Aparta el cuchillo

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Abro los ojos, estoy tumbada en la cama; como no tenía ganas de hablar con los profesionales está noche me había dormido. Pero me he desvelado, no puedo dormir, decido hacer una locura, veo que llueve pero cojo una camiseta de tirantes y unos shorts y salgo; aquí un resfriado no me hará nada, o al menos, eso espero. Salgo del ascensor, con pasos lentos pero con la cabeza alta, voy tocando la pared con la punta de los dedos a medida que avanzo. Llego ala terraza, hay un techo de cristal que lo cubre todo.

-No me voy a mojar.- pienso mirando como el agua golpea contra el cristal con fuerza, es hipnótico- ¿Por qué hace calor?

Veo una figura apoyada contra la barandilla, con la nariz rozando el cristal. Creo que es Clove y decido reírme un poco de ella, si es otra persona no creo que pase nada. Cojo el cojín más cercano y se lo lanzo, se aparta agarrándolo por un extremo y para mi sorpresa no me lo devuelve, se apoya en el. Me acerco y me apoyo a su lado.

-Quería comprobar si servías.- le digo para pincharle un poco-

-¿Qué quieres?- me suelta sin dirigirme la mirada-

-¿Y qué quieres tú?- le respondo de la misma manera-

-Si quieres te dejo sola.- le digo tras un rato de silencio, aunque me arrepiento al momento. Ahora pensará que no soy como ella creía, me empiezo a insultar a mi misma por decirlo-

-¿Qué demonios te pasa?- me pregunta furiosa mirándome muy fría-

-¿A qué te refieres?- le digo manteniéndole la mirada-

-¿Por qué eres alguien y después otro alguien?- me pregunta atropelladamente-

-Porque soy así.- le suelto intentando parecer enfadada- ¿A qué viene esta actitud?

-Eres tú la que no se decide por quién ser.- me dice enfadada-

-Pues dime quién crees que soy.- no entiendo ni lo que me dice ni lo que le contesto. Parece una conversación de locas-

-Primero eres fría, extraña, loca, comprensiva.- me dice con una cara de loca acercándose a mi, aunque no me aparto- Decide quién vas a ser.

-No te entiendo.- le suelto y me voy a un sofá y me tumbo mirando la pared de cristal y su tormenta-

No me dice nada, aunque no se que pasa, ¿me ha descubierto pero no está segura? Bueno, mientras todo siga como antes y ella confíe en mi. No se si quedarme callada o decirle algo, esto es ligeramente estúpido; la Clove de la tele es fría y sádica. Aunque cuando me hablaba ahora me parecía que no era así.

-No se por qué, pero me caes bien.- dice, aunque no me doy la vuelta para mirarla- Se nota que no eres tan fría como nosotros, desde el primer momento, eres buena mentirosa. Empieza a ser fría en todo momento, o te irá mal...eres inteligente y deberías pensar mejor en lo que haces...

-¿Por qué me aceptaste entonces?- le corto, no entiendo a esta chica-

-Porque...- gruñe y no dice nada más-

Veo por el rabillo del ojo como se va medio corriendo, medio andando. Solo falta que ahora aparezca Cato y me diga que estoy fuera, lanzo una mirada de preocupación a la puerta por si acaso. Me recuesto en el sofá y miro el techo, no creo que nadie vaya a subir ahora. No se cuanto tiempo pasa hasta que dejo de oír el sonido de la lluvia contra el cristal y unos labios se posan en los míos, no necesito abrirlos para saber quién es pero lo hago; sus ojos están cerrados y su pelo le cae en la cara, lo tiene más largo que la última vez.

-Siéntate.- le digo haciéndole un hueco en el sofá- Ese pelo alocado no estaba el otro día.

-Ya,- dice apartándose el flequillo que le cubre los ojos- mi estilista me ha echado algo en el pelo para que crezca más rápido. ¿Me queda bien? Según ella es sexy.

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