¡Novela Completa!

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Max~

— Ya voy —grito, envolviendo una pequeña toalla desgastada, alrededor de
mi cintura. Al igual que muchas cosas en mi apartamento, ha visto días mejores.
No porque no me pueda permitir una mejor, sino porque no estoy acostumbrado a
vivir con nada más que lo estrictamente necesario. Finalmente, acabo de decidirme
a renovar los muebles para este lugar hace un par de meses, y después de dormir
en un colchón nuevo, pude haberme dado a mí mismo una patada por no invertir
en una cama nueva antes. Los golpes en mi puerta regresan, y sé exactamente
quién está esperando al otro lado. Siempre es la misma persona. Dos, a veces tres,
veces a la semana, ella viene, golpea en mi puerta, y luego me permite tener sexo
con ella. Ha sido nuestro negocio desde hace casi dos años. Ella viene. Echamos un
polvo. Se va a su casa. No hay compromiso, ni promesas. Somos sólo yo, la chica
hermosa que trabaja en la caja registradora de la cafetería que frecuento, y nuestro
acuerdo mutuamente beneficioso. Algo así como una situación de amigos con
derecho, nos da a ambos exactamente lo que necesitamos sin el drama de una
relación.
— ¡Keri! Jesús, ¿qué demonios? Te dije que ya venía — le grito mientras abro
de golpe la puerta.
— Tienes un vecino viejo y pervertido. Me miraba y me asustó como el
demonio — explica, abriéndose paso delante de mí y lanzando su bolso al sofá. Sus
rizos rubios rebotan mientras entra en la cocina y empieza a rebuscar en mi
refrigerador. Pongo los ojos en blanco y cierro la puerta de entrada, dirigiéndome
en su dirección.
— ¿No trabajas normalmente el jueves por la noche?
Su cabeza aparece detrás de la nevera.
— ¿Memorizaste mi horario? Es un honor, nene. — Sonríe— . Jessica me pidió
que cambiara un turno con ella porque tiene una boda este fin de semana — dice,
cerrando la puerta del refrigerador y desenroscando la tapa de una botella de agua.
Centra sus bonitos ojos verdes en mí, observándome de pies a cabeza. Sus labios se
inclinan en otra sonrisa, claramente disfrutando de la vista, y finalmente recuerdo
que estoy aquí de pie, en su mayoría desnudo. Me mira, y sus ojos se encuentran
con los míos. Su maquillaje es perfecto; sus labios con brillo labial, haciéndolos
seriamente tentadores. Su top violeta es ajustado y le queda como un guante, llevo
mis ojos al centro y a la curva de sus pechos. La falda de mezclilla es aún más
ajustada que la maldita camisa, lo que es difícil de creer, y es corta, tan corta que
está malditamente cerca de no alcanzar el pudor. Y finalmente, sus sandalias
negras de cuña, le dan a su pequeña complexión la suficiente altura para hacer que
sus piernas se vean como si duraran para siempre. El atuendo grita vulgar, pero
para mí es perfecto. Para mí, simplemente está bien, porque me recuerda
exactamente lo que se esconde debajo de la ropa y exactamente lo que va a dejarme
hacer con ella esta noche. La idea de eso hace que mi polla tome nota.
— Ven aquí — la llamo, dándole la orden. Sin embargo, no se mueve; Se queda
de pie, clavada en su lugar, con el agua en la mano y sus ojos todavía en mí, pero
ya no están llenos del deseo que estaba en ellos hace un minuto— . Keri.
Niega con la cabeza.
— No vine aquí para eso.
— Entonces, ¿qué haces aquí? — pregunto impaciente.
— Quería hablar contigo.
Mierda. Estaba esperando esto. Esperando el día en que decidiera que ya no
quería nuestro acuerdo sin ataduras. Esperando el día en que viniera aquí y me
dijera que quería más de mi parte, que sus sentimientos por mí habían crecido.
Siempre supe que sucedería. Estoy realmente sorprendido de que durara tanto
tiempo sin traer esa mierda. Quiere hablar, entonces vamos a hablar, y luego
terminaré con ella. La dejaré fácil; le explicaré cómo es y por qué ya no podemos
hacer esto. Va a joder mi carrera de café de la mañana, pero sólo tendré que
enfrentarlo. Tengo que terminar esto ahora antes que esté más involucrada, antes
que comiencen las súplicas y la manipulación emocional, pero ella está aquí ahora,
en este momento... Y tengo que follarla hasta el cansancio una última vez antes de
decirle que terminamos. Tengo que hacerlo. Me dará un poco de algo para
recordarla y me alcanzará hasta que encuentre a mi adecuada, próxima amiga con
derechos.
— ¿Quieres hablar? Vamos a hablar, pero primero, ven aquí — ordeno,
apuntando al suelo delante de mí. Ella sabe que no estoy jodiendo; lo oye en mi
tono, y puedo ver la preocupación de unos momentos antes, ser reemplazada por
la lujuria. Deja la botella de agua sobre el mostrador y luego da tres pasos
vacilantes hacia mí. Tiro de la toalla y se afloja, su mirada la sigue a medida que
cae al suelo.
— Abajo, Keri. Quiero sentir tu boca sobre mí.

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2016 ⏰

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