¿Por qué es tan difícil escribirte?

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Después de años te recordé. Ahora me va bien.
Conseguí un trabajo en una gran empresa de diseño.
Personas importantes pagan mucho, por cosas que yo hago.
¿Te acuerdas cuándo hice mi primer dibujo?

Vivo sola con una pequeña bola de pelos, de las que no te gustan.
Su nombre es Sra. Bigotes, una linda gatita.
Creo que le agradarías, tienen el mismo carácter.
La encontré en la calle, se veía tan sola y le ofrecí un hogar.
¿Recuerdas esa tarde cuándo traje un gato a casa?

En la empresa que trabajo hay un lindo chico.
Él me invitó a salir y yo acepté, fuimos al cine.
Esa noche nunca la olvidaré, fue especial, él lo hizo especial.
Nos quedamos hablando hasta el amanecer, me sentí cómoda y querida.
¿Recuerdas cuándo ibas a mi cuarto de noche?

Cerca a mi casa hay un pequeño parque.
Casi todas las tardes voy allí, es relajante y pacífico.
Bueno, no tanto. Hay muchos niños jugando, con sus bicicletas y sus mascotas.
A veces voy y sólo observo, los animales, los padres, los niños.
¿Recuerdas mi bicicleta celeste?

Cada tarde que paso en este departamento.
Viendo tu foto en mi ventana, recuerdo esos momentos.
Cada sentimiento que creí haber superado, vuelven.
Las lágrimas intentan salir, mis manos tiemblan y recuerdo.

Te recuerdo.

Recuerdo cuándo hice mi primer dibujo, cuándo te reíste en mi cara.
Lo rompiste frente a mis ojos y lo llamaste "basura".

Luego te fuiste molesto a tu cuarto y mamá tras de ti.
Escuché cada grito que salió de tu boca, y los sollozos de ella.
En ese sillón marrón aprendí lo que era la maldad.

Recuerdo la tarde que traje a ese pequeño animal a casa.
Me lo arrebataste de las manos y lo tiraste a la calle.
Intenté convencerte pero solo conseguí un golpe como respuesta.
Mamá lloraba y tú gritabas.
Esa tarde aprendí lo que es el dolor, físico y emocional.

Recuerdo la noche que entraste a mi cuarto, solo balbuceabas, no podías hablar.

Mamá entró y tú le ordenaste que se fuera.
No dormí en toda la noche, los gritos de mamá y tu risa, no me dejaban.

Tus carcajadas eran el sonido del sufrimiento, y a mi corta edad, fue horrible.
Llorando en silencio aprendí lo que es el desinterés.


Aún recuerdo mi bicicleta celeste, era tan linda.
Te la enseñé y esa misma tarde la vendiste.
El dinero lo gastaste en tu vicio, el alcohol.
Entonces no solo aprendí algo, lo sentí; pude sentir el odio.

Ya recordé porqué es tan difícil escribirte.

A veces duele, volver en el tiempo y verte.
Sosteniendo en tus manos esa botella oscura que, sin querer, me lastimaba.
Esos momentos que me hicieron sentir menos, aquellos momentos de tristeza.
Me hicieron fuerte.
Y hoy he tomando una decisión.

Hoy te dejaré de pensar, te dejaré en el pasado y no te recordaré más.
Te perdono, doy por terminada mi tristeza y solo serás un recuerdo de superación.
Gracias por los pocos momentos que pasamos juntos.
Dónde quiera que estés, te deseo lo mejor.

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2016 ⏰

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