Estaba sola en la más profunda oscuridad, todo a mi alrededor era eso, oscuridad, no podía distinguir ni mis propias manos.
Saque mi móvil, el cual no tenía cobertura, y puse la linterna. Vague por los pasillos llenos de puertas y más puerta, me acerqué a una de ellas y miré a través de una ventanita pequeña que esta tenía, era una habitación acolchada que había perdido su blancura característica ya que las paredes ahora tenían escritas frases como "Get me out of here", "Help me" o "You're as crazy as we" en lo que parecía ser pintura negra y lo que seguramente era sangre, lo cual heló la mía. Me apoyé en la puerta y miré a mi alrededor, todas las puertas y ventanas cerradas, estaba en un manicomio abandonado, un escalofrío recorrió mi columna vertebral, no podía estar en un sitio peor.
Procuré andar lo más rápido posible mientras comprobaba si podía abrir alguna puerta hasta que llegué a una que tenía, en una pequeña plaquita, escrita la palabra sótano. Puse la mano en el pomo y rogué porque no se abriera y pudiera encontrar una salida mejor, tragué saliva y giré el pomo, y para mí suerte o desgracia, se abrió.
Bajé las escaleras hasta el sótano en el cual solo ví un armario lo cual me pareció raro, de detrás del armario salio un pequeño rayo de luz. Me acerqué y use todas mis fuerzas para empujar el armario. Detrás había un pequeño pasillo, empecé a andar por el y según avanzaba las paredes se iban estrechando, en estos momentos rogaba por no tener claustrofobia pero este no era el caso ya que sí la tenía y la cual me estaba causando ansiedad por que las paredes se habían estrechando mucho.
Consegí salir del manicomio pero me encontraba en un lugar muy grande, una especie de bosque lleno de árboles muertos y plantas secas. Mi móvil se apago dejándome otra vez sumida en la oscuridad, ya que era de noche. No tenía ni comida ni bebida y empezaba a hacer frío, me acordé de que tenía mi mechero y lo encendí. Me sentía observada y dejando la tenebrosa figura del manicomio atrás comencé a andar sintiendo las ramas secas crujir bajo mis pies. Llegué a una cabaña, entré y bloqueé las puertas y ventanas con muebles, hice una hoguera con algún mueble viejo que se rompía con solo tocarlo debido a lo carcomidos que estaban y me dormí al lado de ella.
Me desperté atada, estaba otra vez en el manicomio en la habitación que había visto a través de la ventanita pero se había convertido en una sala de tortura. Mire a mi derecha y había un montón de cuerpos destripados, el miedo me invadió, miré a mi izquierda y ví cuatro payasos con motosierras acercándose. Lágrimas empezaron a caer por mis mejillas sabiendo lo que me esperaba.
Empezaron a cortar mis extremidades, quería gritar pero no podía tanto dolor me lo impedía. Un payaso empezó a reír y de repente me desperté, bañada en sudor provocado por esa terrible pesadilla. Me acerqué al espejo y una mueca de terror se formó en mi cara al ver que tenía una sonrisa de payaso pintada en esta.
Una lágrima comenzó a caer por mi mejilla al darme cuenta de que esto aún no había acabado. Me acerqué más al espejo, ahí estaba horrible sonrisa que tanto terror me causaba. De repente unas manos de payaso salieron del espejo arrastrándome a dentro de este, lo último que oí fue la risa del payaso antes de desaparecer.
Acababa de desaparecer dentro de mi peor pesadilla.
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Temores
Horror|Voy a sacarte todos los miedos y hacértelos vivir una y otra vez a través de tu pasión, la lectura| Esta historia será actualizada según me llegue la inspiración, no hay día exacto.