CAPITULO I: Como empezó todo

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  Hola me llamo Halfonso, esto que le voy a contar se remonta hace mucho tiempo, al poco tiempo de que yo naciera, no se en que fecha porque no se en que año nací, bueno nací en un lugar llamado América o así lo llamaban unos hombres de piel blanca que decían que venían de más allá de las tierras llenas de agua, o eso es lo que me contaron, yo era muy pequeño era retrasado no sabia lo que hacía. Los hombres blancos trataron mal a mi familia y a los de mi tribu los hicieron trabajar sin descansar sin una simple gota de agua, trabajaban en conseguir recursos para el hombre blanco cosas que solo ellos querían, se llevaban cosas de nuestras tierras a sus tierra para que mas gente como ellos pudieran disfrutar de lo que teníamos, cosas que nosotros habíamos conseguido con nuestro sudor. Yo era demasiado pequeño ha mi no me hacían trabajar, pero veía el sufrimiento de mis personas queridas, veía a gente morir, y no hacían nada por salvarlos.

  Los hombres blancos también nos enseñaron cosas como su lenguaje, sus religiones, o lo que se hacia por sus tierras, lo que se comía, etc. Pero igualmente ellos solo nos querían para maltratarnos, me contaron una increíble historia sobre un hombre del Imperio de Castilla que fue el que descubrió nuestras tierras.

  En aquellos momentos jugaba con mis amigos a molestar a los hombres blancos tirando les piedras para reírnos de ellos, ellos nos azotaban por habernos comportado mal, salíamos corriendo y nos subíamos a algún árbol para que no nos pegaran o nos escondíamos detrás de piedras, claro podíamos escarpar pero nuestro merecido nos lo iban a dar al llegar, merecía la pena por esas risas que nos echábamos, en aquellos momentos me lo pasaba muy bien con mis amigos, tengo muchas historias increíbles con ellos de las cuales os voy a contar las mejores.

  Me acuerdo del mejor momento, ya que nos gustaba cazar animales salvajes que encontrábamos, un día cazamos un animal que se tiraba pedos y olían muy mal los hombres blancos nos dijeron que se llamaba mofetas, nos costo mucho cazarlo porque olía muy mal y encima corría mucho, se nos escapaba y se metía en su madriguera, mis amigos y yo la tendimos una trampa esperándola cada uno en uno de los huecos de la madriguera, en cuanto vi a la mofeta salir por el hueco que yo estaba vigilando grite para que mis amigos viniesen conmigo, y yo me lancé sobre la mofeta consiguiendo atraparla. Lo llevamos a la aldea donde estaban la gente de color blanco, cogimos a la mofeta y la metimos en una de sus cabañas, después de unos segundos vimos como salían de la cabaña corriendo porque olía muy mal por culpa de los pedos de la mofeta, en ese momentos nos fuimos para que no nos viesen, nos fuimos corriendo mientras nos reíamos de ellos. Esa fue una de las mayores aventuras que pase con mis amigos.

  Cuando crecí, con cierta altura me mandaron a trabajar, para mi era muy cansado, siempre había un hombre con un palo detrás mía, para pegarme. Terminaba los días y yo estaba muy cansado, terminaba con heridas, no quería vivir más allí, no quería que me trataran así, yo no quería tener esa vida, yo me quería divertir con mis amigos como hacíamos antes. Estaba harto de que me llamasen ¡sucio negro! o ¡inútil!, solo por tener un tono distinto de piel, yo sabía que en el fondo eramos iguales.

  Un día reuní todas mis fuerza y en el momento exacto intente escaparme, salí huyendo de allí pero ellos me vieron y me persiguieron detrás mía, yo no podía correr más que ellos, aunque yo confiaba en que podría, confié en el PODER DEL AMOR pero no funcionó, porque me tropecé con una piedra, me pillaron (por negro)"A CLARO LAS LETRAS TIENEN QUE ESTAR EN NEGRO POR QUE SOY NEGRO ¡RACISTAS!" y me llevaron devuelta a la aldea, lo intenté muchas veces, pero nunca podía escapar siempre me pillaban, un día casi lo conseguí, pero al cabo de un rato una patrulla de gurdas que habían mandado a por mí me encontraron. Ya estaban cansados de mi, de que me escapara todo el rato y tenían que recurrir a la siguiente fase, me dijeron que después de unos mese me mandarían en uno de sus barcos para llevarme a sus tierras natales, porque no podían hacer nada más conmigo, me llevarían cuando alguien me comprase para que trabajase para el, si no encontraban a nadie me matarían, como ya le paso a mucha gente que conocía.

  Todos las noches rezaba a nuestros dios, para que alguien me comprase, no quería morir, me daba igual irme a esas tierras lejanas de las que hablaban, lo que sea, pero no quería morir tan joven. Pasaban las semanas y no había nadie todavía que había comprado, cada vez me estresaba más, porque pensaba que nadie me iba a comprar y que iba a morir. Un día llegó un barco que venia para llevarse a gente, iban a elegir a quien se llevaban, escogieron a unos 20 o 25, digo un número porque no se contar, no me cogieron a mi, era el destino de mi muerte, el barco iba a zarpar en unos momentos, y a mi me iban a matar, pero de repente antes de morir, mis amigos alertaron a los guardas para que no me mataran y me diese tiempo a escapar, huí en dirección al barco, subí a el sin que se diesen cuenta, entre y me fui con mi gente, para que no se diesen cuenta que me había colado, poco después el barco se puso en movimiento, en el puerto estaban los guardas que me hiban a matar, porque me vieron subir al barco, pero era demasiado tarde para ellos, yo ya estaba viendo mi nueva viada en unas nuevas tierras, estaba imaginando como iba a ser mi vida en adelante, como seria el sitio donde viviría, quien seria el que me mantuviese, y lo que me prometí a mi mismo era volver algún día para volver a ver a mi familia, mis amigos y mi gente querida.

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2017 ⏰

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