La perfección de dos imperfectos.

La magia de sentir.

El otro lado del amor. La magia de sentir, y las consecuencias de dejar de escuchar a nuestros corazones...

"Estoy enamorado de ti, mi chica, tanto, que a veces me hace mal. Y hasta hace poco, por muy extraño que suene para una persona tan sentimental como lo soy, llevaba casi un mes sin llorar desde mi alma y mi corazón, sin hacerlo con la misma o mayor intensidad con lo que mi amor grita, en un único sentido, hacia ti.

Y te amo, como un adicto a la droga podría amar a la misma, con tanto aprecio o tanto dolor, pero definitivamente...a diario y de manera incondicional. Mi amor, entrego cada uno de los minutos que estoy a tu lado, ya estés conmigo o no...Si no estás cerca, me la paso pensando en que haré cuando te vea, en como estarás y que estarás pensando, si estás pensando en mí, tanto como yo por ti.

No sé si te pasa a ti igual, pero cada vez que de verdad me tomo el placer de verte a los ojos, de ver tu manera de sonreír, me enamoro como si fuera la primera vez que yo caí en tus brazos. Y de das cuenta, que todo lo malo que pudimos haber pasado, vale la pena, las lágrimas, lo vale todo. Porque ya muchísimo tiempo después, sigo sintiendo que tú eres para mí, que eres mi hogar, tanto como yo espero que yo sea para ti.

Definitivamente, el amor es lo mejor del universo, para los que no lo viven de manera real. No, no es perfecto, este se encarga de hacer que dos partes de personas, como tú y yo, generen tal unión que formen lo que yo llamo, "la perfección de dos imperfectos", tal unión es la que mueve a masas, pero más importante, hace tan fuertes a esas personas involucradas, que nadie las puede detener, a menos de que ellos, dejen de sentir.

Esos somos tu y yo, querida compañera. Tan diferentes que somos idénticos, ¿Por qué? Porque Somos Uno. Y nos amamos de tal manera que nadie podría comprenderla, porque solo nosotros nos conocemos de verdad. Pero como dije, solo nosotros nos encargamos de crear esos pequeños tropiezos innecesarios solo porque dejamos de sentir. Dejamos de darnos cuenta de cuán perfección tenemos a nuestro lado, y querida, no podemos hacer eso jamás. Dejamos desde querer saber y querer escuchar los pensamientos del otro, de hasta que le parece esa manzana y de lo que él piensa sobre las frutas. Esos somos nosotros, los nosotros que siempre tenemos que ser, venga quien venga, pase quien pase."

Nunca dejemos de escuchar a nuestros corazones, si grita su nombre, grítaselo. Si lloras su nombre, llóralo, porque la vida y los momentos pasan...y no vuelven.