Me despierto pensando en lo que vi ayer, en aquel chico que le entregaba dinero a Hendry. ¿Quién será? es una pregunta, entre otras, que no para de repetirse en mi mente. Sé que Hendry ha tenido un pasado oscuro, e incluso ha huido de la policía en varias ocasiones, pero pensaba que ya no estaba metido en ese tipo de negocios sucios. Ayer no tuve ganas de coger el teléfono cada vez que Hendry me llamaba, por lo que llevo casi un día sin hablar con él.
Esta semana estoy de suerte, ya que el instituto nos ha regalado cuatro días de descanso, para así preparar todo lo relativo al Baile de Otoño.
Aprovechando los días de descanso decido quedar con Taylor. Es extraño, ya que la última vez que hablamos la conversación no fue para nada amable. Con la excusa de que quiero hacer las paces con él y volver a tener la misma relación de amistad que teníamos antes, seguro que le podré hacer preguntas sobre Hendry.
Me preparo para quedar con mi amigo y en cuanto estoy lista salgo de casa, rumbo al Dunkin' Donuts, donde ya me espera Taylor.
Como tengo que ir andando decido acelerar el paso un poco, ya que no quiero hacerle esperar mucho tiempo. Esta situación no se daría si mis padres me hubieran regalado un coche, que es algo que llevo esperando y deseando desde que cumplí la edad legal para conducir. Una situación demasiado injusta.
Poco a poco voy acelerando el paso, hasta que mi cuerpo choca con algo impidiendo así que continúe avanzando. No dudo ni un segundo en ver qué es lo que me está cortando el paso. Se trata de un chico de unos veinte años, bastante guapo. Su cara me suena de algún lado, pero no puedo recordar de dónde exactamente.
-Lo siento, iba rápido y no me he fijado por dónde...-le digo yo, pero no me deja acabar la frase, ya que me interrumpe con sus palabras.
-No te preocupes, yo también iba distraído. Soy Brad.-Seguido de esto, me ofrece su mano y nos damos un fuerte apretón de manos.
-Cassandra.
-Bueno, te dejo Cassandra. También tengo prisa. Hasta que nos veamos.
El chico acelera el paso, y en ese justo instante recuerdo por qué me suena su cara. Es el chico que le dio el dinero a Hendry. Sin dudarlo, me giro rápidamente, pero el chico ya se encuentra a varios metros de distancia.
No tardo nada en salir corriendo en su dirección, a pesar del gran número de personas que se encuentran en la acera consigo alcanzar a Brad rápidamente.
-Eh, un momento.-Digo jadeando, mientras le pongo una mano sobre el hombro.
-¿Qué pasa? No hace falta que te sigas disculpando, ya te he dicho que también ha sido culpa mía.-Me dice al mismo tiempo que me ofrece una ligera sonrisa.
-No, no es eso. Es solo que me suenas, quiero decir, eres de por aquí. Me refiero a que creo que ya te había visto antes.-En ese mismo instante me avergüenzo de mis palabras, ya que estoy demasiado nerviosa como para formular una frase con coherencia.
-Si te refieres a que si soy de por aquí, sí lo soy. Puede ser que nos hayamos cruzado en cualquier otro momento, pero no lo recuerdo.
-Bueno, es que creo que te vi ayer en el centro comercial hablando con otro chico.-Menciono yo, intentando parecer una chica inocente.
-Es probable sí, ayer estuve ahí con un amigo, Hendry.
-Bueno pues un placer, y espero que nos podamos seguir encontrando.-En ese mismo momento me dispongo a seguir mi camino hasta el Dunkin' Donuts, pero alguien me detiene.
-Oye, te doy mi número de teléfono, así me puedes llamar cuando quieras encontrarte conmigo.-Brad guiña su ojo izquierdo, y tras apuntarme su número nos despedimos.
Tengo su número de teléfono, por lo que cada vez estoy más cerca de adivinar todos los secretos que Hendry me está ocultando.
Tras unos cuantos minutos al fin llego al Dunkin' Donuts y veo a Taylor esperando sentando en una amplia mesa, mientras bebe de su taza de café.
-Siento el retraso, he tenido un pequeño problema, pero aquí estoy.-Le digo al mismo tiempo que me siento en la silla que se encuentra justo en frente de la suya.
-No pasa nada. Te he pedido un donut de fresa.
-Mmm mis favoritos. Y dime, ¿algo nuevo?
-Poca cosa, Alysson está demasiado nerviosa por el baile, y no quiere que nos veamos hasta ese día. ¿Tú qué tal, alguna novedad?-Me pregunta mi amigo.
-No, poca cosa.-Le respondo mientras en mi cabeza no paran de rondar pensamientos sobre Hendry.
Tras una larga charla conseguimos arreglar las cosas. Taylor no paró de disculparse por sus palabras y demás, e incluso mencionó que Hendry es uno de los mejores chicos con los que podría salir, que hacíamos una buena pareja. Como no quise discutir, le di la razón y le perdoné por los comentarios que había hecho anteriormente sobre él.
Al salir del Dunkin' Donuts y emprender el camino de regreso a casa me encuentro con un chico ya muy conocido para mí apoyado en una moto. El chico, no tarda en percatarse de mi presencia y me sonríe.
-Otra vez nos encontramos.-me dice mientras me enseña unos dientes perfectos.
-Parece que me estés siguiendo, Brad.-le respondo.
-¿Adónde vas ahora?
-Vuelvo a mi casa, así que... hasta la próxima.
-Espera, te llevo yo. Te lo debo, por haberte chocado antes.-me sugiere él.
-¿No habíamos dicho que había sido culpa de los dos?-le pregunto y no puedo evitar soltar una pequeña carcajada.
-Bueno, pero ahora quiero ser un buen caballero. ¿Te llevo a casa? No me supone ninguna molestia.
-De acuerdo.-Justo en el instante en que le respondo, me arrepiento ya que en verdad es un completo desconocido.
Tras un par de minutos de camino, al fin llegamos hasta nuestro destino. En ese mismo instante me bajo de su moto y me despido de él.
-Cassandra no dudes en llamarme cuando tengas algún problema.-Me sugiere Brad y tras esto arranca la moto y se va.
La verdad es que Brad es un chico muy amable, y no me vendría para nada mal tenerlo como amigo.
En ese momento mi móvil comienza sonar, haciendo así que vuelva al mundo real. Al mirar la pantalla y ver la foto de la persona que está realizando una llamada entrante, mi corazón se dispara.
Hendry.
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No me llames más.
RomansaLlegar tarde a veces tiene sus consecuencias. Dos polos opuestos, dos almas iguales. Cassandra Poe nunca se habría imaginado que toda su vida se pondría patas arriba cuando Hendry Thomas, el compañero rebelde de clase, se interpusiera en su camino...