa—. Me iré a Norte América y empezaré la carrera y... ¡Oh, vaya! No sabía que estuvieses tan bueno, Wyn, que calladito te lo tenías.

El mago sonrió, Susan ocultaba muy bien su tristeza con mucha charla.

—¿Y tú que vas a hacer?—le preguntó concentrada.

—Ir a un hospital—respondió sarcásticamente.

Susan se rio.

—¡Por supuesto! Eso haremos. Supongo que la Reina Isabel (si sigue viva) retomará el cargo, así que nos quedaremos aquí para que nos condecoren y nos den dinero y títulos nobiliarios. Ahora el dinero del tío Digory será mío, porque él y la tia Polly no tuvieron hijos—dijo apenada, recordando al tío Digory—. Ahora que lo pienso, debería quedarme en Inglaterra y ser la Guardiana del Puente aquí, ¿no? No creo que las criaturas mágicas hayan salido de Gran Bretaña. Pero, oh, aun teniendo el dinero del tío Digory y las condecoraciones de la reina, no sé por dónde empezar a protegerles, ¡ni tan siquiera se luchar cuerpo a cuerpo! ¡Ni nada sobre criaturas mágicas!

Se dejó caer al suelo mientras se ponía las manos en la cara, desesperanzada. Wyn se agachó a su lado, contemplando el desolador panorama.

—Puedo quedarme contigo y ayudar juntos. No sé mucho de este mundo pero si del mío—dijo haciendo aparecer una margarita.

Susan se secó una lágrima y cogió la margarita.

—¿De verdad me ayudarás?—Wyn asintió—¡Gracias, gracias! ¡Tenemos mucho por hacer!

—Lo primero será esperar las condecoraciones de la reina, ¿verdad?—preguntó el mago.

—Sí, sí. Cuando tengamos hij... digooo, cuando tenga hijos, les enseñaré a ser los guardianes y ellos a su vez a los suyos y entonces los Pevensie serán conocidos por ser...

Pero la charla de Susan fue interrumpida por el portal, que se abrió y cerró de nuevo en un segundo. De él había salido un papel blanco. La reina corrió a cogerlo.

—Es una carta de mis hermanos—susurró y la abrió corriendo.

Amantísima Susan:

Te escribimos ahora porque han pasado suficientes cosas como para rellenar una carta. No sabemos cuánto tiempo habrá pasado allí, pero aquí han sido cinco años.

¿Por dónde empezar? Los Vástagos, ahora que no estaban dirigidos por Jadis, se rindieron y firmaron un tratado de paz con el resto de los países. El nuevo Tarkaan (que era un siervo de Ghemor, por cierto) decretó ayudar a Solandia en su reconstrucción y en darle suministros y ayuda hasta que estuviese todo el orden. Aun se llevan mal las personas de los dos países pero con el tiempo todo está mejorando (llevan 300 años enfrentados). Solandia fue el primer país en celebrar elecciones y casi obligamos a Ceres a presentarse a canciller, pero ella no quiso. Han pasado cuatro años de eso, así que esperamos convencerla para que se presente este año.

Vivimos en una mansión en mitad de una pradera y al lado de un lago, te encantaría esto Susan. Hemos querido dejar lo mejor para el final y es que, ¡Edmund se casa! ¡Y Lucy está......



¡Ya si que casi es el final! Pondré un epilogo. Como habeis podido observar, Susan ha cambiado mucho desde el inicio de la historia, en la que no hacía casi nada y ahora quiere estudiar para ser Doctora (en los años 60 donde la sociedad era bastante machista y no veían bien que las mujeres lo fueran, solo enfermeras) y ahora es la que cuidará a las criaturas magicas atrapadas en este mundo. Mientras escribia eso casi podía imaginarme un spin off de sus nietos XDD

Tambien ha sido una decisión valiente porque ahora no tiene a ningun familiar y va a tener que hacerlo todo sola. En el epilogo veremos lo que ha pasado en esos 5 años y ya si que será el final, que me pone muy triste por cierto :(

Las Crónicas de Narnia: el Veneno MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora