Capítulo 3- Es un gusto verte de nuevo, Ambrose

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—¡Dean!

Con suerte logré levantar un poco la cabeza del suelo, pero antes de que pudiera hacer alguna otra cosa, mi cuerpo fue levantado temblorosamente.

Mis pies volvieron a tocar de forma torpe el cerámico del bar mientras que mi brazo había rodeado aquellos hombros que me eran ya sumamente familiares.

Aunque la cabeza me diera mil vueltas y mi vista se encontrase borrosa, fui capaz de enfocarme lo suficiente en aquellos ojos castaños brillando bajo las luces del bar.

Sonreí de lado, a lo que la fémina no parecía prestarme atención.

—Hola, nena.

La castaña dejó de buscar dentro de uno de los bolsillos de su chaqueta, y sin dejar de apretar mi brazo por sobre sus hombros, giró su mirada hacia mí.

Se veía tan bonita como la primera vez que la vi, o más bien que la tiré al suelo.

El cabello lacio cayendo por sus sonrojadas mejillas, algunos mechones rojizos brillando por las luces de colores y el collar con la letra P guindando de su cuello hacia el valle de sus pechos.

Sus labios permanecían en una fina línea, pero algo dentro de mí se azotó como un huracán cuando los curvó en una pequeña sonrisa.

—Hola, lunático.

Su dulce voz penetró en mi mente, plasmando hasta el más minúsculo recuerdo en mi confundida cabeza, como si todo hubiese ocurrido tan solo ayer.

Ella estaba ahí, frente a mí.

—Disculpa.—Habló la fémina detrás de la barra, a lo que vi a Pain girar hacia ella.—¿Quién eres tú?

Podía apostar que la castaña había fruncido el ceño ante el tono altanero que la bartender utilizó, lo cual me habría dado motivos para reír de no ser porque estaba tan ebrio.

Y porque sabía que en cuanto recuperara la conciencia, Pain me partiría la cara.

—¿Eres la tal Pain de la que este tonto hablaba?

—Oye, sigo aquí...—Balbuceé a pesar del mareo, cerrando los ojos en busca de sentirme mejor.

—Sí...supongo que lo soy.—Habló de mala gana mi ex compañera de ring, sintiendo que volvía a buscar algo en su chaqueta de cuerina.—Lo siento si te causó problemas, yo me encargaré del resto.

Vi su mano dejar algo sobre la barra, probablemente dinero, antes de volver a agarrar mi brazo y asegurarme nuevamente contra ella con tal de no caer.

—Ten cuidado con él.—Volvió a agregar la fémina.—Bebió bastante, así que debe estar de lo peor.

Por alguna razón, vi por el rabillo de mis ojos la borrosa imagen de Pain sonriéndole de lado.

—Tranquila.—Habló con ironía en su voz, probablemente conteniendo el rodar los ojos como siempre hacía.—Ya estoy acostumbrada a verlo de lo peor.

No dijo nada más, comenzando a conducirme por entre las personas del bar en busca de la salida.

El viento helado de Las Vegas me golpeó rápidamente, pero solo sentí la respiración de la castaña que, como podía, arrastraba mis pies por la acera hasta llegar a una camioneta de color negro.

—¿D-De quién es esta?—Hablé a pesar del malestar en mi garganta, la cual parecía escocer cada vez que utilizaba mi voz.

Demonios, en serio no debí beber tanto.

My Demons|| Dean Ambrose (Retaliation#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora