Y pasaban los días. Y Dougie y yo cada vez más juntos. Habíamos quedado en conocernos bien, nada de adelantar acontecimientos, y he de reconocer que nos iba estupendamente como amigos, bueno, amigos un poco empalagosos... pero no tan tan tan empalagosos, empalagosos de algún beso de vez en cuando... ¡Qué no me lieis! que fuerte fuerte no había pasado nada... todavía.
Estábamos en vacaciones de primavera. Yo no tenía que ir a clase y me pasaban los días en casa de Steph. Si, habéis leído bien. Había empezado con la quimioterapia y el tratamiento parecía no ir del todo mal. Los primeros días se le notaba mucho, pero luego se les iban pasando los efectos negativos. Yo me estaba acabando de poner el gorro en el pelo cuando llamaron a mi puerta.
—¿Estás lista? —era Dougie.
—Si —le sonreí y cogí la BlackBerry de encima de la cómoda.
Hablé con la madre de Steph y me dijo que le parecía buena idea que su hija viera a Dougie. Iba a ser un sorpresón.
—¿Cómo lo hacemos? —le pregunté a Dougie cuando ya estábamos llegando a la casa.
—Uff... Es que me pillas así, en frio... ¿Yo encima y tu debajo? —me paré y se llevó un buen puñetazo en el hombro—. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.
—Hace mucho frio, para que te calientes.
—¿Me vas a calentar tú? —otro puñetazo—. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, que bestia.
—Pervertido.
—Ya... pero estás deseando que este pervertido te agarre por la cintura y te coma el cuello —volví a pararme.
—¿Vas a seguir con tu faceta de guionista de películas porno o me dejas que llegue a la casa de mi amiga? —empezó a reírse a carcajada limpia, no pude evitar que se me escapara una sonrisa—. ¿Dónde te compró Tom?
—En IKEA.
—Ahora lo entiendo todo...
Llegamos a casa de Steph, sin ningún plan espectacular para sorprenderla.
—Pues nada, aquí estamos —dije.
—La última vez que estuviste en esta casa saliste llorando —ahora sí que me agarró por detrás.
—Y ahora entro riendo...
—¿Ves? Al final las cosas iban a salir muy bien —yo agarré sus manos que me rodeaban.
—Yo subo, le digo a Steph que tengo algo para ella y bajamos ¿vale?
—Genial.
Y así fue, cinco minutos después mi amiga y yo salíamos al jardín que había delante de su casa.
—¿Qué es eso que tienes que enseñarme? —dijo, y se giró hacia mí. Ahora más que nunca podía decir que Stephanie estaba preciosa. No tenia pelo, la quimioterapia había arrasado con él, pero en su lugar había un pañuelo de seda azul adornando su cabeza. Pero no era su aspecto lo que la hacía preciosa, eran sus ojos... Se podía ver felicidad, alegría y cariño en los ojos de mi amiga, era como si hubiese vuelto a nacer.
—No te esperes nada del otro mundo, he intentado traerte a alguno de los otros tres, pero este es el más petardo y el que no tiene nada que hacer, asique...
—Lo siento mucho Annet, pero hay que reconocer que eres una mierda como presentadora —Dougie acababa de aparecer en la escena. Steph se llevó una mano a la boca—. Buenas tardes Steph, soy Dougie Poynter.
Pude ver como sus lágrimas empezaban a resbalar por sus mejillas. Y como Dougie la abrazaba y le decía su típico Ey. Me pareció una de las escenas más tiernas y emotivas que había visto nunca, porque estaba segura de que Dougie no la estaba abrazando por compromiso, lo estaba haciendo de verdad, porque él había visto que ella lo necesitaba y ni se había parado a pensarlo.
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No tienes que decir nada (McFly)
FanficAmor, música, pasión, traiciones... Annet siempre se ha considerado una chica muy independiente, pero después de desaparecer su padre en extrañas circustancias, se ve en la obligación de mudarse a casa de su tía Giovanna y su tío Tom. Allí también e...