Me tomó la mano tímidamente
y me plantó un tímido beso.
Yo estaba exasperante
¡quería ir más rápido!
Pero dejé que él marcara el ritmo.
Entonces pasó su mano por mi espalda.
No bajó más de la mitad.
Se acercó tímidamente a mí
dejando nuestros labios a poca distancia.
¿Se puso nervioso? ¿Me puse nerviosa? Irremediablemente.
Pasó, con timidez, su mano por mi mejilla.
Luego la pasó por mi cuello.
Y... no se atrevió a bajar más.
Era tan tímido... .
Yo ya estaba a su merced.
De mi cuello bajó a mis brazos,
lentamente,
con mimo,
tímidamente.
En ese momento me miró a los ojos y me sonrió.
Me tomó de las manos,
las acarició
y me susurró con timidez al oído:
Te quiero.
ESTÁS LEYENDO
Poesía
Poetry«Un sentimiento en su mente se aburría. ¡Basta de tonterías! se decía con hastío, pues yo quiero versar y hacer poesía.»
