Llegar tarde a veces tiene sus consecuencias. Dos polos opuestos, dos almas iguales.
Cassandra Poe nunca se habría imaginado que toda su vida se pondría patas arriba cuando Hendry Thomas, el compañero rebelde de clase, se interpusiera en su camino...
El fin de semana pasa en un abrir y cerrar de ojos, y para cuando me quiero dar cuenta es lunes y estoy entrando por la puerta principal del instituto cogida de la mano de Hendry.
Nada más cruzar la puerta nos encontramos con todas las paredes decoradas con motivos del baile de este fin de semana. Tengo demasiadas ganas de que llegue ya, y así poder pasar un buen rato con todos nuestros amigos.
Pero tengo un problema, aun no he comprado ningún vestido para el gran momento. Por lo que, al finalizar las clases tendré que ir con Caroline de compras.
Mientras nos dirigimos a nuestra clase, vemos a una pareja besándose cerca de la puerta del baño. La chica me suena demasiado, y no tardo nada en darme cuenta de que se trata de mi mejor amiga, y el chico es Ray, uno de los mejores amigos de Hendry.
Sin dudarlo, mi chico se acerca hacia la pareja.
-Vaya, vaya... ¿no pensábais decir nada de esto?-pregunta él en un tono burlón.
Al escuchar su voz, nuestros dos amigos se separan y nos regalan una mirada avergonzada.
-Ha sido todo tan repentino, lo siento tio.-responde Ray que lanza una mirada cómplice a Caroline.
-¿Preparados para el gran baile, chicos?-pregunto yo, cambiado totalmente de tema.
-Por supuesto, cuento hasta los segundos que faltan para el sábado.-comenta mi amiga ilusionada.
-Bueno chicas, nosotros sobramos aquí.-anuncia Hendry.- Nos vemos luego preciosa, ¿vale?
Tras esto Hendry se despide de mi con un tierno beso, y los chicos se marchan para ir a sus respectivas clases. Nos quedamos solas Caroline y yo.
-¿Te ha pedido ya salir formalmente?-me pregunta ella. Mientras tanto, encaminamos el camino hasta las taquillas.
-No, aun no. Dice que quiere hacerlo de una manera romántica.
-Mmm... entonces, ¿qué vais a hacer después del baile?
-¿Después? ¿A qué te refieres?-le pregunto a mi amiga intrigada.
-Cass, no te hagas la tonta. Todo el mundo sabe que después de un baile, las parejas suelen ir a algún hotel para pasar la noche.
-Bueno. Hendry no me ha dicho nada, además es demasiado pronto para pasar la noche juntos... de esa manera.
-Cassandra.-me dice seriamente mi mejor amiga.-Aprovecha, tienes al tío más guapo del instituto detrás de ti. Muchas se mueren de la envidia, no seas tonta, si él no te dice nada, díselo tú. Llevalo a un hotel, a tu casa o a un descampado, pero acuéstate con él ya.
-Yo no soy así Caroline, no quiero ir tan rápido. Aun no tengo muy claro lo que siento por él, y no quiero que piense que soy una chica de usar y tirar.
-Bueno Cassandra, luego no me digas que otra te lo ha robado.-le fulmino con la mirada al escuchar sus palabras.-Es broma tonta, decidas lo que decidas, me parecerá bien. Ya sabes, mejores amigas, para todo.
Siempre me he preguntado qué haría sin esta chica, sin duda, estaría totalmente perdida.
El día transcurre de lo más normal, y por fin llega el final de las clases. Caroline y yo nos dirigimos al aparcamiento para subir a su coche, y emprender así, el camino hasta el centro comercial más cercano.
-¿Has pensado más o menos en cómo quieres que sea tu vestido?-me pregunta mi amiga, justo al salir del coche.
-Nop. ¿Y tú?-comento yo.
-Quiero que sea sexy. Necesito encender a Ray.-responde ella, y las dos soltamos unas carcajadas.
Entramos en una tienda, en la cual hay numerosos vestidos de fiesta. Caroline y yo cogemos unos cuantos para probarnos, pero ninguno nos convence a ninguna de las dos.
Cuando estamos a punto de marcharnos, encontramos en una esquina de la tienda una serie de prendas. No nos habíamos fijado antes en ellas. No dudamos en echarles un vistazo, y quedamos ambas totalmente sorprendidas.
A mi me llama la atención un vestido largo hasta los pies, con encaje negro y brillantes por todo el cuerpo. Sin duda es increíble, así que no dudo en probármelo. El resultado me encanta, me deja totalmente enamorada.
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Caroline, en cambio, opta por uno de color lavanda, transparente, que es justo lo que ella quería desde un principio.
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Tras pagar, y demás, nos dirigimos hasta el aparcamiento para así marcharnos a casa. Pero, hay algo que hace que nos detengamos. Un chico, para mí muy conocido, apoyado en su moto fumando un cigarrillo y vestido con una chaqueta de cuero negro.
-Ese es Hendry.-me comenta Caroline.
-Voy a salud... -pero una persona hace que interrumpa de inmediato mis palabras.
Un chico de unos veinte años, bastante guapo, se acerca hasta Hendry y le entrega un fajo de billetes, los cuales están sujetos por una goma elástica.
-Corre, vamos a escondernos aquí.-le sugiero a Caroline, tras esto nos agachamos detrás de un coche, para así no poder ser vistas, pero sí poder ver todo lo que está sucediendo.
-¿Está todo?-le pregunta Hendry al chico.
-Sí, si no te fías cuéntalo. Cinco de los grandes.-tras unos cuantos segundos en silencio, vuelve a hablar.-Se dice por ahí que últimamente estás más pendiente de una tía que de nosotros, que al fin y al cabo somos los que siempre hemos estado ahí para todo.
-Cállate ya.-ordena Hendry.
-Bueno. Te echamos de menos en el club. Sabes que puedes volver cuando quieras.-le vuelve a decir el chico a Hendry.
-No quiero problemas. No por ahora.
Tras sus palabras, Hendry enciende el motor de su moto y sale del aparcamiento en cuestión de segundos. Ha sido todo muy raro.
-¿Qué acaba de pasar?-me pregunta mi amiga.
-Ni idea. Pero todo esto, no me transmite buenas sensaciones.-le contesto yo algo preocupada.
Sin duda Hendry es un chico lleno de secretos, y con un pasado un tanto turbio. Nadie dijo que esto sería fácil.
