Esta vez no dudo ni un solo segundo en descolgar la llamada telefónica.
-Cassandra. Al fin respondes. ¿Qué has estado haciendo en todo el día?-Escucho por el altavoz.
-Lo siento... he estado ocupada.-Respondo en un tono cortante y frío.
-¿Te pasa algo? Si es por algo que he hecho o dicho... lo siento.
-No, es solo que estoy algo cansada.-Comento y suelto un largo suspiro.- ¿Tú qué tal?
-Bien, he estado todo el día con los chicos. Te echo de menos.
Mientras tanto voy subiendo las escaleras hasta llegar a mi dormitorio, dónde me dejo caer sobre la cama.
-Y yo... Bueno, creo que voy a...-Pero su voz interrumpe mis palabras.
-¿Te parece bien si voy a tu casa? Necesito verte.
Sinceramente no tengo demasiadas ganas de pasar el rato con él, no ahora mismo, pero a pesar de esto decido que debo disimular y hacer cómo si no pasara nada.
-Genial. Te espero.
-Hasta luego am...-Pero no consigo terminar de escuchar sus palabras ya que cuelgo antes.
De pronto se me ocurre algo, decido escribirle un mensaje a Brad.
"Hola, adivina quién soy ;P"
A los pocos minutos mi móvil comienza a emitir el sonido de una notificación nueva.
"Cassie, pensaba que nunca me ibas a hablar"
No tardo mucho en responder.
"Hace menos de media hora que nos hemos visto y piensas eso... jajaja"
"Es que me has caído muy bien jajaja"
"El sentimiento es mutuo entonces"
Tras enviar el último mensaje escucho el sonido del timbre. Hendry ha llegado, por lo que me dispongo a bajar y abrirle la puerta.
Al abrir y encontrarme con su musculosa figura, todos mis pensamientos negativos desaparecen por completo dejando paso a la fuerte admiración que siento por este chico.
-Hendry.-Susurro y en ese mismo instante me siento obligada a lanzarme a sus labios, que pronto me responden haciendo que nos fundamos así en un dulce y deseado beso.
Seguimos a lo nuestro, y opto por enrollar mis piernas a la cintura de Hendry. Poco a poco voy notando como el chico camina y vamos subiendo las escaleras rumbo a mi habitación. Al llegar a ella, no dudamos por un segundo en cerrar la puerta y rápidamente Hendry me aprisiona contra ella.
El chico sigue besando mis labios, pero al cabo de unos minutos se desprende de ellos y comienza a besar mi cuello intensamente. Yo no dudo en soltar algunos gemidos tímidos y cerrar los ojos por la emoción del momento.
Desearía que este momento fuera eterno, pero mi mala suerte se interpone y de pronto mi móvil anuncia que tengo una llamada entrante.
-Cuelga.-Comenta Hendry, que no se deprende de mi cuello.
Sin pensarlo le hago caso y ni siquiera miro de quién se trata.
Tras unos cuantos minutos más de largos besos, Hendry me lleva hasta la cama, en la cual caigo y él se posiciona justo encima de mí.
La emoción nos conduce a una larga de sesión de besos, pero decido poner fin a ésta, ya que no creo que este sea el momento más adecuado para continuar más allá.
-Para para, por favor.-Susurro como puedo.
-¿Por qué?.-Me pregunta el chico dispuesto a no desprenderse de mis labios.
-Porque no creo que este sea el mejor momento... mis padres pueden llegar y no quiero que nos escuchen.
-Bueno vale.-Responde el chico resignado.-Pero esta te la guardo, y que sepas que me la cobraré cuando quiera.
-Entonces perfecto.-Le comento y los dos comenzamos a reír.
-Te he echado de menos.-Afirma Hendry.
-¿Si? No me había dado cuenta.
Los dos comenzamos a reír y así pasamos el resto de la tarde. Charlamos amena y tranquilamente, por lo que puedo olvidar todos aquellos pensamientos que rondaban anteriormente por mi cabeza.
Al llegar mis padres, insisten en que Hendry se quede a cenar, por lo que él ante semejantes súplicas no tarda mucho en aceptar. Me sorprende lo rápido que Hendry y mi madre se han cogido tanta confianza, cuando se han visto solo en unas pocas ocasiones. Incluso durante la cena hablaban entre ellos y mi madre reía como una loca ante sus chiste y bromas.
Pasadas unas horas, cerca de la una de la madrugada, Hendry decide que ya va siendo hora de marcharse.
-Cassandra me lo he pasado genial. Ojalá más visitas así a tu casa. Mmm, por cierto, me debes algo.-Dice mientras guiña su ojo derecho.
-Sabes que puedes volver cuando quieras, además por lo que parece mi madre y tú congeniáis demasiado bien. - Le respondo y los dos reímos.
-Hasta mañana Cass.-Se despide y deposita un suave beso en mis labios, mientras acaricia mi mejilla dulcemente.
Tras separarnos, el chico se marcha y otra vez me vuelvo a quedar en la puerta de casa viendo como su coche desaparece entre las calles oscuras.
-Te quiero Hendry.- Susurro aunque sé que ya no me podrá escuchar.Cuando me vuelvo a adentrar en mi hogar reviso mi iPhone y veo que tengo una gran cantidad de notificaciones, entre ellas una llamada perdida. Recuerdo el instante en que mi teléfono sonó y no puedo evitar sonreír levemente.
Reviso la llamada y veo que se trata de Brad.
Además también tengo un mensaje suyo."¿Qué te parece si quedamos un día de estos?"
En ese momento me lamento ligeramente por responder, pero pronto se me pasa.
" Claro, cuando quieras 😉"
Tal vez esto me traiga problemas, o tal vez pueda averiguar numerosas respuesta. Pero si de algo estoy segura es de que traerá consecuencias.
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No me llames más.
RomanceLlegar tarde a veces tiene sus consecuencias. Dos polos opuestos, dos almas iguales. Cassandra Poe nunca se habría imaginado que toda su vida se pondría patas arriba cuando Hendry Thomas, el compañero rebelde de clase, se interpusiera en su camino...