Capítulo XVIII

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Lancelot: Alza la mirada, Amy.

Amy obedeció, alzó la mirada viendo con cierta rabia a los ojos de Lancelot, sentía un tremendo rencor por lo que le estaba haciendo...pero se limitaba a obedecer, controlando su espíritu interno rebelde...pero, esa vos, esa vos interna estaba hablándole...

Lancelot le hacía frente a la mirada furiosa de la eriza, sabía qué era lo que estaba pensando y su batalla con su subconsciente por no reprochar. Lancelot era un caballero maravilloso, era conocido como el caballero del lago por tener grandes poderes y habilidades gracias a este, le ayudó cuando su padre lo dejó abandonado ahí; se dice, que el lago tiene vida y magia propias, y al ser dejado el erizo en sus orillas el mismo lago lo adoptó y le brindó todo el cuidado que pudo hasta que se desarrolló por completo. Es así, como Lancelot tiene una de las habilidades de saber lo que piensa la gente al mirar a los ojos, penetra hasta el subconsciente y averigua todo.

Lancelot: ¿Piensas decirme algo? Soltadlo, ya te dije que no te guardes NADA.

Amy: No, por más que me lo pida no me atrevo a faltarle...

Lancelot: ¿Faltarme? Entonces, ¿piensas ofenderme?

Amy: No, no lo haré, ya sé lo dije.

Lancelot volvió a azotar su mano contra la mesa, Sir Percival y Sir Gawain decidieron dar por terminado el desayuno para ambos y se levantaron para dirigirse a la gran sala por sus cosas...Percival tenía un mal presentimiento pero por más que quisiera interrumpir no lo haría, no, por tratarse de Lancelot, dicho caballero sería capaz de hacer cosas terribles si lo hacía, por lo tanto, era mejor para Percival y Gawain que el azabache lo hiciera a su manera.

Lancelot: sabes que me estáis desobedeciendo, ¿cierto?

Amy: *sin bajar su mirada* depende, porque lo que está haciendo vos es ponerme contra la espada y la pared, sólo para terminar desquitándose con mi persona...

Lancelot se reincorporó y con su pie empujó la mesa directo a Amy, ella de inmediato se levantó, terminando cerca de la pared, al otro extremo del caballero. Lancelot se daba cuenta que la eriza era más lista de lo que se pensaba, tenían razón sus palabras y eso le estaba disgustando bastante, hacerle saber a Lancelot que no tiene la razón o ser retado al máximo como él suele hacerlo era una de las faltas más terribles...y más, si estaba furioso o de malas.

Lancelot: ¿Te creéis muy lista?

Amy: Para nada, *agita su cabeza de forma negativa y la baja para mirar al suelo temerosa*

Lancelot: Yo observo todo lo contrario, te creéis lo suficiente como para revelar mis planes y querer evitarlos.

Amy: *con la cabeza agachada* eso no es lo que pretendo...

Lancelot: *la interrumpe* ¡Callaos!

"¿Qué esperas? ¡Responde! Te está retando como la gata, no te dejes, dale lo que quiere, el quiere ver tus capacidades, no te lastimará si lo dejas sorprendido..." escuchaba la eriza aquellas palabras provenientes de su subconsciente; esa otra vos quería que volviera a alzar su vos y sus capacidades pero Amy había prometido no dejarse llevar por esa vos rebelde otra vez, no quería ponerse en peligro una vez más...

Lancelot: *se acerca a ella de golpe, causando que retroceda y se pegue contra la pared* Si ya sabéis lo que quiero, ¿Qué esperas para dármelo?

Amy: *temerosa, sin alzar la cabeza* no, tem-mo a sa-saber...

Lancelot: *colocando sus manos a los costados de Amy* Percival me contó algo que me ha dejado en vacilación, y tú no me lo dijisteis ayer...ahora quiero verlo y vivirlo con mis propios sentidos.

Amy: *nerviosa* No sé lo que quiere...

Lancelot: *golpea la pared, a un costado de ella* ¡Sí, si sabes!, y si no me lo dais por las buenas haré lo que sea para que me lo deis por las malas.

"¿Lo ves? Sorprenderlo, le va a maravillar..." -¡me matará si lo hago!- dijo aquella eriza en vos alta en respuesta a sus pensamientos; Lancelot la observaba gustoso, sabía que estaba luchando por no hacerlo, pero tarde que temprano lo haría porque el caballero la obligaría a que lo hiciera a base de provocaciones.

"No seas tonta, te lo está pidiendo, obedecerlo que es tu amo" -pero...no sé cómo...- susurró para ella misma...bien, le daría lo que quería, ¿pero cómo? Ella no controlaba eso, no sabía cómo lo había hecho con Percival y menos ahora con esa presión de Lancelot sobre ella.

Lancelot: ¡me colmais la poca paciencia que poseo! *tomando a la eriza por sus púas*

Lancelot sujetó a la eriza por lo que es su cabello y la tiró al suelo de forma brusca. Por primera ves, Amy sentía la fuerza del caballero, nunca creyó que fuera bastante, siempre supo que era el más fuerte de los caballeros pero, sentirlo a tal grado desde su agarre...Amy calló boca abajo pero con las manos extendidas para no lastimarse.

Lancelot: ...*sonríe divertido* me estáis recordando a gente que maté recientemente en un pueblo...*piensa divertido* ¿cómo se llamaba?...era...¡ah, sí! Gorca... *Se agacha para estar a la altura de Amy* no sabéis...demasiados ineptos y rebeldes como vos...

La rosada apoyó sus manos en el piso, las lágrimas volvían a juntarse en sus ojos y apretó las manos en busca de fuerza para no soltarlas...

Lancelot: *la mira de lado, divertido* ¿Qué? ¿Acaso os causa pena y lástima esa gentuza? Pueblos como ese no eran productivos para el reino, sólo les gustaba causar revuelta y...fueron tan desafiantes...pero sólo contra los guardias, porque contra mi espada, ninguno se atrevió a ponerse al frente.

Amy: *seria y firme* No sigais...por...por favor...

Lancelot: *sorprendido* ¿Qué? *ríe* de verdad, ¿te enoja que le falte a escorias como esas, igual de rebeldes y desobedientes como tú?

Amy sentía hervir su sangre, no soportaba tremendas bufas a su pueblo, a lo que fue...lo que siempre sería para ella; no se iba a delatar, pero tampoco dejaría que mancharan la memoria de sus amigos, sus vecinos...su familia...

Amy: *mira el suelo, dejando caer sus lágrimas* No, no voy a...no debo hacer esto...paráis que me estoy volviendo loca...

Lancelot: *la vuelve a sujetar por sus púas y le levanta la cara* ¿loca? *ríe de forma sínica* no, no estáis loca, tenéis problema de obediencia y yo te los voy a arreglar como debe de ser...

Amy: *sin dejar de sollozar, nerviosa* hacedlo pero dejad de hablar así de esa gente...

Lancelot: *enojado* ¿Por qué os preocupáis por esa gente...? ¿Te preocupan terceros...? No eres lo suficientemente buena para defender a terceros...ni siquiera el canalla de ese pueblo pudo defender sus tierras; hablando disparates de su hija y suplicando que no la encontrara, ¿Para qué?

"¿¡No lo estás oyendo!? ¡Qué esperáis! Callarle el hocico con lo que tienes, es hora de demostrárselo" resonó en su mente de la eriza aquella vos. No le cabía duda: aquel despiadado caballero estaba hablando de su padre; ya no podía más, sus lágrimas salían de puro dolor y rabia y no dejaba de pensar en sus adentros: "ya cállese, cállese..."

Lancelot: ...Era el jefe del campesinado y no supo ponerles un alto...esos no son líderes, son viles impurezas de raza..por esas y más razones fueron exterminados como las alimañas que eran para este reino...

Amy: *enojada, llorando* ¡¡QUÉ TE CALLES!!

Las lamparas de gas que estaban colgadas adornando el sitio estallaron, los platos que se encontraban todavía en la mesa se rompieron como si hubieran caído al suelo, las sillas se esparcieron por todo el comedor y algunas se azotaron contra las paredes, cómo si las hubieran empujado l lanzado; el ambiente se tornó oscuro por la ausencia de luz, (aunque ya estaba amaneciendo todavía se veía algo oscuro) y, el caballero despojando de su agarre a Amy se levantó con cierta sonrisa en su rostro.

Cuando te Tuve a mi Lado... (Shadamy) •|REEDITANDO|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora