Life Is Strange {l.s} «ONE SHOT»

Obstacles

No encuentraba las respuestas, mi mente estaba hecha pedazos, no podía procesar lo que pasaba.

Desde que él llegó a mi vida todo se volvió más lindo, no hay días tristes, aburridos, simplemente felices, con miles dé risas y chistes estupidos.

¿Vale la pena la vida de la demás gente?, pues él pensaba que si, estaba su madre, su hermana, su padrastro, siempre decía que cualquier vida es más importante que la de él, diciendo que solo es un chico que ama fumar marihuana, escuchar country a todo volumen y tener sexo en su camioneta.

Se equivocaba.

La vida de él es más importante que cualquiera, o al menos para mí lo era.

¿Qué debia hacer?, él insistía en que volviera al día en que todo cambio, pero, me resultaba tan difícil. Él no comprendía lo mucho que me dolía, o tal vez solo no quería verlo, porque lo estaría lastimando a él también, más de lo que ya estaba.

— Tienes que hacerlo. - Dijo Louis con su voz firme. – Es el único modo y lo sabes Harry.

Oh, claro que lo sabía, solo no quería creerlo.

— No. No puedo, no llegamos hasta aquí para que todo esto termine así. - Repliqué con las abundantes lágrimas bajando por mis mejillas. – No lo voy hacer, no, no, no. - Repetí negándome ante la petición de Louis.

Él se acercó a mí, tomó mi rostro y me obligó a voltear hacia el faro. Todo se estaba destruyendo, el tornado se acercaba más hacia Arcadia Bay.

Ahí se encontraban nuestros amigos, maestros y los seres queridos de Louis. Todos ellos quedarían bajo tierra.

— Por favor, no puedo dejar que mi madre muera así, no bajo un estupido restaurante, ella merece algo mejor, al igual que mi hermana, incluso mi padrastro. - Dijo Louis tomándome de las manos. – Hazlo por mí, hazlo por Arcadia Bay.

Lo miré a los ojos fijamente. Su cabello azul estaba pegado a su frente debido a la lluvia y sus ojos... Sus ojos reflejaban la gran tristeza que sentía muy dentro de él. No lo demostraba, pero sé que lo sentía.

Dí un vistazo de nuevo a nuestra ciudad, estaba apuntó de morir. El tornado se aproximaba.

El viento era frío y fuerte, la lluvia espesa, junto con un cielo gris.

El día perfecto para morir.

Louis metió su mano dentro de los bolsillos de sus jeans rotos y sacó la foto que tomé el día en que nos reencontramos.

— Tu sabes qué hacer. - Dijo con una voz firme.

Tomé la fotografía. Las lágrimas de él no se hicieron esperar, brotaron, pero sin sollozar, solo era un llanto tranquilo y sereno.

— Por ti. Por ti Louis.

Me acerqué a él, lo suficiente para abrazarlo. Me correspondió. Nos recargamos en los hombros del otro.
Al querer separarnos, nos volvimos a mirar. Lo tomé del rostro, lo acerqué hacia mis labios y nos besamos.

El ultimo beso.

Tomé la fotografía con fuerza en mi mano, mientras le dirigía una última mirada a su sonrojada cara.

— ¿Prometes estar siempre conmigo?

— Siempre.

Se colocó atrás de mi, con aún el dolor en mi pecho, levanté la fotografía y me concentré en ella, pero, antes de llegar a ese día, por mi mente pasaron todos los momentos en los que estuve con Louis.