"El entrenamiento"
Al entrar a la cabaña, estaban emocionados, pues todo andaba bien; tenían comida, ropa, seguridad y una cabaña que parecía segura, por ahora. Larry con Robert estaban pensando en construir un muro, o algo que los proteja de los caminantes.
En la cabaña, había agua caliente. Fue algo que emocionó a todos, pues el no bañarse estaban de mal humor.
Usaron poca agua, no querían que los recursos se acabaran tan rápidamente, así que se bañaban sólo dos días a la semana. Cada uno tenía su propia habitación, excepto Chloe que dormía con Lukas y Rose que dormía con Robert.A la hora de cenar, tenían velas por toda la casa, ya que estaba todo muy oscuro, y las puertas y ventanas estaban cerradas, por si llega algún intruso.
Iban a comenzar a comer, cuando Larry habló:
—Desde mañana comenzaremos a entrenar a Lukas.
—¿Qué?—Al parecer el padre de Lukas no le gustaba la idea.—¿Cómo dice?Entrenar, ¿para qué?
—Robert. Tu también tienes que entrenar. Si quieres sobrevivir, será mejor que me escuches. Tienen que aprender a defenderse por su cuenta. No estaremos ahí todo el tiempo cuando nos necesiten. Les enseñaremos a usar la navaja. Ahora no podemos usar las pistolas, ya que mucho ruido atraería a los muertos, y ya que no tenemos la protección necesaria, lo dejaremos para otro día.—Tosió y continuó.— Rose, deberás practicar tu también, pue...
—¿Yo?—Larry fue interrumpido por la mujer, que se veía extrañada.
—Si. Pues, deberás proteger a Chloe de alguna forma. Y a ti misma también.
—Bueno.—Dijo Lukas.—Estoy de acuerdo.
—¿Lukas?—Su padre lo miró con asombro.—¿E-estás seguro, hijo?
—Necesito proteger a Chloe, y ustedes también.—Aclaró Lukas.—Es por su bien. queremos sobrevivir lo más que podamos, así que debemos estar preparados para cualquier cosa.
—Bien.—habló Larry.—Pueden ir a dormir cuando terminen, y temprano empezaremos con todo.
Lukas POV:
Sentí que alguien llamaba a la puerta de la casa. Me levanté de mi cama y me puse una camiseta por el frío. Bajé las escaleras sin hacer mucho ruido, pues estaban todos dormidos.
—Ya voy.—Dije, para que dejaran de golpear.
Abrí la puerta. Y recordé. "Esas no son personas". Entraron a la casa y me ignoraron. Me vieron, pero decidieron seguir su camino. Se quedaron mirando a la nada, y yo no podía hacer nada, no sé por qué, tal vez fue el miedo que me invadió. Al parecer escucharon que alguien decía "¿dónde dejé mis calcetines?", pues comenzaron a subir las escaleras, y cuando al fin reaccioné fui a ver arriba. Se escuchaban gritos desgarradores. Y ahí lo supe. Estaban devorándose a mi familia enfrente de mí, sin piedad alguna. Mi madre estaba en una esquina de la habitación, viendo como los muertos se comían a papá. Al parecer escucharon sus desgarradores sollozos, pues fueron a donde estaba ella, tirándola al piso, para así terminar con su vida. Y ahí fue cuando vi a Chloe en el piso, cubierta de sangre con las tripas esparcidas por el suelo.
Me desperté agitado. Estaba empapado en sudor y mi cara y mi almohada estaban mojadas por las lágrimas. Esa había sido la peor pesadilla que había tenido en toda mi vida. Me levanté aún tiritando, y fui a ver a Chloe. Estaba durmiendo plácidamente es su cama. Eso me tranquilizó un montón. Fui a beber algo de agua para calmarme, mojé mis manos y me las pasé por la cara, para refrescarme. Pude volver a dormir.
A la mañana siguiente mamá me despertó para ir a desayunar. Me paré, y la fui a abrazar.
—Te quiero, mamá.—Le susurre al oído.
—¿A qué se debe todo este cariño, niño?—Bromeó mamá.
—Tuve una pesadilla, en la que morías. No quiero perderte.
Mamá soltó una risilla.
—No lo harás bebé, estaré aquí siempre y cuando me necesites.—Me acarició la espalda.
Bajé las escaleras junto a mamá. Marie había hecho pan, que por cierto, estaba delicioso.
Hoy empezaba el entrenamiento. Estábamos en el jardín de la cabaña con Larry, papá y mamá. Chloe y Marie estaban siendo cuidadas por Dakota por mientras.
Me mostró una mesita en la que habían navajas de todo tipo. Eran ocho en total, así que Larry me escogió una, la tercera más pequeña para comenzar. A papá le dieron la quinta y a mamá la cuarta.
—Bien. Vengan por aquí.—Larry señaló un arbol—sigan las manchas azules, los llevarán a donde vamos a practicar.
Fuimos siguiendo las manchas de pintura que tenía cada árbol para no perdernos.
—Bien.
Llegamos a un lugar en el que habían caminantes amarrados en árboles por unas cuerdas alrededor de sus cinturas.
—Practicaremos aquí.—Larry caminó hacia uno de ellos, y lo miró.—Esto va a ser fácil. Sólo tienen que clavarlo con fuerza en el cráneo.—Larry hablaba mientras lo hacía.—Tenemos que entrenar la fuerza para esto también, pero eso luego.
—¿Hiciste todo esto por tu cuenta?—Papá se veía algo confundido.—¿Cuándo tuviste tiempo para hacer esto?
—Lo hice ayer en cuanto llegamos, Dakota me ayudó. Menos charla, más trabajo.
El primero en matar a uno de ellos fui yo. Aunque fue más difícil de lo que imaginé. No era nada parecido a los videojuegos. Mueven sus manos tratando de agarrarte, y en cuanto a clavar la navaja, es necesaria la fuerza pues hay que penetrar el cráneo y es difícil. Sólo necesito más práctica.
Ahora era el turno de papá. Veía como movía la cabeza de manera desesperante. No quería matarlo, y el hombre estaba asustado.
—Papá, solo hay que tener fuerza. Confía en tí.
En un abrir y cerrar de ojos, papá ya había matado al caminante, enterrándole la navaja en la nuca.
—Muy bien Robert. Excelente.—Lo felicitó Larry.
Era el turno de mamá y estaba segura de que no tendría el valor para hacerlo, pero finalmente, respiró hondo y atacó. Todos logramos nuestro objetivo.
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The end.
Science Fiction-Hija, ya sé que no quieres estar en un auto por diez horas, pero tienes que resistir, por tu abuelo, cariño.-Hablaba Robert mientras guardaba las maletas al estilo Tetris. -Pero... ¿si tengo que ir al baño?-La pequeña de 6 años hacía pucheros. -Ir...