A Secret Place (Megadeth, Dunior/Ellefstaine)

Capítulo 4:

Dave sacó de sus bolsillos un cigarrillo común y lo prendió. Estaba en la terraza del edificio, ya era de noche y no supo cuando había pasado tan rápido el día.

“Mira en lo que me convertí por ti James” recordó a su amante.

Todo este lío en el que está envuelta su cabeza lo hizo salir de control.

El hijo de puta de su ex-amigo Lars, que lo reemplazó por el ñoño de Kirk.
Clifford que no se preocupó por él ni lo defendió, después de haberle regalado kilos de marihuana y le pagó así. Y luego estaba James... Con el cual llevaba un torpe amorío.

Esa era su banda, Metallica. A los que consideraba su única familia, esos pubertos drogones que lo hacían fastidiar. Los quería mucho y ellos lo habían acuchillado por la espalda, ahora los odiaba como su peor enemigo.

Lo peor fue encontrarse a James con el boleto de vuelta a Los Ángeles.

El rubio solo bajó la mirada y le extendió el papel mientras Lars le soltaba miles de quejas sobre lo agresivo que era drogado.

Le dolió, a pesar de que no estaban "enamorados" Dave sentía algo por aquel chico, a demás de solo acostarse con él por despecho había comenzado a sentir cosas que se negaba. Una vez que lo admitía se le presentaba esta situación.

De ahí nacía su odio y venganza por haberlo traicionado, por echarlo y dejarlo en la calle como un perro.
Aunque su venta de drogas le dajaba algo de dinero alquiló por unos meses el departamento donde conoció a Junior.

Ese era otro tema, el que le traía problemas económicos y sociales. Los tipos con los que negociaba eran rudos y Dave podía ser el más irresponsable en cuanto a eso de pagar, algo que era un gran problema.

Terminó su cigarrillo y volvió al cuarto.

Al cerrar la puerta vio a David durmiendo sobre la cama.

La locura del éxtasis ya había pasado y ahora estaba más calmo. En cuanto se despertara le pediría disculpas.

Observó el rostro de Junior. Sus finas pestañas, sus mejillas, su nariz, su boca... Sus labios. Quería probarlos, esa sensación que le había dado al rozarlos con los suyos lo hacía envolverse en un mar de emociones raras, "maricas" según él.

Caminó hasta el otro extremo del colchón y durmió junto a él, de nuevo.

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Unos fuertes golpes lo despertaron. El pelirrojo se estiró, caminó hasta la puerta y la abrió.

—¡Dave tienes que irte ahora mismo! Ellos estan aquí buscándote, rápido ve por la parte de atrás— un chico rubio con pintas de haber fumado, socio de Dave, lo socorrió.

—Carajo, gracias— no recordaba su nombre y la verdad no podía importarle menos ahora.

Corrió hacia David y lo despertó.

—Junior debemos irnos, vamos levantate— miró hacia la puerta y el rubio le hacía señas para que se apurara.

Adormilado, el castaño se paró.

—¿Qué sucede?— preguntó, Mustaine lo tomó del brazo y lo arrastró fuera.

Corrieron hacia la salida trasera, donde el rubio los resguardó y salieron corriendo de aquel sucio edificio.

—Dave ¿Qué mierda está pasando?.

Ya cansados de correr se sentaron en una plaza.

Se tomaron un tiempo para respirar.