Prólogo

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Llegué a mi casa y tire mi mochila en la cama. Baje a ver que me prepararía de comer ya que mamá esta trabajando, papa nos dejó hace tiempo y no tengo hermanos.

Encontré tortillas, pollo y tomates así que me hice unas enchiladas. Cuando terminé, subí a mi cuarto a ver mis mensajes en la computadora y comenzé a hablar con Lyndsay; mi mejor amiga. Hablamos por un largo tiempo y luego me puse a hacer la tarea, pero no cerré la computadora ya que debía investigar algunas cosas.

Mamá llegó y bajé a saludarla. Cenamos y luego subí a mi cuarto para terminar mi investigación. Pero me dí cuenta de algo; me había llegado un mensaje. Lo abrí pensando que sería de Lindsay pero no, era de un chico al que había visto en la escuela varias veces, aunque jamás le había prestado atención. A la mayoría de la gente le daba miedo, siempre estaba de malas y tenia una expresión en la cara que te ponía la piel de gallina, pero a mi no me asustaba, en realidad jamás le prestaba atención, y el a mi tampoco,yo solo era una chica más de las que estudiaban en esa escuela. Así que podrán entender mi confusión al recibir su mensaje. Aunque en realidad decía algo sencillo yo no paraba de preguntarme por que me escribía a mi. De igual manera le respondí a su "hola"

- Hola - me había puesto él

- Hola - respondí

- Te llamas Cassandra ¿no?

- ¿Sabes mi nombre? - escribí mientras fruncía el seño.

- Tenemos álgebra juntos.

Cierto lo había olvidado, en ese momento mi mamá llamó a la puerta diciendo que ya apagara todo así que me me despedí de el dicendo.

- Cierto. Oye debo irme luego hablamos adiós

- Adiós - me dijo antes de que cerrara todo y apagara la computadora.

Apagué la luz y me metí en la cama sin saber que aquella pequeña e inocente conversación cambiaría mi vida para siempre.

Enseñándote a amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora