Me desperté poco después. Entre las caricias de Dougie en mi pelo, y la panzá de llorar que me había pegado antes no fue muy difícil quedarme dormida. Según el reloj del DVD eran las 5 de la tarde. Me levanté del sofá, no se oía a nadie, apenas un leve ruido. Salí al jardín. Dougie estaba sentado en el escalón que separaba el césped de las losas.
—Hola —dije sentándome a su lado. Me sentía estúpida, hacía apenas unas horas estaba encima de él y ahora lo saludaba con un simple "hola".
—Ey —cosa que Dougie siempre ha dicho mucho y que me encanta—, ¿qué tal la siesta? —eso último lo dijo en español, lo que me resultó bastante gracioso e hizo que sonriera.
—¿La siesta? —pregunté imitándolo.
—Claro, ¿nunca te he contado lo bien que hablo español?
—Pues no, la verdad es que no.
—Mira: Annet, ¿quieres un cafí co lechí? —empecé a reírme mucho y apoyé la cabeza en su hombro— me gusta cuando ríes, iluminas el mundo -Respira respira respira respira.
—Tengo miedo —yo y mi bonita costumbre de no pensar antes de hablar.
—¿Miedo de que?
—De que esto no salga bien, de que Steph no se recupere, de que Gi no tenga razón y mi padre no esté bien...
—Pero eso no va a pasar.
—Quien sabe...
—Porque yo voy a estar a tu lado —se giró hacia mí y me levantó la barbilla—. Si algún día caes yo voy a estar detrás de ti para levantarte —me incliné hacía delante para apoyar mi frente en la suya. Cuando noté que me besaba cerré los ojos, me dejé llevar... me abracé a su cuello y él me pegó a su cuerpo. No recuerdo cuanto tiempo nos pudimos tirar así, abrazados, dándonos pequeños besos y contándonos cosas.
—¿Quieres que salgamos a cenar? —me preguntó.
—Bueno... pero a un sitio tranquilo ¿vale?
—Donde tú quieras.
Me duché rápidamente, y fui a cambiarme... ¿Y ahora que me ponía? Siempre era mi gran dilema. Pues nada, lo primero que pillé, pitillos vaqueros claros, manoletinas azules con un pequeño lacito, y una camisa azul de manga al codo atada con un nudo en la cintura.
—Preciosa —dijo Dougie ofreciéndome su mano cuando bajaba las escaleras.
—Siempre dices lo mismo.
—Porque yo siempre digo la verdad —y calló lo que iba a decirle con un beso.
No tardamos en llegar al restaurante. Pequeño y calmadito, perfecto.
El camarero nos estaba sirviendo la comida cuando el móvil de Dougie que estaba encima de la mesa empezó a sonar. Se quedó pálido cuando lo vio.
—¿Quién es? —pregunté.
—Frankie... —cogió el móvil entre sus manos. Dudaba entre contestar o no.
—¿Se lo vas a coger?
—Sí... creo que sí.
—Dougie no lo hagas, esa tía no se merece hablar contigo.
—Pero algo querrá.
—Dougie, te ha costado mucho estar como estás ahora para que te llame y destroces todo lo que has conseguido.
—Pero es ella Annet... y si llama para decirme que lo siente... que quiere volver conmigo —me quedé sin palabras, a pesar de todo estaba dispuesto a volver con ella.
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No tienes que decir nada (McFly)
Fiksi PenggemarAmor, música, pasión, traiciones... Annet siempre se ha considerado una chica muy independiente, pero después de desaparecer su padre en extrañas circustancias, se ve en la obligación de mudarse a casa de su tía Giovanna y su tío Tom. Allí también e...