CAPITULO 19

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ELPIDA

- ¿Cariño cómo te encuentras? -Pregunto una vez más a mi amiga que sale del baño después que volvió a vomitar por milésima vez- ¿Qué has comido? -sueno un poco más enfadada de lo que quisiera pero se ve tan pálida que estoy comenzando a asustarme.

-No es nada. -dice tratando de sonreírme pero fracasa rotundamente- lo más seguro es que será alguna gripe que me está dando.

Sé que me miente, esconde su mirada, no me deja ver sus ojos.

-Nefeli por favor, por el amor de Dios dime por una vez que es lo que está pasando y ¡NO ME MIENTAS! ―grito desesperada.

La puerta de la habitación se abre de par en par dejando ver a mi hermano que me mira con cara de pocos amigos.

― ¿Qué mierda te pasa qué le gritas así? ―me regaña en el mismo momento que cubre bajo su brazo a mi amiga.

No digo nada, solo los miro tratando de descifrar sus miradas y ¡Bingo! mi hermano le soba su panza con demasiada ternura y en su mirada existe un brillo especial que nunca había visto antes.

― ¡Están embarazados! ―grito de tal manera que se sobresaltan y me miran con ojos de pitufos, pero no me niegan nada, los dos intentan esconder la sonrisa que comienza a formarse en sus rostros.

― ¡Oh Dios mío, seré tía! ―reafirmo mis palabras y me lanzo a sus brazos, tratando de que todo mi peso caiga más sobre mi hermano que sobre mi amiga―. ¡Son unos jodidos! ―golpeo el brazo de Strato― ¿Por qué no nos dijeron nada? me han hecho cagarme de miedo todas estas horas ―los miro enfadada.

―Perdónanos hermanita. ―hace una mueca de consecuencias que me hace sonreír― nadie lo sabe aún y nosotros hace un par de días fue que nos enteramos y no quisimos decir nada porque hoy era la noche de Mijaíl y mañana que estaremos todos juntos anunciaremos nuestra boda y el embarazo.

No puedo creer lo que escuchan mis oídos.

¿Contraen matrimonio y yo tampoco sé nada?

Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas que no dejo correr.

No es que sea egoísta, estoy feliz por ellos, pero me doy cuenta que nos hemos alejado, y yo ya no sé lo que sucede en la vida de mi hermano y mi mejor amiga.

Mi hermano se da cuenta de lo que pasa por mi cabeza y por un momento suelta a Nefeli quién también me mira preocupada, siento el abrazo de mi oso personal cubrirme.

―Pequeña. ―susurra y su agarre se hace mucho más firme―. Perdóname por no decirte nada, pero recién ahora puedo respirar ―besa mi cabello y continua― estoy muerto de miedo, todo esto ha sido demasiado y hasta estar seguros nosotros mismos con lo que haríamos decidimos callar.

― ¿Acaso había otra posibilidad? ―lo miro con mis ojos entrecerrados y una ceja levantada para que esté seguro que si se equivoca de respuesta, yo, lo mato.

―No, ninguna. ―asegura y estira su brazo hasta mi amiga y ella lo toma con todo el amor del mundo―. Puede que no fuera nada de esto planeado, pero soy el hombre más feliz de la tierra ―dice y tiene una cara de tonto que me llena el alma.

― ¡Ahora si seremos hermanas! ―gritamos como dos locas y comenzamos a dar saltitos en nuestro lugar, hasta que vuelve a salir disparada al baño.

Después de dos horas por fin se queda dormida, agotada por la fuerza al vomitar, está acostada y mi hermano y yo estamos a cada lado.

―Mijaíl estará feliz. ―digo en un susurro que no estoy segura que fue escuchado por Strato, hasta que responde.

― ¿Lo crees? ―pregunta preocupado.

TÚ, MI ESPERANZA Y MI SALVACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora