Cuando te Tuve a mi Lado... (Shadamy) •|REEDITANDO|•

Capítulo XIX

*EN LA GRAN SALA*

Percival y Gawain se colocaron sus guanteletes y sus cascos, ajustaron sus vainas y luego de una lentitud en esto y un silencio incomodo se miraron, para que, Gawain mencionara:

Gawain: ¿Crees que sea capaz de algo tan...grotesco?

Percival: *suspira* Claro, no cabe duda que no lo pensará dos veces, ya debe de estar golpeando a esa pobre eriza.

Gawain: Es una pena...¿y si...?

Percival: *le interrumpe* Ya lo sé pero olvidarlo, no podéis hacer nada al respecto, meterse con Lancelot es lo peor que puedas hacer.

Gawain: *resopla* teníamos que ser tan diferentes...

Percival: Ninguno de los caballeros piensa igual que él, el caballero del lago es el primero en llevarte la contraria y no te conviene ganaos de enemigo, a nadie, a decir verdad.

Gawain: no cabe duda que lo que menos se quiere es lo que se obtiene; yo, que odio a los abusivos y los injustos...

Percival: *sonríe de soslayo* uno se acostumbra, así que te recomiendo que dejéis de martirizaros de esa manera por la plebeya Amy.

Gawain se sentía un tanto mal por Amy, pero como dijo Percival, no había de otra más que aguantar y tragar todo lo que sentía y dejar pasar los acontecimientos...

Todo estaba bien cuando los caballeros escucharon un estruendo de cosas rotas y azotes, por simple impulso Gawain corrió a la puerta y la abrió lo más rápido para ver que había ocurrido, Percival le siguió por detrás para detenerlo pero ambos quedaron de pié a la puerta mirando el comedor con asombro: se toparon con un desastre imposible de hacer una sola persona, pero si lo hizo una persona y esa fue Amy.

Lancelot sonrió de soslayo y miró alrededor del comedor para admirar lo que la eriza ya había hecho, no prestó atención a los caballeros que ya habían llegado para mirar aquel alboroto.

Amy seguía sostenida en cuatro en el suelo, respiraba agotada y con los ojos algo húmedos por el llanto...temblaba, parecía que el enojo y la rabia todavía estaban presentes, y a pesar de querer hacer muchas cosas para calmar su rabia ella se comenzó a susurrar: "no lo lastimes, no lo lastimes..."

Lancelot: *la mira desde arriba* ¿Es todo lo que tienes que mostrarme?

"Vamos, tu puedes hacer más... Incluso, aprovecha que está desarmado y matarlo, vengarte de lo que le hizo a tu pueblo." le dijo esa vos, esa vos vengativa y llena de rencor retumbó en su cabeza; la eriza seguía susurrando "no lo lastimes" pero, pareciera incluso que Lancelot quería eso, se notaba reto en su rostro y ganas de más, "adelante, demuestra más cosas..." escuchaba la eriza con cierto temor...

Amy: Ya basta, usted quiere que cometa atrocidades que no están en mi persona...

Lancelot: Claro que lo están, podéis hacer esto y más, o a caso... ¿Queréis que la obligue otra vez?

Amy giró para poder ver al caballero, la miraba con una extraño sacio en sus ojos...estaba asustada, no quería seguir con esto, nunca antes temió por su vida y ahora con sólo ver a Lancelot pudo interpretar y expresar un temor por la muerte jamás vívido, aunque similar al de aquél día mientras escapaba en el pueblo de Gorca. La eriza tenía mucho miedo, su cuerpo temblaba y no había palabra alguna que saliera de su boca para responderle a Lancelot;

Amy bajó la mirada para poder ver sus manos y darse cuenta que estaba temblando bastante, además de que pudo distinguir una vez más ese destello azul celeste, circulaba por sus muñecas hasta sus brazos y hombros y comenzaba a creer que estaba en todo su cuerpo, volvió a alzar la mirada y esta vez hacia las piernas del caballero que se movían hacia ella una vez más.