31 de diciembre a las 7:10 pm
POV Santiago Selter
–¿Iras con eso? –chillo mi madre con indignación al notar mi presencia en la cocina.
Observe mis jeans y mi camisa verde. No le veo nada malo.
¿Qué tienen las mujeres con la ropa? Son solo pedazos de tela unida. Ni que fuera a una cita con la reina de Inglaterra. Lo que según mis cálculos, nunca sucederá. Menos mal.
–Aja –susurré, mientras deslumbraba el delicioso festín que se llevara en esta casa, el cual no podre degustar por primera vez. A menos que...
Un suspiro.
–No creo con ese atuendo vayas a conmover a alguna mujer. ¡Por Dios, quiero nietos! –exclamo la mujer que me dio la vida con falsa desesperación. O tal vez, no tan falsa.
Genial, nunca debí entrar a este terreno, ¿Por qué no me dirigí en primer lugar a la puerta? ¿Por qué la cocina? Oh, ya recuerdo. Maldito buen olor que desprende esa deliciosa y apetitosa comida. Este año están jugando en mi contra. Claro, como Santiago no va a estar en la celebración, no nos queda otra solución que preparar un menú mas variado y exquisito. ¡No me digas que eso es costillitas de cerdo!
Solo hay una solución para obtener un gran bocado de esas apetecibles costillitas, odio mi vida.
–Mamá...
–Se que odias que hable de este tema –interrumpió abruptamente mientras abría una gaveta, dirigiéndome una mirada de preocupación–. Pero por ser tu madre, tengo la obligación de hacerlo. No se que sucedió con Andrea para que de un momento a otro, actuaran como si nunca se conocieran. ¡Tres años! Que tiraste literalmente a la basura. Deberías llamarla y disculparte por la estupidez que hayas cometido. Andrea es una chica agradable, educada, con unos buenos genes y sobre todo con un muy buen apellido. ¡La mujer perfecta! No como esa tal María, que mujer mas insolente y arrogante. ¡Todavía tengo pesadillas con ella! –Dijo con desagrado, a la vez que sacaba servilletas de tela para empezar a doblarlas.
Andrea.
Andrea, la fiel.
Andrea, la que le gusta ser follada por mi primo, Tony.
Esa es la agradable y educada, Andrea.
No voy a llamarla para disculparme. ¿Para que? Si yo no fui el que instalo los cuernos en mi cabeza. ¿La ame? No. Hacia buenas mamadas pero no la ame. Debería agradecerle a Tony por habérmela sacado de encima, una mujer demasiado celosa y obsesiva con sus pies. Y mis pies. Tenia un fetichismo por los pies. Lamer, besar oler, acariciar y castigar a mis pies. Debería ser un delito.
En fin, creo que Andrea esta mejor donde sea que estén dando una orgía con pies.
Ugh.
–No la voy a llamar –afirme con bastante determinación, adivinando que forma le daría este año a las servilletas. ¿Una flor? ¿Un árbol?–. Eres consiente que estás demasiado joven para tener nietos. ¿No quieres que te salgan canas? ¿O si? –pregunte conociendo que odiaba que le hablaran en el ámbito donde la palabra "Vejez" y "Ella" estuvieran juntas. ¿Un conejo?
Una mirada de furia fue el detonante para saber que di en el punto.
–Cariño, estoy suficientemente joven para que mis nietos me llamen tía –expuso con demasiado orgullo, digno de la Señora Selter–. Charlotte y Olivia ya tienen nietos. Mi status debe ser idóneo para seguir siendo una de las representantes ante nuestra comunidad. Por Dios, ¡Ten piedad de mi! –profirió con gran desesperación, a la vez que terminaba su obra maestra con la servilleta.
¿La Ópera de Sídney? ¿Qué?
Esas señoras son más falsas que la cola de Nicki Minaj. Y eso es demasiado.
–No creo que te guste ser el solterón de la reunión, porque hoy lo serás. –agrega con tono discriminatorio.
Buen, no tengo idea como la aguante cuando era adolescente. Supongo que paciencia es mi virtud. O tal vez, gracias a todos esos viajes en los que permanecíamos en casa solos con mis hermanos durante meses. Bueno, con la niñera lo que es prácticamente solos.
¡Benditos sean los viajes!
–¡Tía! –grito una voz que conozco a la perfección a la vez que entraba a la cocina, que por ahora era un "Terreno de batalla por la obtención de nietos"–. ¡Tía! Traigo una nefasta noticia, Samu se niega colocarse el disfraz. Dime ¿Cómo vamos a recibir el año si no hay un panda entre nosotros? ¡Sera mala suerte de por vida! –expreso con un falso pánico exagerado para conseguir un verdadero pánico en mi madre.
Otra cosa que me voy a perder. Samuel, mi pequeño hermano, no tan pequeño, siendo un panda.
–Tremendos hijos que he obtenido, ¡Me he ganado la lotería! –exclamo, a la vez que dirigía su vista y su cuerpo a la salida donde se encontraba Ari–. Querida necesito que ayudes a tu primo a vestirse presentable. Quiero nietos, ¿Entiendes?.
–Hare lo que pueda.
La señora Selter siempre fue muy exigente, no solo con ella misma sino con toda la familia, bueno solo en reuniones y ¡Madre Mia! Si como mamá es insoportable no me la puedo imaginar con mis hijos no planeados, ni esperados por ahora.
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Hola a ti.
Este capitulo no esta terminado. Yo se, ¿Por qué carajos publico algo que no esta completo? Bueno, es una pequeña cucharada de lo que se viene. Porque este helado es bueno. Jahaha (eso sonó muy raro) Bah, soy una mujer perfeccionista y tengo esta loca obsesión por buscarles adjetivos a todo. Y cuando digo todo, es TODO, así que esa es la causa de que no termine mis ideas rápido. Ah, si hay algún error, coméntalo. Hay que combatir las metidas de dedos. lol.
Daniela
Esta historia se ha archivado como borrador desde agosto del 2015 y decidí publicarla hoy 12 de oct del 2018, para ver que pasaba.
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La última noche del año
Teen FictionUna noche fría y húmeda, como muchas en este mes de diciembre. Vestidos cortos mas de lo debido, corbatas, algunos labios rojos, lociones un poco fuertes y el sonido de los tacones resonando, hacen que finalmente se de inicio a la ultima fiesta del...