CAPITULO 15

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ELPIDA

—Nefeli vamos, ¿tienes lista la torta?

—Sí, tranquila que aún sigue dormido y tiene que llegar también mi hermano con los cafés que le mandamos a pedir. —hoy es el cumpleaños de mi hermano, han pasado casi dos meses desde el accidente y no he vuelto aun a España, volveré a retomar mis estudios en Septiembre, ahora es Strato quien me necesita, aunque no como compañía porque Nefeli no lo ha dejado en ningún momento solo, pero si me necesita como su fisioterapeuta.

Tuvimos bastante trabajo con su brazo y su pierna para que volviera a estar como antes y aunque se nos ha hecho bastante difícil la ausencia de Sofi, poco a poco nos vamos acostumbrando, pero su partida aun nos duele mucho y sobre todo a mi hermano que aún se culpa, pero con las visitas al sicólogo cada vez está mejor.

Mijaíl, no me ha dejado sola en ningún momento, exceptuando los viajes que tiene que hacer a España por la obra de teatro donde actúa y que nos mantuvo dos semanas separados. Cuando él no lo soportó más llegó a un acuerdo con el director, y solo actuarían de lunes a miércoles, dejando los otros días para que pueda viajar y estar conmigo.

Aún recuerdo el día en que me anunció que debería irse.

Habíamos salido a cenar los dos solos, como el tiempo ya estaba comenzado a estar más cálido, decidió llevarme a un restaurante en Microlimano, no era nada de lujo, era pequeño y muy acogedor, toda su decoración recordaba a Santorini sillas de madera, mesas cuadradas, jugando en todo momento con los colores blanco y celeste, luego nos enteramos que el dueño era de esa maravillosa isla.

Nos decidimos por mezzedes, los dos por lo menos tenemos casi los mismos gustos en la comida y seguimos una dieta mediterránea así que qué mejor.

Pedimos una ensalada horiata que llevaba tomate, pepino, cebolla, aceituna y feta; una melitzanosalata que no es otra cosa que puré de berenjena, dolmades que consisten en hojas de parra rellenas con arroz y se come con yogurt blanco, pulpo, calamares y gambas, todo a la parrilla, y como no podía faltar midiasaganaki que consiste enmejillones con queso feta y salsa hecho en el horno.

Me había dado cuenta al pasar los días que con mi gruñón teníamos muchas cosas en común y podíamos hablar de todo o de nada a la vez, o simplemente nos quedábamos en silencio mirándonos.

Me llevo un dolmá a mi boca, pero antes lo unto en el yogur y es una delicia, es fresco tiene un sabor a menta, es algo único.

— ¿Cuándo tienes que viajar? —le pregunto y me queda mirando sorprendido.

— ¿Cómo sabes que quería hablarte de eso?

—Amor es que soy realista, has estado ya bastantes días aquí y pasado mañana es el comienzo de la obra de teatro en la que participas y no es posible que comiencen sin ti. —le digo y lo veo como soba su nuca.

—Tengo que irme mañana, pero no quiero dejarte sola.

—Primero que nada no estoy sola. —y es la verdad han estado todos pendientes de nosotros estos días pero ya es hora que comencemos a retomar nuestras vidas—. Segundo es tu trabajo y por nada lo dejarás por mí y ya verás cómo pasarán los días sin que te des cuenta.

No dice nada y solo me mira.

— ¿Qué? —no sé si reír o molestarme así como sus ojos no se apartan de mí.

—Eres única ¿lo sabes? —Dice y no sé qué responderle a eso así que no digo nada— otra en tu lugar pediría que dejara todo por ella o exigiría un montón de cosas en cambio tú... —acaricia mi rostro y su calor traspasa todo mi ser.

TÚ, MI ESPERANZA Y MI SALVACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora