Dexter

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El día estaba cada vez más feo, la tormenta se movía tan rápido mientras él salía de ahí sin avisarle a nadie, no quería que se llevaran a Deb lejos, tenía que volver por ella, pero Saxon estaba afuera y probablemente estaba buscando a su talón de Aquiles: Debra, pero ¿Qué haría si ella ya no estaba? ¿Lo sabría? Al llegar al primer piso vio a un hombre agonizando en una silla de ruedas, le habían apuñalado y había vomitado sangre en el piso, lucía grotesco, lucía… llamativo.

Daniel, ¿Estás ahí?  El oscuro pasajero preguntó y Dexter corrió escaleras arriba, al menos tenía que llegar al cuarto en donde había dejado a Debra para constatar que el hijo de Vogel no estuviera ahí, ingenuamente tratando de matar a alguien que murió estrechando su mano hace unos minutos.

Y pagaría cada segundo de vida que se le fue a Debra ante sus ojos.

Llegó arriba y se encontró cara a cara con Oliver Saxon, Daniel Vogel, y los ojos de depredadores se mantuvieron conectados durante un par de segundos. El piso estaba vacío, ni Matthews, Masuoka, Quinn o Batista se veían por ahí… Avanzó con lentitud hacia su enemigo y cuando pasó por un mostrador no olvidó tomar un lápiz y metérselo en el bolsillo sigilosamente.

—Somos parecidos, sabes llegar a donde llego —odiaba el tono de voz apremiante y juguetón de aquel hombre, le recordaba a la manera en que él trataba a sus víctimas, a la manera en que él era, pero no, él no era el reflejo de el hijo de su madre espiritual, él era más.

—Es fácil —mantuvo la calma por fuera, como siempre—. Una vez alguien quiso matarla, no una sino dos veces…

—La diferencia es que yo la maté, actualmente —se mofó Saxon. La vio, lo sabe—. No pongas esa cara, cuando la vi no le hice nada que no estuviera hecho, tenía las intenciones pero la vida me hizo el trabajo esta vez.

La distancia entre ellos se acortó, Dexter movió un poco su cuello, cansado.

—¿Esperas a que te atrape la policía? El edificio está lleno de ellos —murmuró.

—Esperaba que lo hicieras tú —Oliver suspiró y Dexter sonrió mirando hacia el suelo—. Supongo que tengo que hacer que me atrapes.

Y de su bolsillo sacó un pequeño bisturí, que había robado de la tienda de mascotas en donde fue curado y estuvo a punto de llegar al cuello de Dexter con una precisión casi médica, pero Dexter, bastante prevenido y con una vasta experiencia en ataques, sacó su lápiz y se lo enterró en el cuello a su resbaloso amigo, causándole una herida mortal.

Oliver se llevó una mano al cuello y se deslizó hasta caer tumbado al suelo, la sangre tardó segundos en empaparlo, la luz tardó mucho menos en escapar de sus ojos.

—Deb… —murmuró, no confiaba en él, entonces fue a la habitación en donde se supone que aún estaría Debra, mientras todos pensaban que aún vivía.

Entró y se encontró con su hermana, pálida, totalmente desprovista de color y vida, intacta.

No podía dejarla, la sacaría de ahí.

Desconectó todos los cables de su cuerpo y la trasladó en la camilla hasta el ascensor, había muchas personas trasladando pacientes en sillas de ruedas y camillas en los pasillos, la locura por reubicar a los pacientes con rapidez les hacía olvidar que alguien con las manos ligeramente ensangrentadas se estaba llevando el cuerpo de su hermana lejos de ahí. Cuando llegó al primer piso siguió caminando por entre la gente con normalidad y con éxito, al rato, llegó a su auto y tomó entre sus brazos el delgado cuerpo de Debra. Evitó mirarla y la recostó con cuidado en el asiento de atrás.

Los hermanos Morgan no volverían a mirar atrás.

—¡Es Saxon! —Masuoka fue el primero en ver el desastre: el hombre muerto sobre un charco de sangre a su alrededor y un lápiz en su cuello—. Dios mío —se acercó más mientras Quinn, Batista y Matthews corrían a su lado.

—¿Qué demonios pasó aquí? —preguntó Ángel desorientado.

—Saxon está muerto —Quinn miraba el cadáver del hijo de Vogel como si lo quisiera revivir tan solo para matarlo con sus propias manos, pero entonces se dio cuenta de algo mucho más importante—. Deb.

—Se supone que estaba con Dexter, no lo hemos visto…

—No, este desgraciado estaba aquí, justo aquí, ¿Y si le hizo algo a…? —todos se miraron y fueron a la habitación de Debra sin importar que no se pudiera entrar.

Al abrir la puerta se encontraron con… nada. No estaba Dexter, Debra, ni siquiera la camilla y los cables estaban todos regados por el suelo.

—La habrán trasladado —dijo Batista sin perder la calma—. El hospital está trasladando pacientes a otra ala por pisos. Iré a buscar a alguna enfermera que me pueda decir —y salió de la habitación.

—Ve a quitarle el lápiz a ese maldito, quiero saber quién es el pobre diablo que se las dio de héroe y no me dejó hacerlo con mis propias manos —escupió Quinn, Masuoka, quien se encargaba de las huellas y la sangre ahora que Dexter no estaba, fue a hacer lo que se le pedía, intrigado también por quién sería el asesino del asesino.

Batista volvió al momento.

—Este piso no ha sido evacuado aún por el personal —todos se miraron.

Dexter.

Don't you remember the monsters?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora