Bajo el silencio de la noche y la mirada expectante de la luna el dolor se apoderó de su cuerpo, de rodillas se encontraba arremetiendo contra el mismo ... su mano derecha sujetaba la hojilla ya empapada de sangre y sin importar él continuó devastando cada parte de de su cuerpo hasta caer ante el agotamiento. En la mañana cada uno de esos cortes por mas superficiales que fuesen ardían de forma atroz arrancandole sin piedad hasta el aliento. Lentamente se incorporó hasta quedar de pie, tembloroso caminó hasta el baño de su habitación y al entrar, como todos los días, se encontró con la peor imagen que pudiese imaginar: un metro cincuenta y ocho de piel pálida por genética y aún mas pálida por la falta de sangre, la desnutrición está presente a su manera, ese largo cabello negro siempre desordenado que roza sus hombros y ya por último un rostro acompañado de dos grandes perlas grisaceas por ojos, unos finos labios rosados pero ahora tan pálidos y por último pero menos importantes, innumerables cicatrices. Las lágrimas se agolparon en sus ojos que muestran una devastación total, entré llanto estiró su brazo derecho hasta que sus dedos tocaron el espejo justo en la parte donde se reflejaba su rostro.
"¿Quién te cortó las alas, mi ángel?" - susurró.
El sin duda se ama pero la crueldad que día a día afronta lo hace odiarse a tal punto de tener su cuerpo tan demacrado.
Ya tras largos minutos llorando frente al espejo entro la ducha para abrir la llave y siguiente a esto el agua fría impacto contra él limpiando lágrimas, sudor y sangre.
Ya tras un largo tiempo salió del baño para vendar sus brazos y piernas, con lentitud llegó hasta el guardarropa, lo abrió y de el sacó una sudadera negra en su totalidad junto a un pantalón ajustado del mismo color, un boxer y finalmente un par de medias. Entre quejidos se vistió y para finalizar se puso unas botas negras que le llegaban un poco más abajo de las rodillas, de entre tanta mugre sacó su mochila y metió ahí lo necesario para el día: cuadernos, lápices y todo eso además de un envase con antidepresivos ya que para poder ir a la escuela se los exige la misma.
Con todo listo encendió la luz de su habitación y le echó la última ojeada del día, su visión avistó aquella icónica frase de su "familia" escrita sobre su cama."Lo que no sirve se desecha"
Él mismo se había encargado de escribirla para sentirse peor.
Salió de la habitación y lentamente bajó la escaleras para encontrarse de frente a su hermanastro quien ni se inmutó, continuó escaleras abajo y paso a paso llegó al comedor donde está el mayor de sus tres hermanastros.
Ya sabes que si quieres comer debes comprar tu propia comida- dijo aquel interrumpiendo la calma, se levantó y desapareció por entre los muros.
Haciendo caso omiso fue a la cocina y abrió uno de los innumerables gabinetes de donde sacó una caja de galletas de chocolate y tres barras de chocolate blanco, metió todo en su mochila junto a una botella de agua que saco previamente de la heladera.
Como siempre, como todos los días, eso será su única comida que con suerte tal vez no vomite a la noche. Se encaminó a la salida hasta que el sonido de tacones en la cerámica lo detuvo, se dio medía vuelta e hizo una reverencia, regresó su mirada a la puerta pero la voz chillona y desagradable de esa mujer lo detuvo.¡Luca! - se acercó a él y le mostró una bolsa plástica azul que el gustosamente recibió - y no se te ocurra hacer otra estupidez - la fría mirada de la mujer se clavó en él.
Si señora - respondió con desgano y salió de la que supuestamente es su casa.
Abrió la bolsa para ver la caja de su bonito Samsung Galaxy S5 y la caja de su cargador portátil igualmente Samsung, todo esto se le fue confiscado desde que iniciaron las vacaciones y hoy que regresaba a clases se lo entrega.
Zorra infeliz- murmuró Luca sacando la caja del teléfono, la abrió y de ella saco el aparato que procedió a encenderlo.
Él mismo se dio el placer de tener un teléfono móvil pero nunca esperó que su madrastra se lo quitase cada vez que le antojara.
Guardó el aparato en el bolsillo del pantalón y continuó caminando hasta llegar a la escuela que viene siendo un segundo infierno para Luca, entró con la mirada al suelo tratando de pasar desapercibido y lo logró ya que habían muchos chicos nuevos haciendo un escándalo total. Caminó y no se detuvo hasta terminar en la azotea donde se sentó en una esquina para comer a gusto todos aquellos dulces que trajo con él. Cuando terminó se tomó de un solo trago el agua de la botella, se incorporó y regresó al bullicio. Desanimado totalmente llegó a su nuevo salón de claces, del bolsillo de su pantalón sacó el dichoso telefonito que en más de una oportunidad le agregó otra pizca de estrés a su vida. Se carcajeo en bajo sin importarle nada además de que el salón está completamente vacío.
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Una Luz En Mi Oscuridad.
RomantikLuego de tanta penumbre, una luz ... una luz aparece. Temática: Gay, romance, enfermedades psiquiátricas (depresión), escenas eróticas.