Volvieron a la camioneta. Afortunadamente todo estaba como lo habían dejado... o eso parecia.
Condujeron unas horas más, hasta que el cielo se llenó de estrellas y no se podía ver más allá que la luz de los focos delanteros del coche.
El le dio instrucciones especificas después de entrar a los suburbios. Ella no reconoció nada, todo estaba tan oscuro, tan callado, que no parecía la capital de una de las naciones más poderosas del mundo.
Una gran puerta apareció y ella se detuvo. Los pasajeros despertaron y a Theo se le borro su sonrisa.
-Quédense aquí- el bajo del coche y se acerco a la puerta. Mariza observaba todo con la cabeza recargada en el asiento mientras que Rob y Tamara lo miraban por la ventana.
Una puerta casi invisible se abrió, un hombre apareció y le dio un fuerte abrazo a Theo, quien ahora sabia que toda la felicidad y calma, serian cosa del pasado. Al fin había llegado el momento de decir la verdad.
Mariza recibió instantáneamente ayuda medica, así que la separaron del grupo para llevar a una tienda más apartada, Rob se separo para hacer su registro que no fue necesario para Tamara, al parecer, todo el mundo sabia quien era ella.
-Linda,- murmuro Theo llamando su atención del grupo de personas que se acercaban a ella para preguntarle si en verdad era la que decía ser-El es mi padre, Alexander Johnasen y padre, ella es... ella-el suspiro y la miro con un brillo de orgullo, pero aun con el miedo revolviendole las entrañas. Ella miro al hombre que estaba alado de el, frunciendo el ceño levemente por su vaga introducción
Era de la misma estatura que Theo y tenia sus mismos ojos, tenia una barba un poco descuidada pero una sonrisa deslumbrante.
Ella le dedico una sonrisa insegura, sobrecogida por tanta atención. Sin saber muy bien que hacer, le tendió la mano, pero el rápidamente la estrecho entre sus brazos, aliviado de que estuviera allí, sana y salva.
-Estoy tan feliz de que al fin hayan llegado.- dijo el hombre soltándola, aun sin poder contener su emoción- Se que todo ha sido una locura los últimos meses, pero ya estamos cerca...- Tamara frunció aun mas el ceño, pero Theo, lo más rápido que pudo, trato de distraerla abrazándola de la cadera. Ella lo miro con una sonrisa tiesa, pero se dejo llevar por el momento.-les mostrare donde dormirán, les contare las ultimas noticias y tu...- el hombre la miro y ella instintivamente se hizo para atrás- al fin tendrás todas las respuestas.-
Caminaron por todo lo largo de la calle principal del refugio, había un océano de tiendas y parecía muy difícil de que alguna no estuviera ocupada. Había gente en todos lados, y lo peor de todo es que todos la veían.
Llegaron a una tienda tan grande como su anterior casa. Habia una cama, ropa, un pequeño baño improvisado, dos escritorios y dos rifles perfectamente acomodados alado de la cama.
Los dos hombres se apresuraron a ponerse cómodos, desesperados de que Tamara también decidiera sentarse, porque lo que se acercaba era duro y muy difícil de digerir.
-Mi hijo me comunico que tienes ciertas... molestias respecto a todo esto- Tamara frunció los labios y miro al hombre y después a su esposo, quienes parecían estar del otro lado de la habitación apropósito.- así que, pregunta, tratare de serte lo más sincero posible- ella jugó con sus manos, trato de acomodarse en el colchón donde se encontraba sentada, pero no se sentía a gusto.
-Me gustaría saber, que hacemos aquí, principalmente- el hombre miro a su hijo, pero el no le regreso la mirada. Seguía hipnotizado por la muchacha. Quería verla el mayor tiempo posible, antes de que todo se arruinara, para siempre
-Bueno, sinceramente ese no era el plan inicial. Se suponía que tu vivirías una vida normal, pero las cosas se complicaron y Theo tuvo que intervenir- Tamara frunció el ceño y a el se contrajo el corazón- luego el gobierno supo quien eras y tuvimos que sacarte lo más rápido de allí...-
-No entiendo- murmuro ella con toda la inocencia del mundo, creando que el la quisiera tener entre sus brazos- todo el teatro con la policía, pensé que era por el tema de mi madre- esta vez, fue el hombre quien frunció el ceño, miro a su hijo, sorprendido de que ella no supiera algo tan primordial para la misión
-¿Theo no te dijo nada sobre porque estas aqui?- pregunto Alexander, regresando la mirada hacia Tamara. Ella soltó una risilla.
-La verdad señor, yo ni siquiera sabia el nombre de su hijo hasta hace un día- el hombre abrió los ojos como platos, completamente sorprendido, y con contundencia miro a su hijo, esta vez completamente molesto.
-Theodor- murmuro el hombre con seriedad, haciendo que el chico suspirara con resignación-¿no hay algo que en verdad tengas que decirle a tu esposa?- Tamara puso completa expresión de desentendida y también miro a Theo, esperando una explicación.
El la miro con detenimiento, sintiendo como aquel sentimiento sobrecogedor de perderla, regresaba a su sistema.
-Tamara- empezó el aun si tener ni idea de como verdaderamente empezar- nena, yo...- lamió sus labios, tratando de archivar el sabor que aun quedaba de ella en su memoria- nosotros somos...- suspiro y dejo caer sus codos sobre sus rodillas- Nuestras madres trabajaron para el gobierno antes de que todo esto empezara, trabajaban como genetistas en un laboratorio junto con cien científicos más, tratando de encontrar la clave para una humanidad perfecta.
Tienes que tomar en cuenta que todo estaba al borde del colapso; el calentamiento global estaba en su punto máximo, la economía global caía en picada, las medicinas escaneaban junto con la comida y nadie parecía querer hacer algo para arreglarlo. Así que todos los lideres de todas las naciones del mundo se pusieron de acuerdo en hacer esta... barbaridad. Cada uno de ellos recolecto los genes que caracterizaban su país y crearon gente "perfecta". Cada uno de ellos esta en un país del mundo, esperando ordenes de aquí.-
-Pero no entiendo que...-
-Tu y yo somos somos parte de esos seres perfectos. Tu y yo somos la razón por la cual millones de personas lo han perdido todo. Tu y yo somos la ultima esperanza del mundo y también somos el arma mas mortal-
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Nothing was the same 2.1
Science FictionMe duele darme cuenta que todas esas veces en las que me diste esperanzas, más ganas de vivir, que dijiste "vamos, solo un día más" eran solo palabras vacías. Esta semana te conocí como nunca nadie te conoció, me contaste tus miedos, incluso tus sue...