"¿El problema?"

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Soundtrack ~ Never Be Alone ~ Shawn Mendes

Capítulo 9: ¿El problema?

El sonido del móvil no es la mejor forma para levantarse de un sueño profundo. Parecía que solo yo era la que se daba cuenta de ello. Ni siquiera reconocía donde estaba, era como si un sueño estuviera dentro de otro.

Me obligo a despertarme, mi mano empieza a apoyarse en la mesa en busca de un relieve que me indique donde está ese irritante aparato que suena a mitad de la noche. Una parpadeante luz me indica donde está cuando abro mis ojos adormilados.

Me llevo el objeto al oído, emito un extraño ruido. Mi ceño se frunce al escuchar la espiración del otro lado de la línea .

— ¿Quién llama a estas horas? — Mi voz ronca junto con el bufido de la otra persona provoca una oleada de inquietud en mi cuerpo.

¿No te acuerdas de tu familia ahora que te has ido? — El conocido y suramericano tono molesto que mi madre utiliza provoca mi incorporación en la cama de forma inmediata.

Lo siento, mamá — intento formar una sonrisa inocente aunque ella no me vea — ¿Qué haces llamando a las — detengo mis palabras, retiro el móvil de mi oreja para ver la hora y luego lo vuelvo a colocar donde estaba — seis de la mañana? — casi quiero golpearme la cabeza con la pared cuando me doy cuenta de lo poco que queda para que tenga que despertarme.

Perdón por querer escuchar la voz de mi hija después de cuatro días — su molestia por una extraña razón causa una sonrisa en mis labios.

Estás perdonada — bromeo, puedo oír como suelta un bufido de exasperación — ¿Cómo está papá? — Pregunto interesada.

Yo estoy bien, gracias — las esquinas de mi boca se crispan intentando no reír.

Sé que estás bien, mamá —mi obvia respuesta resuena por el silencio del lugar —. Si estuvieras mal ya me lo habrías dicho — ruedo los ojos sabiendo que los problemas son lo primero que ella me cuenta cuando descuelgo el móvil — ¿Cómo está papa? — Vuelvo a cuestionar.

Está bien pero triste — mi mirada baja hasta algún punto que no consigo ver por la oscuridad que me rodea —, quiere verte — dice con tristeza.

Me lleno de melancolía, no es fácil dejar a tus padres. He pasado de estar con ellos todos los días a no verlos ni para desayunar. Cada día recordando como mi padre se ponía a ver los partido de fútbol americano mientras gritaba por cada cosa que sucedía.

Cuando mi madre reía por vernos a la familia unida. Mi padre rodeando mis hombros y un bol de palomitas en las cortas piernas de mi hermano, con su pelo cayendo sobre su frente mientras cogía los últimos trozos del cuenco.

Yo también tengo ganas de veros, mamá — el puchero que puedo imaginarme de parte de mi madre rompe trocito a trocito mi corazón —. Pero ahora la prensa está con mil ojos puestos en mí y no voy a poder ir a visitaros — le digo volviendo a la conversación.

Prométenos que cuando tengas un hueco vas a venir a visitarnos junto con tu hermano — el dramatismo de mi madre se filtra en mi pecho como lo haría una aguja al coser.

No soy la típica chica (U.D.S.#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora