Capítulo único

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-Jin, ¿has visto mi buzo?- Yoongi le preguntó a su hyung, tirando ropa por la habitación que para empezar, no estaba limpia

Jin, tirado en la cama, no levanta la vista de su teléfono, pero responde

-No

-¿Al menos sabes del buzo del que hablo?- Yoongi estaba empezando a sentirse frustrado

- Uhhh...

Yoongi suspiró y salió del cuarto después de intentar encontrar su buzo gris. Se rindió -por ahora- decidiendo tomar una siesta en el sofá, cosa que de todas formas ya tenía planeado. Esos días se estaba poniendo más fresco, por lo que -al menos- quería usar su buzo. En vez de eso, buscó un cobertor y se durmió rapidamente. Mientras, todos -sin siquiera intentar despertar a Yoongi- se fueron por el día, excepto Jimin, que dio la escusa de que estaba demasiado cansado. Cuando Yoongi se despertó media hora después que los demás se hubieran ido, pensó que lo habían abandonado. Frotó sus ojos e intentó recordar que hora era y por qué estaba ahí, hasta que escuchó sonidos. Sonidos cuestionables.

Frunció el ceño, no sabía si debía estar asustado porque alguien podría haber entrado, o confundido. Lentamente, empezó a acercarse al sonido, que empezó a ser más... sucio. Sonaba como gemidos y jadeos, y esa voz... era tan familiar.

Antes de saberlo, estaba parado en frente de uno de los dormitorios, el que era usado por los más jovenes. La puerta estaba cerrada, pero la habitación no era a prueba de sonidos

-Mmmmm...

Yoongi estaba con la oreja pegada a la puerta, intentando reconocer quien era... Probablemente... podría abrir la puerta un poco... Sus manos temblaban mientras tomó el pomo de la puerta y lo giró con cuidado. Estaba oscuro adentro así que esperó que la otra persona no lo hubiera notado. Intentaba ver lo que pasaba, usandose a si mismo para bloquear la luz para poder acostumbrarse a la oscuridad.

-Gahh...- gimió, claramente estaba en su propio mundo- Ahh...

Yoongi estaría mintiendo si dijera que ese gemido no lo calentó aunque sea un poco

-M-mierda... por favor-

Yoongi tragó saliva, maldiciendose a si mismo por intentar ver quien era. La sangre corría a sus partes bajas muy rápido. Puso una de sus manos en su bolsillo así sus jeans no lo molestarían tanto.

-Yoongi hyung... follame-

Las respiraciones de ambos se entrecortaron y Yoongi se apoyó en la puerta. Que mierda, pensó Yoongi. Normalmente se habría asustado, pero ahora estaba demasiado caliente como para parar. Volvió a la puerta, y la abrió un poco más para -con algo de suerte- ver quien era. Al menos esperaba ver a alguien que conocía

Finalmente vió a la persona; Park Jimin en su cama. Con el buzo de Yoongi cubriendo su cuerpo, con los ojos cerrados, una de sus manos acercaba la manga a su rostro, y la otra moviendose sobre su miembro furiosamente.

Yoongi sintió su erección volverse más obvia, al punto de que sus jeans le molestaban sin importar qué. Siempre sintió algo por Jimin, pero sabía que no habría hecho nada. Pero ahora tenía que hacer algo.

Empujó la puerta, y dijo en su voz rasposa

-Así que aquí fue donde vino a parar mi buzo...

Su voz grave asustó a Jimin, que rápidamente se escondió debajo de sus sabanas. Yoongi cerró la puerta y prendió la luz, para poder ver la adorablemente avergonzada cara de Jimin. Se acercó al chico, inclinándose sobre la cama y acercándose a centímetros de su cara. Jimin se veía como si prefiriera morir a ser atrapado, pero Yoongi queria avisarle que no había nada de malo con eso. No ahora.

Hoodies »y.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora