Era una mañana hermosa, el sol se colaba por la ventana del cuarto de Scarlett dándole de lleno en la cara, al sentir el calor, ella va abriendo sus ojos acostumbrándose a la luz. Al despertar mira su que su reloj marca las 6:45 a.m, después desperezarse se levanta, busca su ropa unos jeans
negro, unas zapatillas de tacón no muy alto de color negro, una blusa azul de tirantes y una campera negra y coge su toalla, entra al baño, se desnuda y se mete a la ducha abriendo el agua caliente, ella es Scarlett Tyler, tiene 17 años, es de estatura promedio, el cabello negro y ondulado y unos ojos azules verdosos hipnotizantes. Mientras se baña, poco a poco se va despertando, cuando sale del baño son las 7:15 a.m.
Cuando baja a desayunar, están sus papás ya sentados en la mesa, su papá se llama John Tyler, dueño y presidente de Tyler International Company, y su madre, Emily Tyler, presidenta de Tyler Asociation Benefic.
-Hola Scarlett, buenos días cariño- le dice su papá levantando si vista de su periódico matutino.
-Hola! Buenos días papi- le contesta ella con mucho cariño, abrazándolo y dándole un beso en la mejilla.
-Y para mi no hay abrazo?- pregunta su mamá fingiendo un puchero.
-Claro que si mami! No un abrazo, si no muchísimos y además besos-apesar de que Scarlett tuviese 17 años, tenia un gran cariño y respeto a sus papás, confiaba en ellos, ella no era la típica adolescente rebelde que odia a sus padres y al mundo. Al contrario, le gusta ayudar a la gente y ama a los niños, sobre todo a aquellos bebes discapacitados que requieren de ayuda tanto emocional como económica, uno de sus pasatiempos, que ella adora, es ir al hospital infantil para alegrar a los niños enfermos, ahí todo mundo la ama hasta los doctores la quieren, la vida de Scarlett era relativamente perfecta.
El desayuno pasa entre risas y bromas, tanta es la diversión que no se dieron cuenta que todos llegaban tarde a sus respectivos lugares de responsabilidades, Scarlett a la escuela, el Sr. Tyler a la empresa y la Sra Tyler a la Asosiacion. Y esta era la vida en la casa de Scalett, sus padres la amaban y la cuidaban mucho y ella se lo agradecía a ambos y los amaba más que a su propia vida, no se imaginaba la vida sin sus padres.